Las constructoras buscan obreros en África y Latinoamérica ante la falta de mano de obra
Formación, inmigración, financiación y mecanización son claves para impulsar la edificación, que debería duplicarse

Construcción de un edificio de viviendas. | EFE
Las constructoras españolas se enfrentan a una escasez de trabajadores que les ha llevado a reclutarlos en países de Latinoamérica y África. Las empresas consideran clave la formación y la recuperación de figuras como el aprendiz, aunque la mano de obra extranjera gana peso como solución inmediata. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha pedido en repetidas ocasiones que se facilite la regularización de inmigrantes, por ejemplo a través de cursillos breves y reglados.
No es nada nuevo que Europa necesite recurrir al mercado laboral exterior debido a la escasez interna. Antes del Brexit, miles de polacos llegaron al Reino Unido, que no tenía mano de obra suficiente. Más recientemente, Alemania, afectada por una grave crisis demográfica de envejecimiento, ha ido abriéndose a la inmigración para suplir la falta de capital humano en sectores como construcción, alimentación, transporte y hostelería.
En España, la obra se ha reactivado, lo que plantea dudas sobre si se dispondrá de los empleados necesarios para atender toda la demanda existente. Por ahora, se muestra más dinámica la obra pública, menos intensiva en el uso de mano de obra que la residencial. La obra nueva sigue representando solo el 4% de las viviendas vendidas por la falta de oferta derivada de la hiperregulación del suelo, pero los constructores temen que, incluso si los políticos reaccionasen con un cambio normativo que permitiese un mayor crecimiento en la producción, la falta de obreros se convertiría en un verdadero cuello de botella.
Fuentes de la confederación indican que aunque la contratación de inmigrantes no es la única solución -una respuesta integral conlleva aplicar diversos mecanismos a la vez, entre ellos una mayor industrialización-, se han tomado medidas para acelerarla. También se busca mejorar la imagen del sector rompiendo estereotipos como el del esfuerzo físico: «Hoy en día todo en la construcción está mecanizado, y todo el mundo va al gimnasio». Ello puede atraer a mujeres y jóvenes a las empresas del sector hasta cierto punto.
«En otra época vinieron gente de oficio del este, rumanos, búlgaros y se han ganado muy bien la vida aquí», señalan desde la patronal, que recuerdan que a raíz de la guerra de Ucrania han llegado trabajadores «magníficos» del país invadido. En paralelo, se intenta reclutar en otros continentes a través de iniciativas empresariales para informar sobre los trabajos disponibles en España en países de Latinoamérica y África.
«Si la inmigración tiene capacidad y voluntad para trabajar en un sector como el nuestro, se tienen que hacer los esfuerzos para que esto sea así», señala Xavier Vilajoana, presidente de APCEspaña, que lamenta que «cada vez es más complicado buscar relevo en las empresas». «Estamos centrados en la inmigración porque hay un volumen de gente importante y es al que más rápido podemos llegar, pero al mismo tiempo ocurre con gente joven que está saliendo de la universidad y de las FPs, todo debe ser complementario».
«Se construye mucho menos de lo que necesitamos, estamos aproximadamente en la mitad», apunta Josep Maria Raya, profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Considera que «aunque haya repuntado un poco, estamos todavía lejos de lo que necesitamos, tanto en vivienda social como privada» y recuerda que hay que ponerse al día respecto a los retrasos de los últimos 15 años.
«No se construye por cuellos de botella administrativos», alerta Raya, aunque admite que existen otros problemas en el sector, como la falta de trabajadores y de financiación o el problema de la productividad y del tamaño de las empresas. «Hay soluciones que tenemos aquí, como regularizar inmigrantes, formar o poner la vista en otras naciones, como por ejemplo Ucrania, de donde han venido muchos», manifiesta el docente. «Tenemos sobre la mesa las soluciones, aunque hay que mejorar sobre todo mirando a medio y largo plazo».