The Objective
Economía

El gasto del Ministerio de Defensa cae al 0,88% del PIB pese a la guerra de Ucrania

El crecimiento estimado obliga a invertir 33.800 millones en Defensa en 2026 para cumplir con el objetivo del 2% del PIB

El gasto del Ministerio de Defensa cae al 0,88% del PIB pese a la guerra de Ucrania

La ministra de Defensa, Margarita Robles. | Eduardo Parra / Europa Press

El gasto destinado al Ministerio de Defensa durante el año 2024 cayó al 0,88% del Producto Interior Bruto (PIB), según indican los datos de la contabilidad nacional cribados por THE OBJECTIVE. La cifra no solo es inferior al 0,92% que representó en 2023, sino que además es la misma que España tenía en 2021, antes de la invasión rusa de Ucrania y de que la Unión Europea (UE), la OTAN y Estados Unidos pidieron aumentar los recursos destinados a Defensa para asegurar la autonomía estratégica de los miembros de la alianza atlántica y de los países del continente.

En enero y solo tres días después de volver a la Casa Blanca, Donald Trump exigió a los miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que aumentaran su gasto en Defensa al 5% del PIB, lo que obligó a la Unión Europea a presentar en marzo un plan para elevar la inversión hasta los 800.000 millones de euros, equivalente a 1,5 puntos del PIB de los Estados miembro. En términos prácticos, España y la UE se comprometieron a elevar estas partidas y llegar al 2% del producto interior «lo antes posible», aunque nadie habló oficialmente de fechas concretas.

Pero la exigencia no es nueva. Nada más producirse la invasión de Ucrania, la Comisión Europea y la OTAN pidieron elevar precisamente al 2% del PIB el gasto en Defensa (un compromiso contraído por la alianza en 2014), para apuntalar la presencia militar del continente en medio de arremetida de Rusia y con el riesgo de que pudiese expandir su ofensiva a otros países de la región. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió públicamente en varios foros a cumplir estos parámetros aunque con el año 2029 como horizonte.

Gasto en Defensa

Pese a ello, el gasto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el Ministerio de Defensa –el que los expertos califican como inversión real ya que incluye todas las partidas que llegan a las instituciones militares– no ha crecido desde 2021 en cuanto a porcentaje del PIB. Ese año, los pagos realizados a esta cartera fueron de 10.821 millones con un PIB de 1,23 billones, es decir, el 0,88%; mientras que en 2024 fue de 13.934 millones y 1,59 billones, respectivamente, el mismo 0,88%. Se ha producido un aumento de 3.113 millones en este periodo, pero ha sido equivalente al alza del producto interior bruto, lo que ha impedido un aumento real.

Los informes anuales de la Intervención de la Administración General del Estado (IGAE) reflejan que en 2022 se produjo un importante crecimiento de más de 2.000 millones para llevar el gasto del Ministerio de Defensa a los 12.842 millones y al 0,93% del PIB. No obstante, en 2023 y 2024 este crecimiento se ralentizó hasta 1.100 millones en dos años, lo que sumado al aumento del producto interior de este periodo (por encima de estos porcentajes) impulsó un descenso de cuatro centésimas, borrando todo lo ganado en el primer año de guerra.

La inversión anual en el Ministerio de Defensa es lo más parecido al gasto efectivo, según reconocen los expertos. Desde el punto de vista de la contabilidad -como apunta la Airef– incluye varios programas, entre los que destacan la modernización de las Fuerzas Armadas, programas especiales de modernización, costes operativos de las Fuerzas Armadas y apoyo logístico. Además, desde 2021 se han añadido algunos programas financiados con cargo al Programa de Recuperación y Resiliencia y a los fondos europeos Next Generation.

Cálculo de la OTAN

No obstante, el Gobierno contabiliza esta inversión en Defensa según los parámetros acordados con la OTAN. Como indica la Airef, estas cantidades representan pagos por parte de un gobierno nacional que se han realizado -o se realizarán- durante el transcurso
del año fiscal «para satisfacer las necesidades de sus fuerzas armadas, las de los aliados o de la alianza». El componente principal son los pagos a las Fuerzas Armadas (13.934 millones en 2024), aunque se incluye dentro del gasto de personal, las pensiones pagadas a los militares jubilados y a los civiles empleados en departamentos militares.

También se incluye el gasto de carácter militar de actividades mixtas civiles-militares «cuando el componente militar puede ser específicamente contabilizado o estimado». Además, se podría incluir el coste de las tropas del Ministerio del Interior, las fuerzas policiales nacionales, la gendarmería, los carabineros, las guardias costeras, pero solo en la proporción en que estas fuerzas estén entrenadas en tácticas militares y equipadas como una fuerza militar. Así, la OTAN calcula que España ha elevado su gasto militar desde los 12.546 millones en 2021 hasta los 19.723 en 2024. Esto supone pasar del 1% a 1,3% del PIB, aunque sin variación en el último curso.

Con todo, los compromisos que contraerá el Gobierno para elevar su presupuesto en Defensa estarán más ligados a gastos complementarios que a los efectivos. Y en cualquiera de los dos casos está lejos del 2% prometido. Si además consideramos que el PIB de España crecerá entre un 2,4 y un 2,8% en 2025 y otro 2,1% en 2026, la inversión debería llegar a los 33.800 millones, esto es 20.000 millones más que lo que los PGE gastaron en el Ministerio de Defensa en 2024 y 13.500 millones adicionales a lo que indica la contabilidad de la OTAN.

Nuevos programas

En 2025 los créditos definitivos aprobados llegan a los 12.827 millones, según la ejecución presupuestaria de febrero (la última disponible), por debajo de los 15.582 millones aprobados a finales de 2023 y de los 13.934 que se gastaron efectivamente. Sin embargo, desde entonces se ha dado el plácet a diferentes iniciativas que suman otros 3.000 millones, incluyendo los 2.084 aprobados en el Consejo de Ministros del pasado 8 de abril, en concepto de transferencia de crédito «para atender programas y contratos que ya estaban en marcha».

En cualquier caso, el Gobierno quiere ir más allá en la interpretación del gasto en Defensa y -como ya dijo Pedro Sánchez hace unas semanas- cualquier inversión relacionada con seguridad, en especial la digital y la tecnológica, puede ser considerada en esta partida, aunque todo dependerá de los criterios que la UE y la OTAN consideren tolerables.

Del mismo modo, según adelantó este lunes El País el Gobierno prepara una batería de programas del Ministerio de Industria para involucrar también a empresas privadas que participen de este gasto total. En todo caso, hablamos de programas que podrían desarrollarse en la próxima década y su impacto sería en el medio plazo.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D