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Economía

Enfado y preocupación en el ferrocarril y la energía tras los 'lunes negros' del Gobierno

Los operadores desconfían de los nombramientos ministeriales y creen que responden a criterios políticos e ideológicos

Enfado y preocupación en el ferrocarril y la energía tras los ‘lunes negros’ del Gobierno

El ministro Óscar Puente con Pedro Sánchez y el presidente de Renfe. | Europa Press

Dos lunes negros han servido al Gobierno de Pedro Sánchez para enojar a dos sectores estratégicos: el de la energía y el del ferrocarril. Después del apagón del 28 de abril, el Ejecutivo señaló a las empresas privadas como responsables del fallo, mientras que éstas reclaman a Red Eléctrica que explique las causas del apagón. El caos ferroviario del pasado 5 de mayo acabó con el equipo ministerial de Sánchez culpando otra vez a los operadores privados, concretamente a la empresa Iryo, que lanzó un duro comunicado para desmentir la tesis del Ejecutivo. En el sector de la energía, como adelantaba THE OBJECTIVE, se estudian ya medidas legales, mientras que el ferrocarril no esconde su «malestar» por la gestión del ministro Óscar Puente.

Dos comunicados oficiales, uno de Iberdrola y otro de Iryo, han sido la punta de iceberg de un malestar palpable en las empresas del sector de la energía y del ferrocarril. En el de Iberdrola se expresa la intención de la compañía de «adoptar medidas necesarias para la defensa de sus derechos y los de sus clientes», después de verse señalada por el Gobierno por el apagón. Esta compañía, al igual que las otras del sector, niegan tener responsabilidad alguna en lo que ocurrió el 28 de abril y piden a Red Eléctrica aclarar el asunto. Las eléctricas se reunieron con Sánchez y fuentes del sector hablan de «desconfianza» por la política de comunicación del Gobierno, al que ven dedicado a lanzar «bombas de humo».

Una semana después, un caos ferroviario en la línea que une Madrid a Sevilla generó retrasos en 30 convoyes, con más de 10.000 personas afectadas. En lugar de analizar posibles fallos en la gestión de los operadores estatales, el Gobierno ha vuelto a esconderse detrás de un presunto «sabotaje» y un accidente supuestamente provocado por un tren de Iryo. La compañía privada que opera en el sector del alta velocidad (al igual que Renfe y Ouigo), intervino directamente para desmentir la tesis alentada por el ministro y por el responsable de Renfe. La empresa asegura que «no hay ningún indicio que presuponga cualquier tipo de problema eléctrico ni daño físico originado por el convoy», y asegura tener material gráfico para demostrarlo.

Comunicado contundente

El comunicado de Iryo ha sorprendido en el sector por su contundencia, y porque desmiente enérgicamente la declaración del presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, que en la mañana del lunes había hablado de un «enganchón arrastrando la catenaria» a la altura de La Sagra (Toledo). Se trata de algo poco habitual, afirman fuentes del sector del ferrocarril, puesto que las compañías que operan en ese ámbito suelen buscar el entendimiento y una relación amistosa con el ministro de Transportes.

El malestar de Iryo tiene que ver con la sensación de verse señalado por el Gobierno por un caos que con toda probabilidad derivará en una batería de reclamaciones. La cuestión pecuniaria está presente también en la crisis eléctrica del 28 de abril. También en ese caso, las eléctricas creen que se pedirán indemnizaciones y no aceptan que el Gobierno les responsabilice de lo ocurrido. Portugal ha pedido una investigación europea independiente para determinar cuáles han sido las causas del apagón.

«Algo ha cambiado», explican las fuentes consultadas para referirse a las relaciones entre el Gobierno y los operadores del ferrocarril. Y aunque la crisis ha afectado ahora a Iryo, los franceses de Ouigo están en alerta. Nadie olvida las palabras del ministro cuando se instaló en el cargo, cuando atacó a los operadores privados competidores de Renfe.

Malestar en el sector

En marzo de 2024, Puente dijo en una entrevista en la Cadena Ser que «las dos compañías que operan en nuestro mercado al margen de Renfe (…) están perdiendo una cantidad de dinero tremenda y lo están perdiendo por tirar los precios y eso está arrastrando a Renfe en esos malos resultados». «Iryo es una compañía italiana que venía con capital privado español, venía con una política distinta, venía a competir en calidad, pero entró Ouigo, la francesa, que ha apostado claramente por el dumping de precios, por debajo del coste y eso ha arrastrado a todos, a Iryo, a Renfe y nos está causando muchos problemas», añadió. Esas declaraciones ya generaron malestar, pero el caos del pasado domingo y lunes se ha convertido en un punto de inflexión.

La estrategia de comunicación del Gobierno preocupa al sector privado. Creen que primero ocurrió con la sanidad privada, después con la energía y ahora toca el ferrocarril. En los tres ámbitos, cada sector detecta el mismo patrón: la construcción de un relato para culpar de los problemas existentes a las empresas privadas para que el Gobierno no asuma sus fallos de gestión. Además, según señalan desde el sector del ferrocarril, la llegada al ministerio de Transportes de Puente ha coincidido con una serie de nombramientos «políticos» que habría ido en detrimento de perfiles técnicos hasta aquel momento bien valorados.

Nombramientos políticos

En el pasado mes de abril, Puente nombró a Gustavo Santana como nuevo presidente de Puertos del Estado, en sustitución de Álvaro Rodríguez Dapena. Después fue el turno de Rocío Báguena, que ocupó la Secretaria general de Transporte Terrestre en sustitución de Marta Serrano. Serrano había sido nombrada en noviembre de 2023 número tres del Ministerio de Transportes, y este cambio realizado el pasado 30 de abril hace sospechar en un relevo determinado por la crisis ferroviaria durante el apagón del día 28.

La sospecha de que los nombramientos de Puente responden más a criterios políticos que de gestión alimentan la «desconfianza» en el sector, tal y como también recogen los periódicos sectoriales. Y en esa dinámica no se puede excluir el rifirrafe entre la compañía Iryo y el recién llegado presidente de Renfe, Álvarez Heredia, que Puente fichó en el Ayuntamiento de Valladolid después de una etapa en el gobierno local de Manuela Carmena, donde había sido protagonista de algunas polémicas.

Para fuentes del sector ferroviario, algunos nuevos nombramientos expulsan a técnicos valorados de puestos de responsabilidad que se entregan a «gente ideologizada que va al estilo bronca». Y los señalamientos del Gobierno en dos lunes negros representan un enorme problema para las empresas privadas. Según explican fuentes del ámbito de la energía y de los trenes, la «fiabilidad» es algo esencial para su negocio. Y los ataques del Ejecutivo, que se enmarcan en una propaganda para despistar a la opinión pública, han logrado en un puñado de días enojar a los operadores de dos ámbitos estratégicos. Malestar y preocupación son los dos términos que se repiten entre los operadores de esos dos sectores.

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