China redobla su cruzada en contra de las criptomonedas
El gigante asiático prohíbe la tenencia y trabaja su destrucción mediante computación cuántica

Bandera de China. | Liau Chung (Zuma Press)
China acaba de lanzar un nuevo ataque contra el ecosistema cripto. No contento con haber expulsado a los mineros y cerrado los exchanges, Pekín ha dado el salto definitivo al prohibir ahora incluso la simple tenencia personal de criptomonedas. La medida, anunciada el 30 de mayo de 2025, convierte a cualquier ciudadano chino que posea Bitcoin en un criminal. Y es que, precisamente, la postura del país va mucho más allá de la regulación y llega a la criminalización de la industria.
La paradoja del gigante asiático
Lo irónico del asunto es que China es oficialmente el segundo mayor tenedor de Bitcoin del mundo, con 194,000 BTC en sus arcas estatales. Mientras se criminaliza internamente la tenencia doméstica, diversos empresarios chinos siguen dominando el ecosistema cripto global desde el exilio. Este es el caso de Changpeng Zhao, creador del mayor Exchange de criptomonedas del mundo, Binance, o Justin Sun, que dirige, que dirige la popular blockchain TRON desde Singapur.
En cualquier caso, esta no es la primera vez que Beijing muestra su hostilidad hacia todo lo que tenga que ver con el entorno cripto. La saga comenzó en 2013, escaló en 2017 con prohibiciones de las ofertas iniciales de moneda o ICOs por sus siglas en inglés, se intensificó en 2019 y llegó a su clímax en 2021 con la expulsión de la minería de activos criptográficos.
La verdadera agenda tras la prohibición
Más allá del discurso oficial, la cruzada del Gobierno chino contra las criptomonedas tiene poco que ver con la protección del inversor. El verdadero objetivo parece que apunta al control total del flujo de dinero, donde comienza a imponerse su CBDC, el yuan digital, como única moneda virtual.
De hecho, no se trata solo de reemplazar el efectivo, el yuan digital le permite al Estado rastrear cada transacción, condicionar el gasto ciudadano e, incluso, congelar fondos con un sólo clic. Bitcoin, en cambio, encarna el polo opuesto dando pie a libertad financiera, descentralización y resistencia a la censura.
Por todo ello, la situación es más un conflicto ideológico disfrazado de política económica. Mientras China busca una economía hipercentralizada, Bitcoin ofrece un modelo sin control estatal. Y eso, para el régimen, sería inaceptable.
La amenaza cuántica toma forma
La ofensiva por parte de Beijing parece que no se limita a lo legal. China también estaría invirtiendo activamente en herramientas capaces de desmantelar la infraestructura técnica de las criptomonedas. En abril de 2025, científicos en Shanghái lograron romper una clave RSA de 90 bits usando un ordenador cuántico. Aunque Bitcoin no usa específicamente la clave RSA, el logro sentaría hipotéticamente un precedente inquietante.
De hecho, actualmente los ordenadores cuánticos ya pueden resolver problemas complejos con una eficiencia inalcanzable para los sistemas clásicos. Con cada avance, el temido “Q-Day” —cuando se quiebre la criptografía actual— deja de parecer ciencia ficción.
Ese día, quien tenga poder cuántico suficiente podrá generar claves privadas y vaciar carteras enteras. En cualquier caso, esto no supone solo una amenaza a Bitcoin, sino a la arquitectura digital sobre la que se construye buena parte del futuro financiero, incluyendo cualquier banco o institución.
Una batalla que ya no es solo financiera
Con la última prohibición, Beijing lo ha dejado claro, su yuan digital permanece como solución, mientras las criptomonedas se quedan fuera. Mientras tanto, el avance cuántico continúa y el reloj corre en contra de toda infraestructura digital, desde las basadas en tecnología blockchain, como las criptomonedas, hasta el sistema financiero tradicional en su conjunto.
La guerra entre China y Bitcoin ha entrado en una nueva etapa. Ya no se trata solo de controlar el dinero, sino de decidir quién define las reglas del sistema financiero del futuro.