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Economía

La UE decomisó alimentos y bebidas falsificadas por 91 millones en 2024

Las operaciones del pasado año fueron coordinadas por Europol e Interpol con las fuerzas policiales de 29 países

La UE decomisó alimentos y bebidas falsificadas por 91 millones en 2024

Varias latas de bebidas energéticas.

Las autoridades europeas se han incautado de productos alimentarios y bebidas falsificadas por valor de 91 millones de euros en operaciones desarrolladas durante 2024 en 29 países, en un tipo de piratería que constituye una amenaza creciente con riesgos en la salud de los consumidores.

Con motivo de la reciente celebración del día mundial contra la falsificación, el 8 de junio, así lo ha alertado este miércoles la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO), con sede en Alicante, que apunta que China y Turquía figuran entre los países de origen más frecuentes señalados en relación con las falsificaciones de alimentos y bebidas en las fronteras de la UE.

Las operaciones del pasado año que descubrieron alimentos falsificados y de calidad inferior por 91 millones de euros han sido coordinadas por Europol e Interpol con las fuerzas policiales de 29 países, y permitió incautar 22.000 toneladas de alimentos y unos 850.000 litros de bebidas (en su mayoría alcohólicas), además de desarticular once redes delictivas y denunciar a 278 personas.

Además de los riesgos para la salud, la Euroagencia ha destacado el impacto negativo que las falsificaciones tienen sobre la economía europea y su patrimonio gastronómico, y ha incidido en que se han detectado alimentos y bebidas fraudulentas con sustancias peligrosas como metanol, mercurio y pesticidas tóxicos.

Aunque los productos pirateados tienden a vincularse con artículos de lujo o el sector de la moda, un informe de 2022 ya apuntó que los alimentos, especialmente las galletas, la pasta, las patatas fritas y los dulces, fueron la segunda categoría de productos falsificados en las fronteras exteriores.

El comercio en red abre nuevas vías a los falsificadores

La EUIPO ha advertido de que un reciente estudio de Europol apunta a que el crecimiento del comercio electrónico ha abierto nuevas vías para los falsificadores, que aprovechan estas plataformas ‘online’ para distribuir productos alimenticios fraudulentos.

Una de las consecuencias es que a los consumidores les resulta cada vez más difícil distinguir entre lo auténtico y lo falsificado debido a que las redes criminales manipulan etiquetas, envases e, incluso, alteran los procesos de fabricación, centrándose en productos de alto valor. Incluso, los falsificadores suelen reutilizar botellas originales o imprimir etiquetas falsas para colocarlas en botellas vacías, lo que dificulta distinguir entre productos legítimos y fraudulentos.

La Euroagencia ha recordado que «la industria de la alimentación y las bebidas es uno de los pilares de la economía de la UE, contribuyendo de manera significativa al desarrollo regional y la creación de empleo» y que, por ello, las indicaciones geográficas son un aval al permitir «identificar productos de calidad, al tiempo que ayudan a los productores a comercializar mejor sus productos». El sistema de indicaciones geográficas europeo protege 3.600 artículos dentro de las denominaciones de origen protegida (DOP), las indicaciones geográficas protegidas (IGP) y las especialidades tradicionales garantizadas (ETG).

Francia, Italia y Alemania lideran tanto la producción como el consumo de productos con indicaciones geográficas, de hecho el primero de ellos representa casi una de cada tres ventas de artículos con IG de la UE. El vino constituye el 54 % del consumo total de estas indicaciones geográficas, lo que lo hace especialmente vulnerable a la falsificación, al igual que también ocurre con el aceite de oliva, la cerveza, la carne, el queso y los productos lácteos.

¿Qué hay en la mesa?

En este contexto, la campaña de la EUIPO ‘¿Qué hay en la mesa?’ ofrece consejos prácticos a los consumidores sobre cómo protegerse contra la piratería para evitar la compra de estos productos, entre ellos que acudan a tiendas, canales de distribución y páginas web oficiales.

También verificar el etiquetado del producto y su origen, al igual que comprobar los logotipos de certificación, todo lo cual puede ayudar a confirmar la legitimidad de un producto, así como examinar el embalaje y el producto en sí, ya que las falsificaciones suelen presentar defectos y errores ortográficos.

El director ejecutivo de la EUIPO, el portugués João Negrão, ha manifestado que «las falsificaciones de alimentos y bebidas suponen un gravísimo problema para la salud pública» y que la campaña de la Oficina «tiene como objetivo dotar a los consumidores de la información necesaria para protegerse, al tiempo que apoyar a las empresas legítimas que respetan las normas de calidad de la Unión Europea». 

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