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Economía

España lleva desde 2022 sin propiciar nuevos unicornios

El país solamente cuenta con 12 empresas tecnológicas con un valor superior a 1.000 millones

España lleva desde 2022 sin propiciar nuevos unicornios

Ilustración de la bandera de españa frente a una pantalla que muestra índices bursátiles. | Budrul Chukrut (Zuma Press)

Dos señuelos suelen despertar el interés de los medios cuando cubren la actualidad del ecosistema emprendedor. Uno son las rondas de inversión, un termómetro que no determina el éxito de la empresa sino el interés de los fondos, y el otro, mucho más resultón, deriva de la condición de unicornio (valoración superior a 1.000 millones de euros), que paradójicamente suele derivar o bien de una ronda o bien de un exit (venta de la compañía).

Este segundo elemento evidencia en gran medida el poderío de un hub en sentido amplio, como sinónimo de país. En Europa, Reino Unido no tiene rival. Es allí donde se ubican algunas de las gestoras de venture capital más potentes del mundo, con Atomico a la cabeza, y eso explica en parte que en 2025 acumule 170 unicornios, según la base estadística de Dealroom. En contraste, los 12 unicornios españoles saben a poco, pero siguen siendo más que los que tienen Italia (10), Dinamarca (9), Bélgica (7) y Portugal (2). 

Más que en la lista actual, el problema reside en la adición de nuevas piezas a la misma: 2019 (un unicornio extra), 2020 (2), 2021 –el gran año para las startups– (3) y 2022 (2) componen una partitura que queda bruscamente interrumpida en 2023, 2024 y lo que va de 2025. España no ha vuelto a sumar miembros a su club tecnológico más selecto.

Entre los nombres incluidos por Dealroom figuran las catalanas TravelPerk, Factorial y Wallbox y las madrileñas Cabify, Jobandtalent e Idealista. Y entre las organizaciones que suenan como candidatas a engrosar el listado se hallan Seedtag, Freepik, Civitatis, Playtomic, Multiverse Computing y Submer, aunque se trata de pronósticos lanzados por diferentes analistas y socios directores de fondos que no tienen por qué materializarse y que seguramente se dejan en el tintero otras opciones con idéntico potencial (Universal DX, Genially, Maisa). La base estadística estadounidense eleva hasta 17 el número de startups españolas capaces de traspasar en los próximos años la barrera de los 1.000 millones. 

Pese a estudiarse con mimo en las escuelas de negocios, el emprendimiento tecnológico no es una ciencia. De hecho, juega contra las probabilidades: nueve de cada diez startups mueren, como es bien sabido. En la literatura creada por los gurús de Silicon Valley caben todo tipo de consejos y visiones. Sam Altman, CEO de OpenAI, aborda la cuestión del éxito (o el fracaso) simplificándola: «Si necesitas más de una frase para explicar lo que haces, es una señal clara de que tu negocio es demasiado complicado». Peter Thiel, que cofundó PayPal junto a Elon Musk, se lanza al retruécano: «Crear valor no es suficiente; has de capturar parte del valor que creas». Y luego está la escuela de pensamiento del fallecido Steve Jobs (Apple), quien siempre recordaba que el truco está en presentarle al consumidor algo que no sabía que necesitaba. 

Filosofía aparte, que España agregue unicornios al club dependerá en gran medida no sólo de la idea (normalmente, réplica de ideas ya inventadas en otra parte), sino de la disponibilidad de capital. Y aquí sí hay razones para el optimismo. Tras la fiesta inversora de 2021-2022, el frenazo de 2023 y la remontada de 2024, el presente ejercicio da muestras de vigor con cuatro operaciones que superan holgadamente los 100 millones de euros (TravelPerk, Multiverse, SpliceBio, Factorial) y unas cifras que rondan los 2.000 millones levantados durante el primer semestre frente a los 1.533 movilizados en el mismo periodo del año anterior. 

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