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Economía

El ecosistema emprendedor también tiene su España vaciada

La diferencia entre las zonas más pujantes y las áreas más modestas es abismal

El ecosistema emprendedor también tiene su España vaciada

Tractores en la España vacía.

Igual que sucede con la demografía, España es un país de polos opuestos cuando se trata de startups. Con más unicornios que Italia, gestoras de fondos que crecen hasta rondar los 1.000 millones administrados, emprendedores en serie y una narrativa que de forma paulatina se arrima al oído del ciudadano de a pie, el ecosistema cuenta con sus forzudos, pero también con áreas donde el emprendimiento tecnológico revolotea sin pena ni gloria.

Esta realidad queda documentada gracias a esfuerzos como el que asume desde hace dos años El Referente, cuyo informe sobre Empresas Tech e Innovadoras aporta una visión panorámica y confirma la premisa del primer párrafo. Hay un grupo de forzudos compuesto por Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco y Andalucía. Juntas, estas cinco regiones suman 7.051 de startups sobre un total de 8.580, el 82% del total. Pero entre los fortachones también hay clases: catalanes (2.351) y madrileños (2.189) aglutinan a su vez el 53% de las startups españolas. La brecha que separa a ambas comunidades de valencianos (966), vascos (831) y andaluces (714) es asimismo notable. 

Dos indicadores más confirman la pujanza del quinteto y la hegemonía de la dupla. Juntas, las cinco comunidades autónomas generan, según el informe de El Referente, 96.727 puestos de trabajo sobre un total de 107.987 (89%), con Cataluña y Madrid de nuevo separadas de sus contendientes por varios cuerpos con un montante de 73.172 profesionales, el 67% de todos los trabajos creados en España por el emprendimiento digital. 

El segundo elemento es la facturación anual. De los 14.816 millones que recuenta el estudio, Madrid (5.238), Cataluña (4.857), Comunidad Valenciana (1.825), País Vasco (824) y Andalucía (747) aglutinan nada menos que el 91% de los ingresos. Si sólo se unen los esfuerzos de las dos primeras, la contribución sigue siendo enorme (68%). Este ascendente en empleo y riqueza se explica fácilmente: son ambas capitales las que acogen o han acogido a todos los unicornios made in Spain. Compañías como TravelPerk, Factorial, Cabify y Jobandtalent tienen sus sedes en Barcelona o Madrid y es allí donde se crean los grandes flujos económicos y (al menos hasta que llegue el exit) los retornos sociales.  

En las Antípodas

Del mismo modo que la España rural se vacía, tal y como explica en su popular ensayo Sergio del Molino, la España rural emprendedora no termina de llenarse. Sin añadir los casos singulares de Ceuta y Melilla, hasta diez comunidades autónomas aportan menos de 200 startups al ecosistema y cinco de ellas ni siquiera alcanzan la centena (Cantabria, La Rioja, Extremadura, Castilla-La Mancha y Canarias). Estas últimas cinco, por ejemplo, aportan en conjunto 303 empresas tecnológicas, menos de la mitad que Andalucía y el 13% de las que tiene Cataluña.  

Con el empleo sucede algo parecido: los 1.809 empleos del quinteto de cola quedan lejos incluso de las aportaciones en solitario de Región de Murcia (2.336) y Galicia (2.847) y apenas suponen el 4,9% de la fuerza laboral ubicada en Cataluña. Tampoco es una excepción la facturación: La Rioja (16,5 millones de euros), Cantabria (24,2), Extremadura (34,7), Castilla-La Mancha (36,4) y Canarias (48,1) ingresan 159,9 millones al año, únicamente un 3% de Comunidad de Madrid, la dominadora de esta estadística, y sólo el 1,07% del total nacional. Caben matices, claro: influyen la población, la renta, las políticas públicas, los eventos, las figuras de referencia y el mayor o menor agujero digital de unos y otros territorios, aunque parece innegable que también aquí opera una España de dos velocidades. 

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