Así convirtió Sánchez a España en el caballo de Troya de China en Europa
Cronología de siete años de relaciones privilegiadas con Zapatero y José Blanco como actores protagonistas

El presidente chino, Xi Jinping; Pedro Sánchez; y José Luis Rodríguez Zapatero | Ilustración de Alejandra Svriz.
28 de noviembre de 2018.- Pedro Sánchez recibe al presidente chino, Xi Jinping, solo cinco meses después de aterrizar en La Moncloa. El encuentro se cuida con mimo porque no solo es la primera vez que un mandatario de este país llega a España en trece años, sino que también es la primera de Xi en el continente tras su reelección en el 19º Congreso Nacional del Partido Comunista el octubre. Una verdadera declaración de intenciones de Pekín que ya buscaba socios en Europa para afrontar la guerra comercial lanzada por Donald Trump en su primer mandato. Una cita llena de simbolismo en la que se sentarían las bases “para actualizar y renovar la relación estratégica entre España y China”. Sería la primera de muchas reuniones que vendrían posteriormente, pero sin duda fue la que estableció los fundamentos de todo.
Hubo varios memorandos de entendimiento: uno sobre el fortalecimiento de la cooperación en terceros mercados, otro sobre empleo y Seguridad Social, y un tercero sobre cooperación en ciencia, tecnología e innovación en el ámbito de materiales avanzados; un convenio de doble imposición; un protocolo fiscal adicional al acuerdo sobre el establecimiento de centros culturales; un pacto estratégico para impulsar la enseñanza del español en China, y dos protocolos de exportación para la uva de mesa y la carne de porcino. También firmaron acuerdos de inversión una decena de empresas como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Abengoa, Barcelona Housing Systems, Telefónica, Técnicas Reunidas, Tecnatom, Puerto de Algeciras, Seat, Indra y el Hospital Clínico de Barcelona.
15 de mayo de 2019.- Estalla la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Donald Trump incluye a Huawei -el gigante chino y punta de lanza de la vanguardia tecnológica de Pekín- en su lista negra comercial y prohíbe a las empresas estadounidenses utilizar servicios de firmas de telecomunicaciones extranjeras que “pongan en peligro la seguridad del país”. Washington considera que el suministrador está totalmente vinculado al Gobierno de Xi Jinping y que incluso sus altos directivos podrían hacer espionaje. También advierten que sus redes (que usan las telecos en todo el mundo) no son seguras y que podrían ser una puerta trasera para los servicios de inteligencia del país asiático. La primera prioridad de los dos bloques es buscar aliados y casi desde ese mismo momento emisarios de EEUU, embajadores y agregados comerciales mueven ficha para pedir a sus principales socios que repliquen estos vetos.
EEUU y Huawei
La exigencia de Estados Unidos de bloquear a empresas chinas (y a Huawei) comienza a calar en la Unión Europea (UE) y Alemania y Francia se muestran proclives a aplicar legislaciones similares. Es el punto de partida de la ofensiva diplomática y de lobby de Pekín y de sus principales corporaciones. En el caso español la elegida es Acento, consultora que apenas acababan de fundar José Blanco y Alfonso Alonso. La compañía sería contratada también en el Parlamento Europeo para que defendiera los intereses del fabricante chino y tras convertirse en su primer gran cliente a primeros de 2020 sigue siendo -cinco años después- una de sus principales fuentes de facturación. El gran objetivo era impedir que las ‘telecos’ españolas como Telefónica, Vodafone y Orange les sacaran de sus redes móviles y del futuro 5G, pero el pacto abarcaba a todos sus negocios y su relación con la legislación española.
11 de octubre de 2020.- Con la presión de nuestros socios comerciales en máximos, Pedro Sánchez se despacha por primera vez (en una cumbre con el gobierno portugués en Lisboa) con unas declaraciones en las que dice que no bloqueará a nadie, incluyendo a fabricantes chinos como Huawei y ZTE. La sorpresa en las ‘telecos’ es máxima ya que por esas fechas otros países del continente ya les estaban pidiendo limitar esta tecnología en sus redes 5G. Cinco años después de esta fecha sabríamos que en 2020 España eligió al suministrador para almacenar los datos confidenciales que los ciudadanos han cedido a la Seguridad Social y que están bajo control de la Gerencia Informática del ministerio. Posteriormente, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y el Ministerio del Interior, entre otros, siguieron confiando en la tecnología de la china, al mismo tiempo que España se negaba a vetar a sus empresas en las redes móviles.
Las gestiones de Acento no solo evitaron el bloqueo del 5G sino que también impulsaron nuevos negocios para el gigante digital. Un éxito fulgurante difícilmente explicable si no incluimos en la ecuación al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Fue el artífice del contrato de la firma de su ministro, José Blanco, con Huawei gracias a sus buenas relaciones con China, y fue clave para convencer a Pedro Sánchez y a su equipo de apoyar a la empresa. Este diario reveló hace pocas semanas que desde 2005 este suministrador se encarga del sistema informático en el que se almacena el respaldo de las escuchas telefónicas realizadas en el marco de investigaciones judiciales. Durante toda la Administración Zapatero se renovó el contrato hasta su salida de La Moncloa en 2011 y luego se volvió a retomar en 2018 cuando el PSOE volvió al Gobierno, precisamente por las gestiones del exmandatario. Una colaboración que ha costado 12,3 millones de euros al Estado solamente entre 2021 y 2025.
Guerra de Ucrania
La presencia de Zapatero es capital en todos estos movimientos, ya que no solo ha gestionado el vínculo entre Acento, Huawei y el Gobierno español, sino que también ha sido un activo lobista para defender en primera persona sus intereses. No hay constancia del comienzo de sus relaciones con China, pero no es casualidad que el desembarco de Huawei en España se produjera en 2004 -nada más llegar a Moncloa- y que a partir de entonces sus contratos comenzaran a multiplicarse, en especial con la Administración central. Hay informaciones que incluso sitúan al expresidente en reuniones para intentar que Telefónica no apartase al fabricante asiático de su red de 5G. Pero esto sería solo el comienzo.
26 de mayo de 2021.- Pedro Sánchez mantiene una conversación telefónica con Xi Jinping, la primera oficial tras la pandemia. En el encuentro virtual -ampliamente promocionado por La Moncloa- ambos “expresaron su deseo de seguir impulsando las relaciones entre España y China” y subrayaron “la importancia de fortalecer el sistema multilateral para hacer frente a la magnitud de los desafíos actuales, acelerados por la pandemia”. En ese momento pasó inadvertido, pero entonces Sánchez planteó las “oportunidades” del Plan de Recuperación que acababa de ser aprobado por la UE “en ámbitos como la transición ecológica, la movilidad eléctrica, la economía circular y la digitalización”. Finalmente, Sánchez manifestó su confianza en que se pudiese encontrar un terreno común para crear “el clima de confianza necesario” para la ratificación del Acuerdo Global de Inversiones entre la UE y la segunda economía del mundo. Una verdadera declaración de intenciones para todo lo que estaba por venir. Por entonces la presión de EEUU sobre Pekín se había relajado, aunque no eliminado, tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
24 de febrero de 2022.- Comienza la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y Estados Unidos y la Unión Europea se vuelcan con ayuda militar y económica. Empieza también una carrera por proteger las infraestructuras críticas en el marco de la OTAN. La alianza atlántica pide a sus miembros desligarse de cualquier influencia rusa y China, en su condición de aliado estratégico de Moscú, también es señalado. Al mismo tiempo, las redes de telecomunicaciones son consideradas clave ante una nueva oleada de ciberataques. España reacciona y la entonces ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, presenta una ley de ciberseguridad 5G en mayo, una caja de herramientas para protegernos de estas amenazas. Por primera vez se habla de una lista de proveedores de alto riesgo asociada a suministradores de países ajenos a la UE y a EEUU y con las empresas del país asiático en el punto de mira. La norma indicaba que este listado debería elaborarse antes de seis meses. En paralelo, Telefónica, Vodafone y Orange comenzaron a apartar a Huawei de sus futuros desarrollos de 5G.
Zapatero y China
15 de noviembre de 2022.- Con el plazo para elaborar la lista de proveedores de alto riesgo de 5G ya cumplido, Pedro Sánchez y Xi Jinping se reúnen en la Cumbre del G20 en Brasil. El encuentro no era menor, ya que España empezaba en julio de 2023 su presidencia rotatoria de la UE y para China era clave tener apoyos ante el nuevo bloqueo de Bruselas tras el estallido de la guerra de Ucrania. Durante el encuentro se trató la invasión rusa y su impacto en la economía mundial, las crisis alimentaria y energética, “así como la necesidad de luchar contra el cambio climático”. Sin embargo, lo realmente relevante es que se volvieron a estrechar lazos comerciales y la lista de proveedores de 5G pasó a mejor vida, como dejaría claro la ministra Calviño pocos meses después -en febrero de 2023- diciendo en el Mobile World Congress (MWC) que este listado ya no era una prioridad.
Por entonces, Zapatero comenzaba a montar el think tank Gate Center, junto con el empresario Daniel Romero-Abreu. Como presidente de su consejo asesor comenzó a viajar de manera recurrente a China con la excusa de estrechar lazos culturales, aunque en realidad sus cometidos tenían mucho más que ver con relaciones comerciales. Fuentes consultadas apuntan a que desde esta tribuna el grupo articula negocios chinos no solo con España, sino que también hacia Latinoamérica, especialmente Venezuela, donde el ex mandatario también tiene muchos intereses. Desde finales de 2022 los viajes de Zapatero han sido frecuentes y siempre para ver a dirigentes del máximo nivel del Gobierno y el Partido Comunista. Es más, gran parte de la agenda de las posteriores visitas de Sánchez a Pekín ha sido organizada por el equipo del expresidente.
31 de marzo de 2023.- Las gestiones de Zapatero surten efecto y comienza una nueva era de las relaciones entre España (y Sánchez) con China. El presidente del Gobierno cerró el primer trimestre de este año desplazándose por primera vez a Pekín con todo su séquito monclovita. A las puertas de la presidencia española de la UE, transmitió a las autoridades chinas la necesidad de encontrar un mayor equilibrio en las relaciones económicas y comerciales, “respetando las reglas del juego, mejorando la transparencia y garantizando la reciprocidad en el acceso a los mercados“. Sánchez comenzaba a buscar fórmulas para seguir profundizando las relaciones e ir más allá de las colaboraciones con Huawei.
Disputas con Bruselas
5 de diciembre de 2023.- La UE vuelve a la carga y lanza una dura arremetida contra China para reducir un “descomunal desequilibrio en el intercambio comercial”. La Comisión Europea buscó “soluciones negociadas” en medio de la crisis energética, la de los componentes, y una inflación disparada. Se comenzaba a notar un cierto agotamiento del modelo productivo europeo acosado por la competitividad china y precios inusualmente bajos que atacaban la línea de flotación de industrias comunitarias históricas como la de los automóviles. Bruselas acusó al gigante asiático de dopar a sus empresas con ayudas públicas, tributarias y laborales para producir a menor coste y alterar el mercado.
19 de febrero de 2024.- Sánchez recibe en La Moncloa al ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, que viajó a España tras acudir a la cumbre de Seguridad celebrada en Alemania en la que hizo un alegato contra los esfuerzos europeos de aislar a su país por «los riesgos». Era una gira para templar los ánimos y evitar la arremetida comercial comunitaria que tenía una parada destacada en Madrid donde se pidió al mandatario español que intercediera ante Bruselas y evitara que las hostilidades fueran a más. Cuatro días después el Ejecutivo respondía con una declaración formal del por entonces Ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, indicando que “no habría lista de proveedores vetados 5G”, con lo que oficialmente Huawei y ZTE dejaban de correr riesgos. Días después, en el Mobile de Barcelona se escenificaría el reencuentro con la visita de autoridades españolas al stand del fabricante.
19 de abril de 2024.- Se firma el primer gran acuerdo de inversión china en España. La semi-pública Chery se compromete a rescatar la antigua fábrica de Nissan en Barcelona para producir 150.000 coches con tecnología asiática (y la marca española Ebro) hasta 2029. Prometieron también 400 millones de inversión y crear hasta 1.250 empleos. Un pacto redondo ya que España se convertía en la puerta de entrada del país asiático a Europa y con ello, el gigante podía sortear la amenaza de aranceles europeos a sus vehículos. El acuerdo -como no podía ser de otra manera- fue presentado en persona por Pedro Sánchez. Solo un mes después, el ministro de Industria, Jordi Hereu, invitó al fabricante a participar de los Next Generation del Perte VEC, lo que hizo saltar todas las alarmas en la UE. En momentos en los que Bruselas intentaba limitar su influencia (con aranceles del 45% para los coches eléctricos chinos) parecía descabellado que un país del bloque financiara una de sus empresas con fondos comunitarios.
Inversiones chinas
En mayo de este mismo año, Bruselas vuelve a presionar a España para endurecer el veto a Huawei pidiendo garantías al Gobierno de que se cumplirán las restricciones a la multinacional para el desarrollo del 5G. Lo hacía en el marco del cuarto pago de fondos europeos, aunque el Ejecutivo español volvió a ponerse de perfil privilegiando sus relaciones con China. España daba por cumplidos sus compromisos respecto del suministrador sin hacer nada y pasaba página esperando más inversión. Y así fue. Tras en nuevo viaje de Sánchez a Pekín en septiembre de 2024, el dinero comenzó a fluir con una planta de baterías de litio de CATL en Zaragoza; un proyecto de construcción de baterías de Envision en Navalmoral de la Mata; y la planta solar de China Three Gorges en Murcia. Por ello es cada vez más común ver productos chinos sustituyendo a los europeos en sectores como los coches, los paneles solares y las instalaciones energéticas.
14 de abril de 2025.- Tercer viaje de Pedro Sánchez a Pekín en dos años y con Zapatero nuevamente allanando el camino. En esta oportunidad el objetivo oficial era reforzar el último protocolo de colaboración con siete acuerdos para facilitar la venta de distintos productos alimentarios, sanitarios y cosméticos españoles, además de aumentar la colaboración en ámbitos como la cultura, la ciencia y la educación. No obstante, el encuentro fue interpretado nuevamente como una reunión para que España intercediera ante las amenazas comerciales del segundo mandato de Donald Trump. Estados Unidos ha vuelto a pedir una línea dura con China por parte de la UE y la esperanza del Xi Jinping es que su aliado privilegiado, el que más veces ha viajado a verle en los últimos 24 meses y el que lleva cinco años defendiéndole, vuelva a ser el caballo de Troya para suavizar las relaciones con Bruselas.
Exportaciones a China
La relación comercial entre los dos países atraviesa su mejor momento. Como antídoto a la guerra de los aranceles, en los primeros cinco meses del año las exportaciones de empresas españolas se dispararon un 17%. Una relación que está en máximos gracias a las gestiones de Sánchez: solo en siete años del PSOE en la Moncloa las importaciones se han duplicado desde los 25.000 a los 50.000 millones. China ya ha escalado al segundo lugar como proveedor y en breve entrará en el top ten de destinos de nuestros productos.
Ahora solo falta continuar asegurando millonarias inversiones chinas. Unos millones que deberían comenzar a llegar en los próximos meses en sectores como la automoción, el mundo digital y la energía. De la mano de Sánchez, Zapatero y José Blanco seguiremos siendo la principal sucursal de Pekín en la UE. Una relación que escandaliza a Washington -como quedó demostrado con la carta de senadores de EEUU advirtiendo del contrato de escuchas telefónicas– y a Bruselas, donde las advertencias se acumulan por decenas en los últimos años. Aunque parece que nada de esto parece frenar al Ejecutivo español.