El sector del aceite se resigna a los aranceles de Trump pese a que benefician a Marruecos
Los exportadores lamentan la decisión en un mercado «indispensable e insustituible» para España

Botellas de aceite de oliva.
El sector del aceite de oliva español respira algo más aliviado tras el acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea. Aunque se lamenta de la decisión de imponer aranceles del 15% a todos los productos procedentes de la Unión Europea, son conscientes de que se trata de una cuantía inferior a los términos previstos hace tan solo unos meses. «No es el peor escenario, sobre todo teniendo en cuenta los comentarios de las últimas semanas», asegura Rafael Pico Acevedo, director adjunto de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) en conversación con THE OBJECTIVE. Sin embargo, se trata de un gravamen superior al que tienen actualmente los aceites provenientes de Marruecos o Turquía, que están establecidos en un 10%. Se trata de dos países que en los últimos años han aumentado considerablemente tanto su producción como sus exportaciones, pese a estar aún muy lejos de los datos españoles.
El estadounidense es un mercado insustituible para el aceite de oliva español, ya que es líder en importaciones de este producto, el segundo tras la Unión Europea. Estados Unidos tiene una producción muy reducida que apenas supone el 3% de todo el aceite de oliva que consumen, por lo que la importación es prácticamente una obligación. De hecho, importa anualmente unas 430.000 toneladas, de las cuales unas 300.000 son de origen español, tanto de forma directa como indirecta (a través de Italia). No obstante, a pesar de dar por hecho que las exportaciones de su producto incluirán estos aranceles, prefieren ser prudentes y esperar a conocer «la letra pequeña del acuerdo».
«De momento solo hemos visto las declaraciones y en ambas ha habido cosas inconexas en cuanto a hasta donde llega el arancel, si el 15% es adicional o completa todo», lamenta Pico. «Se tiene que formalizar para que podamos hacer un análisis más completo para ver la dificultad en el tablero que se nos presenta». A falta de conocer el detalle de los términos del acuerdo, esta medida supone una distorsión del mercado internacional en detrimento de los mercados europeos, especialmente del español y en concreto del sector del aceite de oliva, para el que el estadounidense es un mercado estratégico.
Diferencial del 5%
No obstante, durante estos meses, el principal temor del sector del aceite era que una tasa más elevada a los países europeos acabase beneficiando más y aumentando el diferencial con los principales países competidores de España, como son Marruecos o Túnez. La imposición del 15% a los productos de la Unión Europea alivia ligeramente esos temores. «Pensamos que va a ser una distorsión, pero no tan grave como cabría esperar porque se hablaba de aranceles de incluso el 30% que nos sacarían del mercado. Ahora el diferencial va a ser del 5% versus los más favorecidos», explica Pico en conversación con este diario.
«Tenemos países que también son rivales productores como Turquía o Marruecos que tienen un 10%, menos del 10% no tiene nadie. Se crea un panorama complejo, es difícil determinar cuáles van a ser las consecuencias», añade el director adjunto de Asoliva. El sector se juega entre 3.500 y 3.800 millones de euros anuales en el conjunto de exportaciones españolas.
Un mercado clave
Para poder evaluar el verdadero impacto que supondrán estos aranceles en los aceites de oliva españoles es imprescindible conocer en detalle los términos concretos del acuerdo adoptado, insiste la patronal de los exportadores. Pero reitera que este 15% supone una pérdida competitiva respecto a otros países productores no pertenecientes a la Unión Europea. «Lo que es un hecho es que la imposición de estos aranceles al aceite de oliva españolo supondrá un incremento de precios en los lineales que deberá ser asumido por el consumidor americano».
Asoliva confía en que el consumidor de EEUU está muy concienciado con los beneficios para la salud que ofrece este producto frente a sus competidores y que, históricamente, ha estado dispuesto a pagar más por un producto como este. Pese a ello, no descartan que el incremento de precios en el producto español haga que se decanten por otros aceites de oliva como los provenientes de Marruecos o Turquía que, en principio, tienen un 10% de gravamen.
«Sin duda, una muy mala noticia para un sector que en los últimos años ha realizado grandes inversiones en infraestructuras, comercialización y promoción en un mercado líder para nuestro país y que, ahora, puede suponer el deterioro económico de toda la cadena de un sector».