The Objective
La otra cara del dinero

Petrodólares acuáticos sin fronteras ni límite de edad

World Aquatics, presidida por un kuwaití implicado en la corrupción de la FIFA, se hace de oro con espectáculos como el Mundial de Singapur

Petrodólares acuáticos sin fronteras ni límite de edad

Zidi Yu, la china de 12 años que compite en el Mundial de Singapur. | Europa Press

El Mundial de natación terminó ayer en Singapur con el habitual alborozo de medallas y récords opacado por la increíble historia de una niña de 12 años. La china Zidi Yu ha alucinado al personal con marcas estratosféricas para su edad. A algunos les preocupa que su rostro aparezca en los medios de comunicación (y no precisamente pixelado) y que haya trascendido, que se entrena nadando 15 kilómetros al día.

A quien parece no importarle tanto, más bien al contrario, es a la organizadora del Mundial, la World Aquatics, que hasta hace un par de años se llamaba Fédération Internationale de Natation, en el menos comercial francés del (pobre, dónde andará) Barón de Coubertin, el de la cosa olímpica, lo importante es participar y etcétera. 

Un informe de Sportbusiness publicado la semana pasada revela que «una combinación sin precedentes de Juegos Olímpicos, Mundiales y Campeonatos Mundiales de Piscina Corta en el mismo año generó los mayores ingresos de la historia para los deportes acuáticos mundiales». World Aquatics recaudó unos ingresos de 107,8 millones de dólares en 2024, entre ellos 38,9 millones de los JJOO, 32,1 millones de derechos de retransmisión y patrocinio, y 36,5 millones de alojamiento e ingresos comerciales asociados. El beneficio operativo fue de 38.8 millones, a lo que hay que sumar 8.3 millones de ingresos por inversiones y el uso de 4.1 millones en reservas vinculadas. En total, un superávit neto récord de 51.2 millones. Citius, altius, fortius, plus pecuniae, amigo Coubertin.

Este año no hay juegos, pero sí Mundiales. Desde 1973 se celebran cada dos años. El de Fukuoka también se retrasó hasta 2023 por el coronavirus, empujando al de Doha, la capital de Catar, en febrero de 2024. Los aficionados al fútbol saben bien que a los cataríes no les importa celebrar mundiales en invierno. Al contrario. Todos contentos, pues, porque a la World Aquatics ni se le pasó por la cabeza perder uno de sus eventos. Se celebran dos años seguidos y tan campantes. Al fin y al cabo, sus estatutos especifican que ellos se rigen por el artículo 60 del Código Civil Suizo, que regula las «organizaciones con propósitos no comerciales» (sic) de forma tan especial, suponemos, como tradicionalmente ha tratado el país alpino estas cosas.

Pero rebobinemos un poco. Hablábamos de Catar, que no podía quedarse sin Mundial por mucho coronavirus que asolara al planeta. Los petrodólares, ya se sabe. Por aquí hemos analizado cómo han ido invadiendo hasta el último resquicio del sector del deporte. Por ejemplo, esto. Curiosamente, el artífice del cambio de nombre de FINA a World Aquatic se produjo bajo el mandato del actual presidente, que llegó al cargo en 2021. Se trata de Husain Al-Musallam, también director general del Consejo Olímpico de Asia y secretario general del Comité Olímpico de Kuwait.

Un hombre muy ocupado… y con magníficas credenciales. Justo en septiembre de 2021, AP publicó que el Departamento de Justicia de EEUU le había echado el ojo por los escándalos de corrupción en la FIFA por la compra de votos por Catar para ser sede del Mundial de fútbol. Deportista versátil este Husain Al-Musallam. Su perfil en Wikipedia remite a unos documentos de un tribunal estadounidense en los que aparece su cuenta en el Qatar National Bank como receptora de un pago de siete millones de libras esterlinas por el Estado de Catar. 

Singapur. Justo donde se acaba de celebrar el Mundial de Natación. Donde la niña china ha fatigado las lucrativas aguas de World Aquatics. Esta, eso sí, ha anunciado la creación de un fondo de compensación de 10 millones de dólares para los deportistas tras su carrera. ¿Mala conciencia?

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