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Economía

Solo el 14% de los jóvenes previstos por el Gobierno recibe el aval para comprar un piso

El programa puesto en marcha por el Ejecutivo contemplaba que se beneficiaran 50.000 personas

Solo el 14% de los jóvenes previstos por el Gobierno recibe el aval para comprar un piso

Un edificio en construcción.

La línea de avales para la adquisición de la primera vivienda, gestionada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en colaboración con el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, avanza con un ritmo más lento de lo que el Ejecutivo había anunciado en su lanzamiento. Según los últimos datos oficiales a 31 de agosto de 2025, se han concedido 7.166 avales a jóvenes menores de 35 años y a familias con hijos a cargo. Esta cifra supone apenas el 14% del objetivo de 50.000 beneficiarios comprometido por el Gobierno.

El programa fue presentado en mayo de 2024 como una de las medidas más emblemáticas para facilitar el acceso a la vivienda a los colectivos más castigados por el encarecimiento del mercado inmobiliario. La iniciativa buscaba ayudar a jóvenes y a familias con menores que, pese a tener ingresos estables, no son lo suficientemente altos como para poder afrontar la cantidad inicial que exigen los bancos para conceder una hipoteca.

La manera de ayudar a los interesados en adquirir una vivienda es que el Gobierno se convierte en avalista de la operación, permitiendo que el préstamo hipotecario pueda cubrir hasta el 100% del valor de tasación o del precio de compra de la vivienda. De esta forma, se elimina una de las principales barreras para acceder a la compra de una casa, que es no disponer del 20% del precio de la misma ahorrado para pagar la entrada.

No obstante, la ejecución no ha respondido a las expectativas iniciales, y que de los 50.000 beneficiarios que el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana anunció como horizonte, en quince meses apenas se han alcanzado 7.166 operaciones, lo que representa el 14,3% del total previsto.

Distribución de los beneficiarios

En el informe del ICO se distinguen dos tipos de beneficiarios de la ayuda: los jóvenes, que concentran la mayoría de avales, y las familias con menores a cargo. El escrito precisa que de las 7.166 operaciones formalizadas, 5.145 corresponden a jóvenes menores de 35 años. El resto, es decir, las 2.021, benefician a familias con menores a cargo.

Aunque los jóvenes concentran la mayoría de avales, el peso de las familias es significativo. Es más, su inclusión mejora el porcentaje global, ya que si solo se calculara el correspondiente a los avales de jóvenes, el avance respecto al objetivo se quedaría en torno al 10%.

Impacto económico

Las 7.166 operaciones avaladas hasta agosto de 2025 han permitido movilizar un volumen de financiación de 909,2 millones de euros en nuevos préstamos hipotecarios. Esta cifra muestra que el programa tiene un impacto real en el mercado, aunque limitado frente al problema que supone el acceso a la vivienda en España.

Andalucía, a la cabeza

La distribución territorial muestra diferencias relevantes entre comunidades autónomas. Andalucía lidera el número de operaciones con 2.046 avales, lo que supone casi un tercio del total, y una financiación avalada de 237,4 millones de euros. Le siguen la Comunidad Valenciana, con 1.052 operaciones (128,8 millones), y Cataluña, con 918 (145 millones).

En el otro extremo, las cifras más bajas corresponden a Melilla (2 operaciones, 0,3 millones) y Ceuta (11 operaciones, 1,5 millones). En términos de volumen económico, tras Andalucía destacan Cataluña y la Comunidad Valenciana como las regiones donde el programa ha tenido mayor peso.

Además de la distribución por beneficiarios, los datos reflejan notables diferencias en la cuantía media de los avales según la comunidad autónoma. Mientras que en Cataluña el importe medio por operación supera los 158.000 euros, en Andalucía se sitúa en torno a los 116.000 euros y en la Comunidad Valenciana en unos 122.000 euros. En cambio, en territorios como Extremadura (87.800 euros por operación) o Castilla-La Mancha (113.400 euros), las cifras son sensiblemente más bajas, lo que pone de manifiesto la brecha territorial en el precio de la vivienda y el distinto impacto del programa en cada región.

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