La primera edición de All in Creative llena Sevilla de buenas ideas
Creativos, directivos y comunicadores de todos los sectores reivindican la capital andaluza como punto de innovación

El abogado, consultor y exlíder de Ciudadanos Albert Rivera ofrece su visión del liderazgo en All in Creative. | Marcos Holland
La capital andaluza se ha transformado este miércoles en punto de encuentro para algunas de las ideas más brillantes del país. El Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS) ha acogido la celebración de la primera edición de All in Creative, un congreso cuyo propósito es crear el caldo de cultivo ideal para la aparición de grandes ideas de la mano de toda clase de profesionales en campos como el marketing, el periodismo, la medicina, la ciberseguridad o la hostelería. ¿Su nexo común? Todos y cada uno de ellos han alcanzado el éxito profesional a golpe de creatividad bien enfocada.
A pesar de que el acto principal ha tenido lugar en Sevilla, el evento tuvo su pistoletazo de salida en Madrid de la mano de Iryo y su «Tren de las Ideas». Esta iniciativa, pensada para que los ponentes pudieran comenzar a dialogar e intercambiar sus pensamientos desde el comienzo del viaje, ha demostrado ser un acierto para lograr que el conocimiento, la experiencia profesional y la visión creativa confluyeran para brindar a todos los asistentes una serie de charlas y mesas redondas. El tema central: la creatividad como herramienta para la obtención de grandes ideas y productos.
Rivera y Nieto, dos visiones del liderazgo
En una jornada repleta de conversaciones de alto nivel, el ponente más reconocible ha sido el abogado, consultor y exlíder de Ciudadanos Albert Rivera. El expolítico relató cómo, en esencia, la creación de Cs fue un ejercicio de enorme creatividad: a nadie más se le habría ocurrido crear un partido liberal, tan catalán como español, que defendiera huir de la dicotomía izquierda-derecha y respetar los valores constitucionales en una Cataluña profundamente nacionalista. El corazón de su mensaje es que este país tiene mucho talento, pero le falta talante: aunque tengamos calidad humana de sobra para producir grandes líderes, el sistema actual propicia que se queden en un segundo plano por una cuestión de comodidad. «La creatividad no es posible si no creamos espacios de libertad que nos permitan desarrollarla», concluía con la sabiduría de la experiencia.
Tras una introducción del periodista y escritor Julio Muñoz, encargado de conducir el evento con acertada soltura, Álvaro Nieto, director de THE OBJECTIVE, arrancó la jornada compartiendo su experiencia al frente de este medio. Tras verse sin empleo en 2021, Nieto decidió aprovechar la falta de credibilidad de la prensa para desarrollar un medio verdaderamente independiente. Cuatro años después, a base de exclusivas de máximo interés y de un plantel excepcional de colaboradores, THE OBJECTIVE se ha hecho con un hueco por derecho propio en el competitivo mundo de la comunicación.
Creatividad en la vida cotidiana
A continuación, el médico y divulgador Fernando Fabiani, la experta en ciberseguridad Mar López y el chef Javier Abascal, encargado del catering del evento, protagonizaron una mesa redonda sobre el papel que juega la creatividad en sus respectivos oficios. El secreto para desbloquear la creatividad que todos albergamos en nuestro interior, concluyeron, es «hacer cosas». ¿Para qué? Da igual. Lo importante es seguir moviéndose para construir así nuestro «cajón de sastre» de ideas y experiencias, ese del que podremos tirar cuando más la necesitemos. Comentaron también la gran importancia de la autopercepción a la hora de crear: «Si tú dices que no eres creativo, se convierte en una profecía autocumplida, y cuando te haga falta serlo te vas a bloquear».
El consultor internacional y experto en oratoria Fran Carrillo tomó el relevo para demostrar con una anécdota muy personal cómo el éxito o el fracaso dependen de la actitud con la que afrontemos nuestros errores. Tras un episodio humillante que podría haber truncado su carrera como orador antes incluso de haber comenzado, Carrillo decidió afrontar la situación con la determinación de no permitir que un error puntual definiera su futuro. «Hay tres cosas ciertas en esta vida: la muerte, los impuestos y hablar en público», resumía, antes de coronar su intervención con una reflexión sobre el gran error en el que, para él, solemos caer los españoles a la hora de proyectar nuestra imagen al exterior: «Si no sabes venderte, estás vendido».
La siguiente intervención, de la mano de la coach transformacional Ana de la Lastra, se centró en la capacidad innata que tenemos todos para la creación por el mero hecho de ser humanos. Ella tuvo que pasar por un trauma personal y por su sanación para llegar a esta conclusión, y ahora dedica su vida a ayudar a otros profesionales a reconectar con su genio creativo interior gracias a esta experiencia personal. «Todos somos artistas, solo que algunos lo han descubierto y otros no». A continuación, De la Lastra condujo una sesión de meditación grupal, una demostración práctica de su tesis que dejó el auditorio con la energía completamente renovada.
IA generativa, ¿musa o enemigo?
Hoy en día resulta casi imposible hablar de creatividad sin mencionar la irrupción de la inteligencia artificial generativa en el sector de la producción audiovisual, y en ese mismo tema se encargaron de profundizar los miembros de la segunda mesa redonda. Carlos Molina, CEO de Multiversial, insistía en que se trata de una nueva herramienta que, bien utilizada, «multiplica tu criterio como profesional». El director de arte Andrés Gil insistía en esa misma idea: «Cualquier creativo se hace mejor creativo gracias a la IA generativa». Por su parte, tanto Kaajal Mansukhani (Freepik) como Juan Carlos Osorio (Clear Channel) aseguraron que, aunque parezca lo contrario, las grandes tecnológicas no van a ser capaces de hacerse con el monopolio de la creatividad.
A pesar del temor que a veces produce la sola mención de la inteligencia artificial en ciertos sectores, la mesa concluyó con un tono esperanzador para los seres humanos: la IA no es capaz de generar nada de verdadero provecho por sí misma; siempre es necesario un buen profesional que sepa cómo debe «alimentar» a la herramienta antes de pedirle nada.
Creatividad y ‘startups’
Carlos Murillo y Carolina Rodríguez, del pódcast Sangre de unicornio, trasladaron al escenario su particular visión del mundo de las startups y de la cultura del emprendimiento, con sus luces y sus sombras. En un tono ameno y humorístico, desgranaron sin miramientos los peores errores recurrentes del sector, desde el «startupero» perpetuo que se niega a convertirse en gestor hasta la supresión de la creatividad en favor del crecimiento acelerado y del afán por escalar el proyecto antes de tiempo.
Finalmente, de la mano de David Acosta (INNN) y Elisabet Estrella (Call Me Margarita), coorganizadores del evento, otra mesa de grandes profesionales de sectores dispares demostró con sus relatos y experiencias que no hay reto que no se pueda superar si se hace un ejercicio de creatividad adecuadamente enfocada. Mariano Casares (MasOrange), José Villalobos (Cervezas Victoria), Inés Fonseca (Johnnie Walker), Domingo Olivo (Sony Music) y Estrella Ibáñez (Real Betis Balompié) compartieron anécdotas que mostraban, cada una a su manera, la gran importancia de saber ver lo que otros no alcanzan a ver. Al final, la clave, en palabras de Inés Fonseca, es que «si no hay amor, no hay equipo», dando a entender que ese clima de complicidad y relajación, alejado de la frialdad habitual del mundo corporativo, es más necesario de lo que parece para que las ideas fluyan con el caudal deseado.
Un cierre gastronómico
Como broche final, Javier Abascal y su equipo del restaurante La Lola ofrecieron una experiencia gastronómica cuya calidad rivalizó con el buen ambiente que se respiraba entre todos los ponentes y asistentes. Así, entre buena comida y bebida, el lubricante ideal para la transmisión adecuada del conocimiento, fue imposible salir de la primera edición de All in Creative sin reformular uno de los refranes españoles que, por desgracia, menos se ponen en práctica: «Hablando –y creando– se entiende la gente».