Los eléctricos tocan techo: bajan en ventas por primera vez mientras suben los de combustión
El estancamiento pone en cuestión el objetivo de la UE de prohibir la venta de coches de combustión de aquí a diez años

Un coche eléctrico de Polestar el pasado 8 de septiembre en una muestra de automoción en Múnich, Alemania. | Reuters
El mercado de los vehículos eléctricos en España ha tocado techo. Por primera vez, las ventas de este producto no han protagonizado un aumento interanual, como venía ocurriendo desde que el Gobierno tiene registros, e incluso han retrocedido ligeramente. Hace una década apenas se compraban unos pocos millares de unidades, con lo cual el sector todavía tenía un gran potencial de crecimiento.
La cifra ha ido creciendo hasta que, en 2024, llegaron a las carreteras españolas 70.437 automóviles eléctricos de nueva adquisición, un 0,8% menos que en el ejercicio anterior. Esto sugiere que este mercado ha superado la etapa de expansión para entrar en una nueva fase de consolidación y mayor madurez, lejos de los crecimientos a doble e incluso triple dígito que había experimentado en años más favorables.
Las compraventas parecen haberse estabilizado en torno a las 70.000 unidades al año, en un contexto de subvenciones públicas, entre ellas el plan Moves III o el PERTE financiado con fondos europeos Next Generation, e incentivos, como las zonas de bajas emisiones en las principales ciudades, que en algunos casos premian con su etiquetado a todoterrenos modernos más contaminantes frente a automóviles eficientes aunque antiguos; pero también de limitaciones en la infraestructura. Y es que, si bien se está ampliando gradualmente la red española de estaciones de carga eléctrica, su implantación es todavía menor en comparación con otros mercados europeos.
Los vehículos de combustión repuntan un 9%
Las cifras de matriculaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) muestran que, si se cuentan también los híbridos, las ventas de vehículos electrificados ya han superado a las de los convencionales. Sin embargo, los datos pormenorizados de nuevas adquisiciones del organismo dependiente del Ministerio del Interior, a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, permiten comprobar que por cada eléctrico, se venden 16 turismos de diésel o gasolina.
De hecho, los primeros representan solo el 5,8% de los coches nuevos y el 4,9% del total de vehículos de nueva compra. Mientras el mercado de los eléctricos se estanca, el motor de combustión vive un momento dulce: según la misma fuente, las ventas de coches propulsados por diésel y gasolina repuntaron un 9% con respecto al año anterior.
1,4 millones de nuevos vehículos
En 2024, se matricularon un total de 1.445.348 vehículos de nueva adquisición. La mayoría (1.011.119) eran turismos, además de 226.553 motos, 103.915 furgonetas, 71.332 camiones, 4.359 autobuses, 20.783 tractores y 7.287 remolques. Más de un millón (1.012.120) de estos medios de transporte funcionan con gasolina, 318.886 con diésel y 70.437, con un motor eléctrico y baterías recargables.
Asimismo, se registró la venta de tres camiones de biodiésel, tres camiones y furgonetas de biometano, 35.259 vehículos de gas licuado de petróleo, 1.051 de gas natural comprimido, 233 de gas natural licuado (principalmente tractores) y 60 de hidrógeno, mientras que 7.296 unidades pertenecen a las categorías «otros» o «sin especificar».
Aunque estos datos solo están actualizados hasta 2024, hay elementos que apuntan a que las ventas de vehículos siguen creciendo este año. Según informa Autonoción, las adquisiciones en julio se dispararon un 17% con respecto a 12 meses antes, con la nipona Toyota, la alemana Volkswagen y la coreana Hyundai en cabeza, mientras que el Dacia Sandero lideró el ranking de modelos. Asimismo, se ha registrado un ligero incremento del tráfico a nivel nacional, y en Valencia, la dana y el éxito de las importaciones low cost han impulsado significativamente las matriculaciones, como ya contó este medio.
Este estancamiento de las ventas de vehículos eléctricos en el umbral de las 70.000 unidades anuales en España pone en duda el objetivo de la Unión Europea de prohibir la venta de coches de combustión de aquí a diez años, lo que excluiría los automóviles de gasolina y diésel, que, tras años de incentivos públicos en dirección contraria, se mantienen como el producto favorito para más de nueve de cada diez compradores españoles. Por esa razón, una parte de la industria automotriz y metalúrgica pide flexibilizar esta meta, subrayando que son las marcas chinas y no las europeas las que llevan la delantera en el mercado eléctrico, y que el motor de combustión ha protagonizado un marcado aumento de eficiencia en los últimos años, lo que reduce significativamente sus emisiones.