Las ampliaciones en altura de los edificios, nueva vía para crear vivienda en España
La industrialización de los materiales y la obra seca permiten reducir costes, plazos y dependencia de mano de obra

Viviendas en rehabilitación. | David Zorrakino (EP)
La dificultad de acceso a la vivienda es el principal problema de los españoles según el CIS. La escasez de oferta unida a una creciente demanda, incrementada estos últimos dos años por un fuerte fenómeno migratorio no previsto, está tensando cada vez más la situación en muchas ciudades. Se necesitan viviendas y se necesitan ya, no dentro de dos años, que es el tiempo que suelen tardar en construirse y entregarse —principalmente por problemas burocráticos—. En este punto, la ampliación de edificios se abre paso como respuesta a la crisis de vivienda en España.
A cierre de 2024, España superó los 27 millones de viviendas. Eso supone un incremento de unas 102.322 viviendas respecto al año anterior. Ese mismo año, se terminaron aproximadamente 100.980 viviendas de obra nueva, se trata de la cifra más alta desde 2012, una que, previsiblemente, se superará este año. Sin embargo, a pesar del repunte en obra nueva, la producción actual de viviendas sigue siendo insuficiente para dar respuesta al ritmo de formación de hogares. Las poco más de 100.000 viviendas terminadas cada año están muy por debajo de los 250.000 hogares que se forman.
Esto evidencia un déficit estructural, agravado por factores como el tamaño medio de los hogares, cada vez más pequeño, y el crecimiento de la población. Se trata de un problema compartido con muchos países de Europa y de todo el mundo y que se produce fundamentalmente en las grandes ciudades, polos de atracción de población. Por ello, la técnica, conocida como «remonta», está ganando terreno en países con alta densidad urbana y escasez de suelo disponible. Así, la arquitectura europea está viviendo un giro silencioso pero significativo: cada vez más ciudades apuestan por añadir nuevas plantas a edificios ya existentes como alternativa a la construcción tradicional.
Europa mira hacia arriba
La operación consiste en levantar uno o varios niveles sobre un inmueble consolidado que suele ser de hormigón, una práctica que hasta hace pocos años se consideraba extraordinaria por su complejidad técnica. Sin embargo, los avances en sistemas industrializados, módulos prefabricados y estructuras ligeras, han reducido plazos y riesgos, impulsando su adopción en mercados como Francia, Alemania, Países Bajos y España. «Tenemos que dejar de pensar que la única forma de crear vivienda es construir desde cero sobre suelo nuevo. Hoy existen soluciones técnicas que nos permiten crecer en altura, rehabilitar con eficiencia y reducir tiempos y costes gracias a la industrialización», afirma Enrique Ramírez, director general de Pladur. En países como Alemania y Reino Unido este tipo de construcción es una realidad consolidada y una respuesta clara al problema de vivienda.
Estas estructuras suelen ser de madera y también de pladur. De hecho, esta marca, que al igual que ocurre con el pan Bimbo o los Kleenex prácticamente se ha convertido en genérico del producto, quiere ser protagonista de esta tendencia. «Uno de los principales problemas con el tema de la vivienda es la falta de suelo, pero no hace falta suelo, se puede construir en altura como las Torres de Colón», ha asegurado Ramírez, en un encuentro con medios este jueves.
«Necesitamos acelerar la construcción de viviendas, las necesitamos más rápido y también centrarnos en la rehabilitación», ha añadido. Para construir más rápido, asegura, el pladur como sistema liviano es clave. «En construcción industrializada aporta rapidez y eficiencia», asegura el experto. Un tipo de construcción creciendo en altura que reduciría a la mitar los tiempos de una vivienda de obra nueva. «La rapidez de ejecución es lo que puede aportar pladur. Duplicamos la velocidad de montaje en nuestras obras, nuestros sistemas en trasporte al ser livianos son un 50% menos contaminantes», añade.
Hacia la sostenibilidad
Esta forma de construcción, que conlleva rehabilitación del edificio, sería clave según el directivo de Pladur, para ir renovando el cada vez más envejecido parque de viviendas de España. La remonta suele ir acompañada de mejoras energéticas del edificio original, como renovación de fachadas, refuerzo estructural, nuevos aislamientos y actualización de instalaciones. Para los propietarios, esto se traduce en una revalorización del inmueble y en la posibilidad de financiar parte de la obra con las nuevas viviendas creadas. Pero también conlleva dificultades.
Pese al avance y la crisis de vivienda creciente en Europa, las ampliaciones en altura siguen enfrentándose a importantes desafíos. Por un lado, no todos los edificios soportan nuevas cargas, lo que obliga a estudios estructurales detallados. Y por otro, los temas burocráticos, también generan que las decisiones se dilaten, lo que retrasa la opción de tener más viviendas rápido. De hecho, los procedimientos de licencia, la normativa urbanística y la necesidad de consenso entre propietarios pueden alargar los plazos más que la intervención en sí misma. En este sentido, las comunidades de vecinos, no siembre bien avenidas, juegan un papel decisivo y en muchos casos deben aprobar la actuación o negociar con promotores interesados.
