ContexTO | Mejorar la competitividad de las empresas a través de su internacionalización
THE OBJECTIVE aborda un debate sobre la situación exterior comercial y las ayudas públicas
La internacionalización ya no es una opción defensiva para las empresas españolas, sino una condición necesaria para competir y crecer en un escenario global marcado por la incertidumbre. Ese fue el mensaje central del debate, organizado por THE OBJECTIVE, ContexTO: Mejorar la competitividad de las empresas a través de su internacionalización.
Moderado por el periodista de THE OBJECTIVE Fernando Cano y en colaboración con la Cámara de Comercio de España y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el encuentro ha contado con la participación de Eva Piera, presidenta de la Comisión de Internacionalización de la Cámara de España; Julián López Arenas, director de Competitividad de la Cámara de Comercio de España; Luz Martínez, directora del área internacional de la Cámara de Valencia; y Silvano García, CEO de Bodegas Silvano García.
La geopolítica fue uno de los asuntos del debate. Piera destacó que las empresas españolas se mueven hoy en un entorno «tremendamente complejo y cambiante», en el que la geopolítica condiciona de forma directa las decisiones económicas. «El orden mundial que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, basado en reglas, se está resquebrajando», afirmó.
Pese a ello, Piera defendió que este nuevo orden también abre oportunidades. «Las empresas tienen que saber adaptarse con rapidez, diversificar destinos, rediseñar sus cadenas de suministro e invertir en tecnología y digitalización», señaló. «Tenemos instrumentos, herramientas y una red de cámaras en España y en el exterior para acompañar a las empresas en su salida al mundo», subrayó.

Una oportunidad exterior
Esa evolución se refleja, según Julián López Arenas, en el propio perfil del exportador español. «En las dos últimas décadas hemos pasado de grandes empresas industriales a muchas empresas pequeñas y de servicios», explicó. La tecnología ha sido clave en ese proceso. Aun así, defendió que las herramientas clásicas siguen siendo imprescindibles.
«La virtualidad sirve para iniciar contactos, pero al final hay que estar en el mercado», dijo en referencia a las ferias y misiones comerciales. Donde sí ha habido un salto cualitativo, añadió, es en la información y la inteligencia económica, cada vez más profesionalizada y accesible para las empresas.
Desde la experiencia de una cámara territorial, Luz Martínez explicó que el objetivo no es prestar un servicio puntual, sino acompañar a la empresa en todo el proceso. «Buscamos ser ese compañero de viaje», afirmó.
La ayuda de la Cámara de España y la Red de Cámaras
Martínez destacó además el papel de las cámaras en la tramitación de la documentación de comercio exterior, un ámbito en el que los errores pueden traducirse en retrasos y costes.

Como caso concreto, Silvano García, consejero delegado de Bodegas Silvano García, relató su experiencia con los programas de la Cámara de España que respalda la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), Xpande y Xpande Digital, y que llevan años funcionando para acelerar la internacionalización de las pymes con asesoramiento y ayudas económicas. Silvano los calificó de «flexibles» y adaptados a la realidad cambiante: «nos marcamos Estados Unidos como país objetivo y nos encontramos con todo el tema de Trump por medio», explicó. La posibilidad de cambiar hacia otros mercados fue, a su juicio, una de las claves del éxito.
Para García, el mayor aprendizaje es que los mercados ya no son estables. «En el vino hemos visto cómo mercados que parecían consolidados cambian radicalmente en pocos años», dijo, citando el caso de China. Por eso defendió una estrategia abierta y flexible, capaz de revisarse «año a año, semestre a semestre», y apoyada en las instituciones. «Las empresas debemos apoyarnos mucho en las cámaras y en las administraciones», insistió.
El debate dejó un mensaje compartido por todos los participantes: internacionalizarse es una carrera de fondo, no una improvisación. Requiere planificación, recursos y paciencia. Pero, en un contexto global incierto, sigue siendo una de las principales vías para que las pymes españolas ganen estabilidad, competitividad y futuro.
