El Sabadell llega a la opa hostil de BBVA sin un núcleo duro de socios para defenderse
Tan solo cuenta con el mexicano David Martínez, que ostenta un 3,5% del capital y ya puede ganar dinero con su inversión
Banco Sabadell se encuentra sin un núcleo duro de accionistas que pueda bloquear la ofensiva lanzada por BBVA para explorar una integración. La arremetida del grupo vasco ha sorprendido al catalán, que considera que el acercamiento realizado es «totalmente hostil», según señalan fuentes conocedoras a THE OBJECTIVE.
Hace cuatro años, cuando ambas entidades negociaron sin éxito una fusión, el Sabadell tampoco contaba con un bloque de socios suficiente, pero las circunstancias y el entorno eran completamente diferentes a las actuales. Entonces, las cotizaciones estaban por los suelos y había mucha incertidumbre por las posibles consecuencias de la pandemia, por lo que BBVA no podía ser muy generoso en su propuesta de valoración.
Ahora, el banco presidido por Carlos Torres quiere aprovechar el momento y ha lanzado una oferta que sea irrechazable tanto por el consejo como por los accionistas del Sabadell. Por el momento, paga una prima del 30%. Esto acerca la valoración de la entidad liderada por Josep Oliu a su precio en libros, algo por encima de los 12.500 millones de euros. A finales de 2020 lo máximo que estaba dispuesto BBVA a ‘pagar’ eran 2.500 millones.
La transacción, en principio, está planteada a través de un canje de acciones, pero no se descarta que el grupo con sede en Bilbao modifique estos términos para lograr el visto bueno y que su propósito no fracase otra vez. Por tanto, BBVA está por la labor de incluir que una parte de la transacción se realice en efectivo para convencer a los inversores del Sabadell y que la absorción salga adelante.
Tan solo el banco catalán tiene un accionista individual significativo. Se trata del méxicano David Martínez, que tiene un 3,5% del capital. El resto de los títulos está en manos de fondos y particulares, algunos de ellos, como Blackrock, con posiciones relevantes superiores al 3%. Esta composición tan granular permite a BBVA tener cierta ventaja para conseguir su objetivo y saltar lo muros del consejo del Sabadell, señalan fuentes financieras.
Los precios del mercado y la oferta ahora planteada han llevado a que hasta el inversor mexicano haya rentabilizado su apuesta por el banco catalán en 2013 y los años posteriores. Por lo que hasta Martínez, que ha estado sufriendo pérdidas latentes durante mucho tiempo, podría ver con buenos ojos una operación de integración.
Hay que tener en cuenta que el Sabadell históricamente se caracterizó por tener un núcleo duro de accionistas, muchos de los cuales eran sagas familiares catalanas (Lara, Andic, Folch-Rusiñol, etc). Incluso hasta La Caixa estuvo presente en el bloque de socios de referencia.
BBVA desveló este martes su intención de absorber el rival. En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) confirmaba que había hecho llegar a la cúpula de la entidad con sede en Alicante su propuesta para estudiar una fusión entre ambos grupos. De salir adelante, ampliaría sus activos a cerca de billón de euros, colocándose en España como líder en activos y segundo banco por volumen de clientes en nuestro país.
Los analistas dudan de que la transacción vaya a materializarse, pero no hay un consenso generalizado. Destacan que la operación tiene un encaje perfecto, pese a los costes la misma. BBVA, una vez materializada la absorción, tendría que llevar a cabo un proceso de ajuste de gastos, vía despidos y cierre de oficinas, y enfrentarse a indemnizaciones cuantiosas para reestructurar diversos acuerdos exclusivos en diferentes negocios, como los seguros.
Que el acercamiento haya sido hostil «agrega claramente una capa de complejidad para que el acuerdo tenga éxito», señalan los expertos de Jefferies, que admiten, sin embargo, que esto permite acelerar «de una o otra manera el resultado». Calculan que la unión de BBVA y Sabadell conllevaría la creación de un conglomerado que tendría una cuota de mercado en España del 19% en préstamos, superando al Santander y acercándose a la posición de Caixabank. El volumen de clientes en nuestro país de la entidad resultante rozaría los 18 millones.
Otro aspecto importante a tener presente es la posición que adopte el Gobierno, que tendría que autorizar el movimiento. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha sido prudente en su primeras palabras, aunque ha advertido que estará vigilante ante las implicaciones que tenga sobre el nivel de competencia en el sector. Por su parte, la vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha pedido que se frene la transacción porque, a su juicio, contribuirá al «deterioro de los servicios bancarios para los ciudadanos y pymes». Hace cuatro años, la entonces número dos del Ejecutivo, Nadia Calviño, no quiso entrometerse en las conversaciones, pero el entorno era otro y ella había impulsado meses antes la unión de Caixabank con Bankia.