ING aprovecha como nadie la era de tipos altos: crece un 29% con una banca en declive
La entidad adelanta a Ibercaja por tamaño y ya es la novena más grande por volumen de activos
Un cartel de ING. | Europa Press
ING ha aprovechado como ninguna otra entidad la era de los tipos de interés elevados y ha crecido un 29,1% en España, en un momento en el que la mayor parte de los principales bancos han reducido su tamaño. Tras este salto, la filial del grupo holandés se ha afianzado en el top 10 del sector por volumen de activos. Ahora se enfrenta al reto de mantener el ritmo tras la reorganización interna llevada a cabo antes de verano y la salida de su máximo responsable, Ignacio Juliá, que acaba de ser fichado por el Santander para dirigir su división nacional.
Los datos del Banco de España, recopilados, por THE OBJECTIVE, ponen de manifiesto la fortaleza del banco naranja en los dos últimos años, el periodo en el que el BCE ha subido el precio oficial del dinero. Unas alzas que han empezado han revertirse con las dos bajadas decididas por el organismo monetario -una en junio y otra en septiembre– para impulsar la economía. Las cifras reflejan que el banco no solo ha sido uno de los pocos que ha elevado sus activos, sino que su avance ha estado muy por encima de los que lo han logrado. Al cierre del primer semestre contaba con un volumen de 65.898 millones de euros, gracias al empuje de la actividad, frente a los 51.022 millones del mismo periodo de 2022.
Este ascenso contrasta con los aumentos que han registrado Bankinter, del 3,7%; el Santander, del 1,87%; BBVA, del 0,9%; o Kutxabank (incluyendo su franquicia Cajasur). El resto han experimentado caídas que en algunos casos son significativas. Unicaja es la entidad que más tamaño ha perdido, un 17%, debido en parte a la crisis de poder que se libró en su cúpula tras la absorción de Liberbank.
Otras, que no han tenido en su seno batallas internas, no han sacado tajada del buen momento que ha brindado la época de vacas gordas para hacerse más grandes, como Ibercaja, que ha sufrido una caída de sus activos del 14%. Precisamente ING ha desplazado a la décima posición a la entidad aragonesa del ránking y ya tiene a tiro a Kutxabank y Abanca tras el acelerón.
La clasificación está liderada por el Santander, con 751.517 millones de euros, seguido de Caixabank, que ha menguado su actividad un 14%, también como consecuencia en parte de la pérdida de clientes con motivo de la integración de Bankia. Desde finales del año pasado la evolución ya es positiva y está siendo uno de los que más están sacando provecho a la lucha que mantienen BBVA y el Sabadell por la opa hostil lanzada por el primero sobre el segundo.
De salir esta operación adelante, BBVA se colocará como segundo mayor banco por activos en España, adelantando al gigante catalán y alcanzando los 654.858 millones de euros. El Sabadell aportaría 188.655 millones, después de que también haya recortado el volumen. En su caso, un 6,7%.
La bajada generalizada de la que ha escapado ING ha estado motivada en buena medida por la caída de la actividad crediticia ante la subida de los tipos y una amortización masiva de préstamos realizada por los clientes para abaratar lo máximo posible sus cuotas. Desde principios de 2024, el sector está recuperándose, debido principalmente a la reactivación de las hipotecas, uno de sus principales negocios.
Aunque ING es el noveno banco de España por tamaño, ocupa la quinta posición por número de clientes, con más de 4 millones de usuarios. Una cifra muy superior a la de otras entidades que son más grandes, como Bankinter, pero que aún está lejos de los más de 18 millones que tiene Caixabank o los más de 15 del Santander.
En los próximos meses, la filial del grupo holandés vivirá una nueva reestructuración tras la marcha de Juliá. Por el momento, ha nombrado consejera delegada interina a Almudena Román. Además, tendrá que volver al negocio de pymes y autónomos, un segmento del que salió hace unos años con la venta de su cartera a la extinta Bankia. Asimismo, como el resto de competidores, deberá adaptarse al nuevo entorno monetario ante las esperadas bajadas adicionales de tipos de interés, que serán más intensas de lo que se esperaba en primavera.
