Los bancos ya aumentan los créditos en Comunidad Valenciana, Galicia y Castilla y León
En Madrid los préstamos están a punto de incrementarse, mientras que en Cataluña aún registran una fuerte caída
Los bancos ya han conseguido dar la vuelta a su cartera de créditos en tres regiones tras dos años de contracción de la financiación como consecuencia de la subida abrupta de los tipos oficiales. Aunque en el conjunto nacional el volumen de préstamos sigue registrando tasas negativas, en la Comunidad Valenciana, Galicia y Castilla y León presenta incrementos.
Las entidades esperaban como agua de mayo el aumento de la actividad para compensar la caída de los intereses ante la nueva era de bajadas del precio oficial del dinero. Algo que empezaron a detectar en los primeros meses del ejercicio, sobre todo en el segmento hipotecario, y que en los siguientes fueron detectando en otros nichos, como los créditos a pequeñas y medianas empresas.
Los datos del Banco de España, recabados por THE OBJECTIVE, reflejan que en la Comunidad Valenciana es donde más impulso existe, ya que el saldo de financiación total se ha disparado un 4,6% en junio frente al mismo periodo de 2023. En España la caída es del 1,2%, por lo que la diferencia es amplia.
La región levantina es precisamente clave en la oferta pública de adquisición de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell, debido a la influencia que este último tiene en la zona. En los seis primeros meses de 2024, el banco de origen catalán registró un descenso de los créditos del 0,4%, por lo que queda claro que está perdiendo cuota en este mercado. Especialmente llamativo fue su estancamiento en el negocio de pymes y autónomos, su joya de la corona.
Otras entidades han puesto el foco de su ofensiva comercial en la financiación a las pequeñas empresas y a los profesionales para aprovechar la rivalidad que mantienen BBVA y el Sabadell por la opa y robarles clientes cuanto antes. En junio, poco después del lanzamiento de la oferta, los principales rivales, entre ellos Caixabank y el Santander, pusieron en marcha esta estrategia.
Las otras dos comunidades donde los créditos están cogiendo fuerza son Galicia y Castilla y León, aunque de forma más limitada que en la valenciana. En concreto, en el territorio gallego aumentaron interanualmente un 0,96%, mientras que en la meseta norte el incremento fue del 0,4%.
En el resto de regiones la financiación continúa aún a la baja y los bancos no han logrado incrementar la cartera, debido a que las amortizaciones son aún mayores que las nuevas operaciones. Eso sí, en algunas de ellas están a punto de conseguirlo. Entre estas destaca Madrid, donde la merma es de solo el 0,4%. La importancia de esta zona es esencial para las entidades, ya que en ella se concentra el 30% de los créditos, por lo que su evolución positiva es radical para la mayor parte del sector.
Por contra, Cataluña, la otra gran comunidad por importancia (acumula el 16% de los préstamos), registra un fuerte descenso de la financiación tanto a particulares como a empresas. Muy por encima de la media nacional, con un retroceso del 4%, si bien no es donde más caídas se producen en el último año. Lideran las bajadas de los créditos Asturias, con un 6,7%, seguido de La Rioja y Castilla-La Mancha, con un 6%, respectivamente.
En los dos últimos años y medio la banca ha sufrido un desplome de su negocio, como consecuencia del alza de los tipos de interés. En este periodo, los particulares y las empresas han llevado a cabo una ola de cancelaciones de créditos y amortizaciones de deuda anticipadas para abaratar sus costes y reducir la factura por el encarecimiento del precio del dinero. Solo entre octubre de 2022 y octubre de 2023 la cartera de hipotecas se contrajo en 73.500 millones de euros. Pese a ello, las entidades han disparado sus ingresos y sus resultados, ya que por los préstamos que conservan han cobrado mucho más.
Ahora que el BCE ha comenzado a bajar los tipos oficiales, las cuotas de los créditos irán poco a poco descendiendo, por lo que el sector necesita aumentar la actividad y el volumen de negocio gestionado para mantener a flote su cuenta de resultados y su rentabilidad. Algo que ha empezado antes de lo previsto y que fuentes del sector indican que se va a afianzar en los próximos trimestres.