El Gobierno se aferra a Caixabank en contra de la tendencia generalizada en Europa
El Ejecutivo prevé ampliar el plazo de salida de la entidad frente a las ventas de bancos por Alemania, Italia y Grecia
El presidente del Frob, Álvaro López Barceló | Europa Press
El Gobierno no se plantea en el corto plazo vender ni una parte ni toda la participación del Estado en el capital de Caixabank, entidad en la que está presente fruto de la absorción de Bankia en 2021. Es más. el Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene previsto ampliar de nuevo el plazo para acometer la desinversión del 17,8% que tiene el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) a través de BFA.
Con ello está tomando el camino opuesto al de otros gobiernos de países europeos que están presentes en entidades por los rescates de la pasada crisis financieras y en años sucesivos. Son los casos de Alemania, Italia y Grecia, que han puesto en marcha colocaciones de grandes paquetes accionariales para que vuelvan a manos privadas en su totalidad, recuperando así ayudas inyectadas y cumpliendo los compromisos asumidos.
Hace unos días, el presidente del Frob, Álvaro López Barceló, indicaba en el Congreso que el Gobierno podría retrasar la salida de Caixabank fijada ahora para finales de 2025 debido al potencial que tiene el grupo catalán en Bolsa. Sus palabras confirman lo que los inversores descontaban desde hace tiempo, ya que en ningún momento esta institución dependiente del Ministerio de Economía se ha planteado ni siquiera deshacerse de un pequeño volumen de títulos en su poder. Fuentes financieras subrayan a THE OBJECTIVE que no ha aprovechado ninguna de las ventanas abiertas por el banco para reducir su presencia mediante las sucesivas recompras de acciones, que tienen como propósito mejorar la política de dividendos, por lo que se certifica que la intención es mantenerse en el capital.
Con esta estrategia el Estado está aumentando la participación en Caixabank con la que se quedó tras la fusión con Bankia. Entonces, entró en la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri con un 16,1%, que le dio derecho a designar a un consejero en el grupo resultante. Este incremento va en sintonía con la política de Moncloa de intentar colonizar e influir en determinadas empresas de los sectores más estratégicos, como Telefónica.
La decisión final de un aplazamiento en la venta la tendrá que adoptar el Consejo de Ministros, pero las mismas fuentes indican que el mensaje del presidente del Frob es toda una declaración de intenciones para la que será, previsiblemente, la quinta ampliación. Los compromisos asumidos con la Comisión Europea exigen la privatización, pero permiten que se extiendan los plazos. El primero estaba fechado para diciembre de 2017, es decir, hace casi siete años. Si el Gobierno sigue el guion establecido, la desinversión completa de Caixabank se establecerá para 2027.
El Gobierno alemán, en contra de lo que hace el español, decidió hace unos meses desprenderse de la participación estatal en Commerzbank. En septiembre ejecutó la primera parte, al deshacerse de un 4,5%. Pero la irrupción de Unicredit como gran accionista, con un 21% y con la intención de alcanzar un 29,99%, ha paralizado por el momento el plan de salida, conservando el 12%.
Más decidida está siendo la apuesta del Ejecutivo de Italia, que pretende poner en el mercado un paquete importante del 26,7% de Monte dei Paschi di Siena antes de finales de 2024. Reuters informaba hace unos días de que la intención era colocar un 15%. Una desinversión que se sumaría al 12,5% del pasado marzo y al 25% de noviembre de 2023.
Al igual que Italia y Alemania, y en contra de lo aplicado por España en Caixabank, Grecia está a punto de poner fin a la era de los rescates bancarios al haber traspasado este octubre el 10% del Banco Nacional y haber culminado su salida de los otros tres que fueron ayudados con dinero público. El Estado heleno tan solo mantiene el 8,3% de dicha entidad.
El presidente del Frob esgrimió en el Congreso que el potencial de subida de Caixabank en Bolsa es de un 25% en estos momentos, por lo que sugirió que el Gobierno debería retrasar las ventas de acciones para intentar maximizar la inversión, que asciende a algo más de 24.000 millones. La institución, hasta la fecha, solo ha recuperado 335 millones de dicha inyección de recursos estatales a la extinta Bankia, algo se ha producido este año. Los dividendos recibidos y los ingresos de las dos únicas ventas, realizadas por el Gobierno del PP, se destinaron a tapar agujeros que tenía BFA, la que era matriz de la antigua Bankia, que fue nacionalizada por completo en 2012.
Está previsto que el Estado alcance el 18% de Caixabank próximamente, fruto de las recompras de títulos de la entidad, una participación que está valorada ahora en unos 7.000 millones de euros. De venderse el paquete totalmente, el Estado no recuperaría ni un tercio del rescate de Bankia. La próxima primavera, BFA percibirá algo más de 500 millones de dividendos del grupo catalán, que previsiblemente se entregarán al Frob, recortando en dicha cantidad la factura de la nacionalización.
