La banca eleva su cartera de hipotecas por primera vez en dos años tras disparar las ventas
Las entidades aumentan los préstamos para la compra de vivienda hasta los 476.272 millones en el segundo trimestre
La banca ha logrado elevar su cartera de hipotecas por primera vez en dos años tras disparar las ventas. Además, han conseguido revertir la tendencia gracias a la caída de las amortizaciones anticipadas por parte de los hogares, un fenómeno que experimentó un boom ante la abrupta subida de los tipos de interés en 2023 con el fin de abaratar el coste de las cuotas. Los datos del Banco de España, recopilados por THE OBJECTIVE, ponen de manifiesto que el saldo de los créditos para la adquisición de la vivienda repuntaron en el segundo trimestre de este ejercicio frente al primero, situándose en los 476.242 millones de euros, rompiendo la racha negativa que dio comienzo en la primavera de 2022.
Para los bancos es esencial en estos momentos que la cartera de hipotecas y otros créditos se incremente, ya que necesitan compensar con más negocio la bajada que está experimentando el precio del dinero y el euríbor. Precisamente este jueves el BCE recortó por tercera vez desde julio las tasas y las colocó en el 3,25%. Los expertos apuntan a que este porcentaje disminuirá hasta bien entrado 2025 y no descartan que antes del próximo verano esté cerca del 2%.
Desde que comenzó 2024, los bancos están viendo una mayor actividad comercial para su sorpresa positiva. Una recuperación que se ha venido acelerando con el paso del tiempo y en julio la concesión de nuevas hipotecas alcanzó su mayor volumen en 14 años, al otorgar más de 6.600 millones de euros. Además, el sector ha detectado que la ola de amortizaciones extraordinarias ha finalizado, un hecho que está contribuyendo también a que el stock ya avance.
En términos interanuales, todavía el saldo decrece y las entidades, según indican fuentes financieras este periódico, consideran que aumentará antes de lo que preveían. Hace tan solo unos meses, los bancos no pensaban que en el conjunto del presente ejercicio fueran a elevar la cartera de hipotecas frente a 2023, pero ahora esperan que pueda haber una ligera alza.
La demanda de hipotecas ha empezado a coger brío como consecuencia de unas mejores condiciones en los préstamos y la bolsa que se había creado en años anteriores por la subida de los tipos y que estaba esperando a un cambio en el entorno monetario. Los bancos ya están trasladando la bajada de los intereses oficiales a los precios de los nuevos créditos para la adquisición de viviendas. En los primeros meses de 2024, el pago de la cuota de las nuevas operaciones se redujo un 5%, hasta los 714 euros, una factura que previsiblemente ha disminuido más en primavera y verano, después del abaratamiento medio que están aplicando. El tipo que reclama el sector, incluyendo comisiones, ha ido mermando paulatinamente. En diciembre del año pasado, la tasa se encontraba en el 4% y en julio se situaba en el 3,45%.
El escenario de tipos a la baja está también está rebajando el coste de las hipotecas antiguas vinculadas al euríbor. Las tasas del stock encadenan bajadas desde marzo. Sin tener en cuenta las comisiones, el coste ha mermado desde el 3,71% al 3,6%.
Esta nueva coyuntura, por tanto, es desafiante para el sector, ya que requiere del aumento de la actividad para compensar el previsto desplome de los ingresos por intereses. Este margen ya ha tocado techo y a partir de ahora comenzará a descender. En este contexto, los bancos han vuelto a incrementar la facturación por comisiones y poder así defender su cuenta de resultados. Desde hace tiempo, el BCE lleva alertando al sistema a que adopte medidas ante el cambio en el entorno.
Los ingresos por tarifas a los clientes experimentaron en el segundo trimestre de este año un aumento significativo, al subir un 79% con respecto a los tres primeros meses o un 57% frente al mismo periodo del ejercicio anterior. Entre abril y junio, esta partida aportó 4.254 millones al conjunto del sector, siendo la cifra más elevada desde el primer trimestre de 2021. Una parte viene derivada de la mayor actividad en hipotecas. Las entidades, tras el impulso de las comisiones, mejoraron sus ganancias hasta los 19.104 millones de euros en el primer semestre, una cantidad que se aproxima a los 20.172 millones de aquel ejercicio completo y que, de no haber sido por el coste que está teniendo el impuesto extraordinario aprobado por el Gobierno, la habrían superado.