El presidente de BBVA afrontará su reelección sin tener resuelta la opa sobre el Sabadell
La junta, prevista en marzo, deberá votar su permanencia para tres años, pese a que su futuro depende de la operación
El presidente de BBVA, Carlos Torres, tenía previsto llegar a la próxima junta de accionistas con la oferta pública de adquisición de acciones (opa) sobre el Sabadell resuelta y con éxito. Pero el revés dado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) este martes, al ampliar el periodo de análisis y retrasar su aprobación, no lo hará posible, y el máximo responsable del BBVA deberá afrontar la votación para mantenerse en el cargo otros tres años quizá sin ni siquiera saber si este organismo da el visto bueno y bajo qué condiciones.
Fuentes financieras sostienen a THE OBJECTIVE que su futuro está ligado a que la opa triunfe, por lo que consideran que la reelección debe estar vinculada a la operación y temen que Torres pueda tener la tentación de aferrarse al puesto si logra el plácet de los accionistas y luego fracasa la adquisición del Sabadell. Las mismas fuentes resaltan que el BCE podría forzar un cambio en la cúpula en el caso de que la incertidumbre sobre BBVA planee en el ambiente y ponga en peligro el sistema financiero al tratarse de la segunda mayor entidad española.
En los últimos años, BBVA celebra la junta en marzo, mes que elegirá para la de 2025. En ella, además de la presidencia de Torres, tendrá que votarse el mantenimiento del consejero delegado, Onur Genç. Sus mandatos, que fueron aprobados en 2022, culminan, por lo que debe haber un nuevo escrutinio en la reunión anual del grupo vasco.
Desde que BBVA lanzó en mayo la opa sobre el Sabadell, tanto el presidente como el número dos han intentado restar importancia el peso que pueda tener en su permanencia. En la presentación que hizo sobre la oferta, Torres aseguró que «mi futuro profesional me preocupa poco, lo que me importa es tomar las decisiones correctas para nuestros accionistas, empleados y clientes». «Me preocupa poco que mi futuro dependa de si esta operación tiene éxito o no», insistió.
Este periódico ya informó, cuando todavía no se había lanzado la propuesta hostil, que diferentes inversores -grandes fondos de inversión- habían presionado a BBVA para poner en marcha su ofensiva por el Sabadell. De lo contrario, iban a exigir su cabeza, ya que la entidad necesita equilibrar su balance y reducir la dependencia de mercados emergentes, especialmente México y Turquía, y ganar presencia en España.
La decisión de la CNMC alarga los plazos, y en el mejor de los escenarios hasta mayo de 2025 no finalizaría todo el proceso de la opa, incluido el periodo de adhesiones, en el caso de que el supervisor de la competencia dé su visto bueno sin grandes complicaciones a finales de febrero o principios de marzo. BBVA ya ha advertido en diferentes ocasiones que si el organismo que preside Cani Fernández pone condiciones severas a la adquisición podría echarse atrás y retirar la oferta. Este miércoles el consejero delegado reiteró esta posibilidad, aunque confió en que se apruebe con todo el potencial de generación de valor.
Desde hace unas jornadas, los inversores venían anticipando el veredicto que finalmente fue adoptado por la CNMC, que añade incertidumbre. La ecuación de canje se ha desacoplado sobre las cotizaciones de BBVA y el Sabadell, disparándose la prima ofrecida del 3 al 6%. En la jornada del miércoles, tras conocerse la resolución, las acciones de ambos se mantuvieron planas, ya que se había descontado. Algunos expertos, como los de Bankinter, creen que el grupo vasco tendrá que mejorar sustancialmente la propuesta para derribar todos muros que tiene por delante, como facilitar que la opa deje de ser hostil y sea aceptada por la cúpula de la entidad catalana.
Desde el primer momento, la dirección del Sabadell ha rechazado la oferta inicial al entender que es baja y que, además, ha sido no solicitada. El consejero delegado, César González-Bueno, apuntó el miércoles que el hecho de que la operación se alargue «ayuda a poner todas las cosas encima de la mesa», en relación con las quejas que viene expresando desde hace tiempo sobre los asuntos que quedan por aclarar. Entre estos, destaca la rentabilidad y ahorros de costes de la transacción en el caso de que no haya fusión o la afección en el segmento de las pymes. Ahora, terceras organizaciones, además de los dos bancos, podrán hacer alegaciones ante la CNMC para que éste pueda adoptar una decisión en los próximos meses.