BBVA pierde los 12.000 millones ofrecidos por el Sabadell desde que lanzó la opa
La entidad está siendo castigada por el anuncio de Trump de que impondrá aranceles a México, su principal mercado
BBVA pierde algo más de 12.000 millones de euros en Bolsa desde que lanzó la oferta pública de adquisición de acciones (opa) sobre el Sabadell, presionado por la propia operación y por la incertidumbre existente en México, su principal mercado. Esta cantidad es similar al valor de la adquisición del banco catalán planteada en mayo.
Los expertos consultados por THE OBJECTIVE apuntan a que la cotización del grupo vasco va a depender mucho de las medidas que finalmente adopte el nuevo presidente, Donald Trump, con respecto al país americano. El mandatario ha prometido que impondrá aranceles a las importaciones mexicanas del 25% una vez llegue a la Casa Blanca, en enero, por lo que de cumplirse lastrará la evolución bursátil de BBVA.
A finales de abril, cuando admitió haber realizado una oferta amistosa por el Sabadell que posteriormente se convirtió en hostil, valía algo más de 63.000 millones de euros y estaba disputando al Santander y BNP Paribas el liderazgo en la zona euro. Ahora ha vuelto a perder el umbral de los 9 euros por título y su capitalización ha caído por debajo de los 51.000 millones, aunque este viernes terminó ligeramente por encima de este nivel.
Pese a la incertidumbre, hace unos días el fondo estadunidense Europacific Growth, una firma de inversión ligada a la gestora Capital Research, afloró la compra de un 3% de BBVA. Desveló la toma de 173,48 millones acciones, cuyo valor de mercado rondaba entonces los 1.5oo millones.
Los directivos del Sabadell alertan desde hace unos meses de los riesgos de BBVA en México para torpedear la opa, al igual que han puesto el acento en los peligros para la competencia. Incluso han llegado a atacar que la política de dividendos del banco era excesiva y ponía en entredicho su solvencia futura debido al peso que tiene el mercado mexicano.
La CNMC ya ha decidido alargar el análisis de la operación, retrasando varios meses su resolución y añadiendo más inestabilidad al proceso y a BBVA. Además, está reforzando las predicciones de algunas casas de que finalmente va a tener que mejorar su propuesta e incluir en ella una parte importante en efectivo, por unos 2.000 millones, para convencer a los inversores.
México es fundamental para BBVA, y aunque dispone de amplias coberturas para mitigar los posibles impactos negativos, no descarta que su rentabilidad decaiga por este motivo. La franquicia aporta algo más del 50% del beneficio que obtiene, por lo que cualquier efecto puede arrastrar al grupo si Trump impone los aranceles. Aun así, en 2024 aspira a ganar en total un récord de 10.000 millones.
Al estar correlacionada la cotización al BBVA con la oferta de compra, el Sabadell también se está viendo penalizado. Y esto ha sido puesto de manifiesto por la cúpula del banco catalán. Su capitalización se sitúa en los 9.700 millones, muy lejos del valor propuesto por la entidad presidida por Carlos Torres. Asimismo, han apuntado a que cuentan con potencial para crecer en solitario y que el consenso del mercado les otorga un precio por acción de hasta 2,3 euros, frente a los 1,79 euros actuales. Por tanto, podría subir hasta un 28%.
Hasta marzo o abril no se espera que se pronuncie la CNMC y la CNMV abra entonces el periodo de adhesiones. Pero, hace unos días, BBVA recibió otra de las autorizaciones regulatorias. La Comisión Europea dio vía libre al proceso en el nuevo contexto del marco de inversiones extranjeras, frente al riesgo de que inversiones de terceros países pueden crear distorsiones en el mercado interior y atentar contra la competencia justa dentro del espacio económico europeo. Las autoridades comunitarias han decidido no abrir una investigación en profundidad de la oferta y eventual fusión futura.
En el mercado se da por hecho que la CNMC no pondrá grandes problemas a la adquisición y sostienen que la decisión de alargar el proceso se debe a cuestiones políticas. De hecho, como informó este periódico, el aplazamiento ha generado tensiones internas en el supervisor. El retraso, entre otras cosas, supone un respaldo al ministro Carlos Cuerpo, que se ha manifestado en contra de la operación desde su lanzamiento. Una aprobación rápida hubiera deteriorado su imagen y puesto en entredicho sus argumentos.