Los bancos pagan en España por las cuentas corrientes la mitad que en Europa
Las entidades abonan un interés del 0,18% en nuestro país, frente al 0,35% de la media comunitaria
Los bancos pagan en España la mitad que en Europa por las cuentas corrientes o la vista. Un producto que se reforzará en los próximos meses por la menor demanda de depósitos a plazo ante los previsibles nuevos recortes de los tipos oficiales por parte del BCE.
Los últimos datos disponibles, de noviembre, reflejan que en nuestro país el interés apenas se sitúa en el 0,18% en el ahorro en libretas totalmente disponibles por parte de los particulares. Un porcentaje de la media de los estados de la zona euro alcanza el 0,35%. En ambos casos ha habido un tímido ajuste a la baja como consecuencia de las disminuciones del precio del dinero por el organismo de Fráncfort en 2024 y el desplome del euríbor.
Durante la etapa de subidas de los tipos, entre mediados de 2022 y mitad del ejercicio pasado, los bancos en España no elevaron tanto como en el resto del Continente las tasas desembolsadas a los hogares por las cuentas, al igual que lo hicieron con las imposiciones con vencimiento, pero ahora, en la nueva era monetaria, tampoco están siendo tan agresivos con los ajustes en ambos casos, a pesar de que sí han metido la tijera.
En las cuentas corrientes, el interés medio abonado en nuestro territorio aún contrasta más con el que se paga en otras jurisdicciones, como en Luxemburgo, donde asciende al 1,25%, o en Austria (0,93%). De entre las principales economías, en Alemania es donde las entidades son más generosas, al ofrecer un 0,53%. En Francia, en cambio, la tasa es inferior a la que se consigue en España, de un 0,06%. Italia sitúa cerca de la media europea, al estar en el 0,31%.
La estrategia en depósitos ha sido parecida que en las cuentas, ya que los principales bancos nacionales tardaron en trasladar la subida de los tipos oficiales, algo que supuso las críticas del BCE y las amenazas intervencionistas del Gobierno en varias ocasiones. En todo momento han estado desembolsando menos por este producto que en el resto del Continente, aunque las diferencias ahora se están acortando.
En dos ocasiones las entidades han ejecutado un significativo ajuste en los intereses pagados por las imposiciones a plazo, pero en el resto de países está sucediendo lo mismo, ante el desplome del euríbor en los últimos meses. No obstante, el sector pretende mantener cierta batalla en este segmento ante las oportunidades de captar negocio y clientes a BBVA y Sabadell, que están librando una lucha sin cuartel debido a la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada por el primero con carácter hostil sobre el segundo. En noviembre, tras los dos recortes de cierta magnitud, los bancos aplicaron en España una menor disminución de las tasas, ya que la reducción fue del 2,26% al 2,22% de media.
Se espera que poco a poco estos intereses vayan bajando, tanto en las cuentas como en los depósitos. Los principales banqueros consideran que el euríbor bajará hasta el 2,25% a finales de 2025. Un porcentaje que es mayor que el que estima el mercado en su conjunto, que no descarta que retroceda hasta el 1,75% o, incluso más, debido a la ralentización de la economía en la zona euro, aunque todo dependerá tanto de la evolución de la inflación como de las políticas que finalmente ejecute Donald Trump en Estados Unidos.
En este escenario, las entidades no tendrán más remedio que efectuar más tijeretazos en los depósitos, y también en las cuentas, si quieren proteger su rentabilidad y sus beneficios y volver a centrar del todo la lucha comercial en otros productos de ahorros e inversión como los fondos, dejando al margen la tibia ofensiva que por lo general han tenido en la era de intereses elevados en el segmento de los particulares.
Por tanto, se prevé que el trasvase de imposiciones a la vista a las de plazo se vaya mermando a lo largo del recién estrenado año, algo que ya sucedió en la década pasada, cuando los tipos oficiales llegaron a estar en negativo, algo nunca visto. Hay que resaltar que pese a esta transferencia, la mayor parte de ahorro tradicional sigue estando en productos de libre disposición en nuestro país. Hay acumulados 663.000 millones de euros en cuentas corrientes, que apenas dan rentabilidad, y solo 163.500 millones en depósitos, si bien esta última cifra se ha casi triplicado en tres años.