La Caixa no se plantea volver ya a Cataluña: el regreso de empresas será lento e incompleto
Seguir los pasos del Sabadell no se contempla ahora, lo que complica la aceleración de los retornos de sedes

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa. | Europa Press
El regreso de empresas a Cataluña será lento e incompleto tras la vuelta del Sabadell, que se ha convertido en la primera compañía del Ibex en hacerlo y en un acicate para que otras sigan su camino. De acuerdo con las fuentes financieras y corporativas consultadas por THE OBJECTIVE, el proceso será pausado y llevará mucho tiempo. Más del que este miércoles se intentaba transmitir desde algunas esferas políticas.
Por ejemplo, según otras fuentes, la Fundación La Caixa ni se plantea en estos momentos retornar la sede social a Barcelona. Esto no significa que en el futuro no se vaya a producir. Esta institución es fundamental para acelerar los movimientos, ya que se trata del mayor inversor español y, por tanto, capaz de arrastrar al resto. De hecho, en 2017, justo después del referéndum ilegal del 1-0, el grupo que preside Isidro Fainé replicó la huida del Sabadell y desató una cascada de traslados a otras regiones por la incertidumbre política que generó la consulta separatista.
Bajo el paraguas de La Caixa se encuentran firmas tan relevantes como Criteria, su holding de participaciones, Caixabank y Naturgy. Ni la primera ni la segunda, al menos, tienen encima de la mesa devolver el domicilio social a Barcelona al considerar que no es el momento adecuado, que están comprometidos con Palma de Mallorca y Valencia y que su situación difiere de la del Sabadell, que requiere de un férreo apoyo del Gobierno central para continuar en solitario ante la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada por BBVA. Desde la Fundación no quisieron hacer comentarios al respecto.
La intención, por ejemplo, de Caixabank es permanecer en Valencia de manera indefinida. Máxime ahora, ya que la provincia del Turia se enfrenta a una reconstrucción por la dana del pasado octubre. En otros casos, las circunstancias son distintas a las de la entidad vallesana y serán cada una de ellas las que determinen si vuelven a Cataluña y el momento preciso.
Lo que parece claro es que en los próximos meses algunas de las principales compañías regresarán a la comunidad autónoma ante las presiones que se están ejerciendo desde la Generalitat de Salvador Illa y desde ámbitos independentistas. El nuevo presidente regional y el Ejecutivo central están intentando convencer de la normalidad institucional instaurada desde las pasadas elecciones autonómicas y de la existencia de una seguridad jurídica. Y Junts per Catalunya quiere que se cumpla el compromiso del PSOE en los pactos de investidura de Pedro Sánchez de incentivar de alguna manera a las compañías para que todas puedan volver.
Este miércoles, horas después de que se conociera que el Sabadell iba a mover su sede de Alicante a Barcelona, Illa se felicitó por la decisión del banco y aseguró que «indica que estamos en el buen camino, en el camino del buen gobierno». Por su parte, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aventuró nuevos regresos a la región al tratarse de un «proceso lógico».
Igual o más optimista se mostró la patronal Foment del Treball, que anticipó, como el ministro, traslados relevantes tras el aprobado por el Sabadell. Pero aseguró que estos regresos se producirán antes de 2026, es decir, en dos años, por lo que no serán tan inminentes.
Aunque desde el ámbito político se ha intentado desvincular el regreso del banco vallesano a la opa de BBVA, fuentes financieras sí sostienen que se trata de una operación completamente defensiva, para lanzar un guiño al Gobierno con el fin de que este bloquee la oferta y la fusión.
El grupo vasco y el catalán mantienen desde mayo una batalla sin cuartel por la propuesta de adquisición hostil, que aún debe ser autorizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Fuentes de BBVA señalan que el movimiento de la sede «es una decisión que respetamos, pero que en nada cambia las bondades de la transacción». «Es buena para España, para Cataluña y para el resto de territorios donde está el Sabadell, así como para sus clientes, empleados y accionistas de ambos bancos».
De lograr materializar la fusión, BBVA dejará la sede del conglomerado resultante en Bilbao, donde la tiene en la actualidad, aunque desde el principio prometió mantener una sede operativa y de decisión corporativa en Sant Cugat del Vallés.
De las más de 5.000 compañías que abandonaron Cataluña tras el referéndum ilegal, muy pocas han vuelto. De entre las más destacadas se encuentra, además del Sabadell, la cotizada Cementos Molins, que hace unos meses anunció su retorno.