El Sabadell sobrepasa el precio de la opa y añade presión a BBVA para que lo mejore
La cotización del banco catalán supera por primera vez los 12.200 millones de su valoración en la oferta del vasco
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Ilustración de Alejandra Svriz.
La cotización del Sabadell ha sobrepasado por primera vez el precio implícito en la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada por BBVA con carácter hostil. Una situación que añade más presión para que la propuesta de adquisición sea mejorada por parte del grupo vasco que, por el momento, se niega a hacerlo.
El valor de la entidad catalana ha ido aumentando en enero y en la sesión del martes alcanzó los 12.300 millones de euros. Una cifra que es superior a la planteada por BBVA a través del canje de acciones, que se situaba en los 12.200 millones, al establecer una prima del 30% sobre la cotización del 29 de mayo, día anterior a que se conocieran sus intenciones de lanzarse a por la entidad catalana.
Por tanto, según destacan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, los inversores están pidiendo de manera clara un aumento de la contraprestación. Además, el hecho de que en momentos intermitentes y puntuales el canje haya dejado de acoplarse y haya pasado a ser negativo indica que cada vez hay un mayor convencimiento de que a BBVA no le quedará otra que elevar la opa.
Desde un principio algunas casas de análisis se mostraron contundentes al respecto y reclamaron un incremento de la oferta, con inclusión de una parte en efectivo, para hacerla más atractiva y atraer al mayor número de accionistas del Sabadell. Ahora, tras una batalla de meses y con las hostilidades en máximos, la apuesta más generalizada es que BBVA tendrá que hacer un movimiento de estas características para tener éxito.
«Hoy un accionista del Sabadell ganaría más si vendiera en el mercado sus títulos que lo ofrecido por BBVA, por lo que si se están comprando a los precios actuales es porque esperan un aumento», explican otras fuentes que, añaden que el consenso es que la operación se llevará a cabo a pesar de las iniciativas que está adoptando el banco catalán, como el retorno de su sede a Barcelona para que el Gobierno le ayude a que la transacción fracase o sea vetada.
La cotización del Sabadell ha subido un 20% en lo que llevamos de 2025. Un avance que ha sido posible gracias a la recuperación de BBVA en Bolsa, que ha logrado quitarse el peso de los efectos negativos que podría tener la victoria de Donald Trump sobre su principal mercado, México. Las acciones del grupo vasco escalan más de un 16% en el año. La evolución de ambos es prácticamente similar al estar unida la una a la otra y, salvo excepciones, lo normal es que caminen de la mano, con pequeños desajustes.
Algunos expertos han cuantificado en 2.000 millones el dinero en metálico que podría poner sobre la mesa BBVA para elevar la opa. Se trataría de un importe que permitiría tasar el Sabadell en línea con su valor en libros y animar a una masiva aceptación por parte de los inversores, una vez que se abra el periodo de adhesiones tras la aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), si se produjera.
En principio, cualquier mejora en el precio no se producirá hasta que este regulador se pronuncie ni hasta que el plazo para acudir a la operación arranque. En 2022, BBVA ya se vio obligado a aumentar la propuesta para ampliar su control sobre el turco Garanti ante el poco éxito que estaba teniendo.
No se espera que la CNMC resuelva hasta marzo de manera definitiva tras haber ampliado el análisis por cuestiones de competencia en noviembre, al entender que la operación podría suponer un riesgo en los segmentos de las pymes y de los terminales punto de venta (TPV).
BBVA, ante las dificultades que está teniendo, se conformaría con alcanzar el mínimo para dar por buena la victoria; es decir, tomar el control con poco más del 50% del capital. Aunque su intención es llegar al 100% para lograr todas las sinergias de costes esperadas a través de una fusión, no vería con malos ojos tener como una filial al Sabadell durante un tiempo, cercano a un año, para después poner sobre la mesa otra oferta y poder materializar una integración, si bien desde hace tiempo el conglomerado vasco advierte a los accionistas del banco catalán que con esta situación podrían verse atrapados, ya que, dependiendo del porcentaje, podría producirse un estado de iliquidez en el mercado y una bajada de la cotización.