BBVA deprecia su filial de México en 1.100 millones por los efectos de la victoria de Trump
El banco español reduce en doce meses el valor de su principal franquicia, que queda en 20.200 millones
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Sede de BBVA en Madrid. | Europa Press
BBVA ha depreciado en 1.100 millones de euros su filial de México, la más importante por su aportación a los resultados, debido a los efectos de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Unas consecuencias que podrían ser mayores si finalmente el mandatario norteamericano impusiera aranceles a los productos mexicanos.
El grupo vasco, según los datos recopilados por THE OBJECTIVE, ha ajustado el valor de esta franquicia en 2024 de los 21.300 millones de euros a los 20.200 millones. No obstante, en el último trimestre, una vez confirmada la llegada al poder de Trump, su tasación ha mejorado considerablemente (1.500 millones frente a septiembre), debido a que los mercados ya no esperan que lleve a cabo todas las promesas electorales y las medidas no sean tan extremas.
Uno de los impactos más relevantes en la depreciación ha sido la caída experimentada del peso mexicano frente al euro, que el año pasado descendió un 13%. Pero como en el tramo final del ejercicio ha mantenido una mejoría desde los mínimos de noviembre, la devaluación conjunta ha sido más limitada en los últimos doce meses.
BBVA reafirmó este jueves su optimismo con respecto a la filial mexicana. Un sentimiento positivo ya expresado por su equipo de economistas hace unas semanas, cuando aseguraban que no temían una estrategia extrema de Trump, que ha amenazado en distintas ocasiones con imponer aranceles del 25% a las importaciones desde el mercado mexicano.
El presidente del grupo, Carlos Torres, se mostró este jueves convencido de que esta medida no se materializará, ya que espera que las autoridades de México colaboren con EEUU para arreglar los problemas de la inmigración ilegal, la delincuencia y el fentanilo, que son los que están detrás de estas amenazas. Durante la presentación de las cuentas del grupo expresó que EEUU, México y Canadá tienen un tratado de comercio y confió en que se mantendrá en un futuro.
La caída de la divisa mexicana ha impactado también en el aumento de la contribución a los beneficios del banco vasco, que aunque sigue siendo positivo, se ha reducido un 2,4%. Esta desaceleración también viene motivada por la incertidumbre generada con reformas internas constitucionales aprobadas por la nueva presidenta del país norteamericano, que ha recortado el crecimiento del PIB.
Los riesgos de México han sido puestos de manifiesto por los directivos del Sabadell para desincentivar que sus accionistas acudan a la oferta de compra lanzada por BBVA. En más de una ocasión el consejero delegado de la entidad catalana, César González-Bueno, ha resaltado que el rival es una empresa mexicana en euros y, además, ha advertido de que con su agresiva política de dividendos estaba poniendo en peligro la solvencia ante la debilidad de su principal mercado, que aporta algo más de la mitad de los beneficios totales.
La batalla de la oferta de adquisición de acciones (opa) continúa y BBVA se mantiene en su postura de no aumentar el precio de la propuesta. En mayo, cuando BBVA lanzó la opa sobre el Sabadell, algunos expertos indicaron que tendría que aumentar el precio. Ahora estos cada vez son más numerosos y los inversores están presionando para que lo haga. Solo hay que tener en cuenta que la capitalización de la entidad catalana ha superado el valor de la propuesta y que la prima ha pasado a estar en negativo cada vez con mayor frecuencia.
Torres, en su comparecencia, recordó que la situación no ha cambiado con respecto a lo que indicó al presidente del Sabadell por carta en la pasada primavera de que «no había espacio» para una mejora. El máximo responsable de BBVA quitó hierro a los movimientos en Bolsa de ambos grupos en lo que llevamos de 2025. «Es muy clara la correlación entre las dos acciones, lo que también abunda en las razones por las que no hay que subir la oferta, no hay que tocar la oferta», manifestó, tras atribuir los descuadres en negativo a «temas más de trading, de mercado, de corto plazo».
En lo que se mostró más abierto es a la posibilidad de que una integración de ambos bancos tras la opa tarde más de lo esperado. El Gobierno ha señalado desde el principio que se opone a esta fusión y tiene capacidad para hacerlo. BBVA ahora esperará al mejor momento para proceder a esta transacción, una vez estudie el coste que pueda tener el impuesto extraordinario aprobado por el Ejecutivo, ya que podría ser más beneficioso mantener por separado las entidades que juntas. Sobre todo, teniendo en cuenta la oposición de Moncloa.