El Sabadell disparó un 37% sus beneficios en 2024, hasta los 1.827 millones

El Sabadell disparó el año pasado un 37,1% el beneficio, hasta los 1.827 millones de euros. Un desempeño que la dirección del banco va a utilizar para afrontar su lucha contra la oferta pública de acciones (opa) hostil lanzada por BBVA. La entidad catalana ha explicado que en España y México, principalmente, sus ganancias ascendieron a 1.574 millones, mientras que en Reino Unido, el resultado avanzó hasta 253 millones de euros. Con ello, el Sabadell ha incrementado su rentabilidad al 14,9%.

Tras lograr estas cuentas, el consejo del Sabadell ha aprobado un dividendo efectivo complementario de 12,44 céntimos por cada acción y llevar al 60% el total de los beneficios a repartir entre sus socios. Adicionalmente, ha decidido reactivar el programa de recompras de títulos de 2023, con un importe pendiente de 247 millones, y poner en marcha un nuevo, por valor de 755 millones.

Asimismo, para incentivar a sus accionistas contra la opa de BBVA, la entidad ha modificado la política de remuneración contra las ganancias de 2025, al establecer en agosto el primer pago y en diciembre, el segundo, que se sumarían otro complementario a abonar en marzo del siguiente ejercicio.

Con ello, la intención del Sabadell es elevar el dividendo de los 2.900 previstos a los 3.300 millones en dos años, a través de esta combinación de dinero en metálico y adquisición de acciones propia, ya que prevé mantener la rentabilidad por encima del 14% el presente año, a pesar de la bajada de los tipos de interés. Para 2026, el banco señala que este parámetro volverá a crecer.

El Sabadell ha conseguido estos resultados debido a la mejora del margen de intereses un 6,3%, por el impulso en la concesión de hipotecas y la financiación a empresas, además de por la mejora en la calidad del riesgo y la caída de la morosidad hasta mínimos de 2029 (2,84%).

El presidente del banco, Josep Oliu, ha resaltado que «el proyecto en solitario del Sabadell generará valor de forma recurrente y sostenible». Unas palabras que reafirman su posición en contra de la opa de BBVA, que todavía tiene que ser autorizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).