Competencia es más exigente tras la opa de BBVA y alarga el análisis de otras dos fusiones
La CNMC intenta transmitir independencia tras la presión del Gobierno para llevar a la fase 2 la oferta sobre el Sabadell

La presidenta de la CNMC, Cani Fernández. | Europa Press
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha puesto exigente tras la oferta pública de adquisición de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell, cuyo análisis decidió alargarlo en segunda fase en noviembre. Algo que no suele ser habitual, aunque sí ha sucedido en distintas ocasiones. El supervisor que preside Cani Fernández ha hecho lo mismo con otras dos operaciones de concentración desde que pospuso el veredicto sobre la propuesta de BBVA. Se trata de las tomas de control planteadas por Bondalti sobre Ercros y por Curium sobre Irab.
Fuentes cercanas a Competencia señalan a THE OBJECTIVE que el paso a segunda fase de estas dos operaciones obedece en parte a la intención del organismo de transmitir el mensaje de que no solo con BBVA adopta esta posición. Y sobre todo que no lo hace por cuestiones políticas. Es decir, que la intención es dar un visión de independencia. Hay que tener en cuenta que la CNMC recibió presiones en otoño por parte del Gobierno para aplazar la aprobación de la oferta del banco vasco sobre el Sabadell y que, tal y como publicó este periódico, los técnicos de la institución estaban a favor entonces de haber autorizado la transacción en primera fase, es decir sin necesidad de extender los plazos.
Resaltan las mismas fuentes que en los últimos doce años, desde que existe el organismo como tal, hasta la decisión sobre BBVA tan solo 15 operaciones de fusión habían pasado a esta segunda fase. Ahora, con las últimas resoluciones, suman ya 18, de las más de mil transacciones que han sido estudiadas desde entonces.
La mayor parte de las opas que se han analizado en segunda fase han sido bajo el mandato de Cani Fernández, un hecho que, en principio, juega a su favor. En concreto, catorce contando las últimas tres. Del total, solo cinco por ahora fracasaron por los requerimientos impuestos por Competencia, ya que los adquirientes se echaron para atrás al considerar que eran inasumibles.
Es relevante también que ninguna de dichas fusiones estaba vinculada al sector bancario. Aquellas en las que sus protagonistas eran entidades, la CNMC dio su visto bueno en primera fase bajo determinados compromisos, como la absorción de Bankia por parte de Caixabank y la de Liberbank por Unicaja.
BBVA confía en que este mismo mes Competencia apruebe la opa. Así se lo manifestó el presidente recientemente a los representantes de los sindicatos en una reunión en la que esbozó algunos detalles de cómo planteará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevará a cabo si finalmente se ejecuta la toma de control y fusión del Sabadell. En el encuentro avanzó que todo el recorte de personal se materializará vía despidos sin prejubilaciones, a diferencia de otros ajustes anteriores del banco, y que el periodo de ejecución será de 18 meses.
Pese a que espera que el supervisor autorice la propuesta de compra, coincide con el Sabadell en que el Gobierno podrá intervenir posteriormente en el proceso, en una tercera fase, antes de la luz verde definitiva a la compra, al haber asumido ya determinados compromisos. El Ejecutivo, a petición del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, tendrá un mes y medio para determinar si rebaja o añade exigencias a BBVA.
El grupo vasco ya ha dejado claro que si todas estas condiciones son inadmisibles por su elevado coste desistirá de llevar a cabo la operación. Además, en una etapa posterior el Gobierno tendría que dar su visto bueno a una fusión. Desde que BBVA lanzó la oferta hostil, Cuerpo se ha mostrado contrario a la transacción al considerar que pone en peligro la inclusión financiera.
El Sabadell ha presentado sus alegaciones a la CNMC para intentar torpedear la opa, que rechaza de plano, ya que su proyecto pasa por continuar como entidad independiente y porque, a su juicio, el precio ofrecido, a través de un canje de acciones, es insuficiente. Competencia lleva semanas analizando estas reclamaciones del banco catalán, entre las que se incluyen la exigencia de ventas de negocios, especialmente de pymes, y un cambio en la metodología del estudio de la operación. No se prevé que el supervisor atienda por completo estas reclamaciones, pero no se descarta que tome en consideración en parte algunas de ellas.