La banca aleja los fantasmas en el arranque del año al acelerar el aumento de sus beneficios
Las entidades españolas mejoraron un 38% sus ganancias en enero, hasta los 3.795 millones de euros

Sucursales de los principales bancos, Caixabank, BBVA y Santander. | EFE
La banca española aleja los fantasmas en el arranque del año y acelera el aumento de sus beneficios. Los temores del mercado de hace unos meses han empezado a disiparse y los primeros números reflejan el cambio en las perspectivas. Unos pronósticos que son ahora mucho mejores debido a las alertas inflacionistas por las políticas de Donald Trump en Estados Unidos, y el plan de rearme en Europa, que llevarán al BCE a recortar, previsiblemente, menos los tipos de interés.
Las entidades radicadas en nuestro país, excluyendo algunos negocios en el extranjero de grandes grupos nacionales, elevaron en enero un 38% sus ganancias con respecto al mismo mes de 2024, según los datos del Banco de España recabados por THE OBJECTIVE. Este porcentaje es superior al 34% cosechado en el conjunto del ejercicio pasado, que fue récord, lo que pone de manifiesto que el sector está aguantando la caída de ingresos derivada de los ajustes del precio del dinero ejecutados por el organismo monetario en la segunda parte del año anterior.
En concreto, en dicho mes los beneficios de toda la banca alcanzaron los 3.795 millones de euros, una cifra que contrasta con los 2.747 millones del mismo periodo de 2024. Si se tiene en cuenta únicamente a las entidades de depósito -es decir, sin incorporar las financieras de consumo- la mejora alcanza el 54%, al haber registrado un resultado neto de 3.389 millones.
Fuentes del sector sostienen que esta subida obedece no solo al buen desempeño del negocio, tanto de las hipotecas como de la venta de productos de seguros y fondos de inversión, sino a que -a diferencia de los años anteriores- no incorpora del todo el efecto del impuesto extraordinario reformado por el Gobierno. No todos los bancos han contabilizado el impacto. Por ejemplo, en 2023, cuando entró en vigor el gravamen, las entidades de depósito entraron en pérdidas en dicho mes, al sufrir unos números rojos de 177 millones. Con los cambios, aumentará la recaudación de Hacienda por esta tasa a más de 2.300 millones, frente a los 1.700 millones de 2024. En términos nominales, Caixabank, Santander y BBVA serán los más perjudicados, al aumentarse el tipo para ellos al máximo del 7%, frente al 4,8% estipulado hasta ahora.
Los banqueros, en todo momento, habían confiado en que, pese a los descensos de los tipos de interés, podrían volver a aumentar sus cuentas y su rentabilidad, en contra de la opinión de los analistas, que daban por asegurado hace no mucho tiempo que las ganancias iban a empezar a flojear. Incluso, desde el BCE se advirtió de que los beneficios de la banca no eran sostenibles.
La consultora Alvarez & Marsal considera que el sector financiero vive un momento «muy dulce» y que seguirá en este estado ante los menores tipos de interés que se avecinan, lo cual se une a la coyuntura económica positiva y a la contención de la morosidad. Una situación que va a permitir, a su juicio, «un entorno favorable» para que se produzcan fusiones en el sistema al margen de la posible oferta pública de adquisición de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell.
En la actualidad aún se tiene que despejar esta transacción. Se espera que próximamente la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe su veredicto. Una vez se pronuncie, el Gobierno podrá intervenir en el proceso y ampliar o reducir los requerimientos para que BBVA pueda llevar a cabo la operación.
La visión de ambos bancos, como en casi en todo el proceso desde que se lanzó la opa, es opuesta. Desde el Sabadell se confía en Moncloa y en sus accionistas para que la opa fracase, mientras que BBVA espera «un éxito pleno» de la propuesta de compra. En el mercado ya se descuenta que el escenario más factible es que el grupo vasco controle al catalán, pero sin materializar posteriormente una fusión.
Los pronósticos actuales sitúan en el mejor de los casos los tipos de interés en el 2% a finales de 2025, por lo que el BCE solo rebajaría dos veces las tasas a partir de ahora tras el movimiento de marzo. Con ello, los ingresos básicos de la banca podrán mantenerse a flote con mayor facilidad y la rentabilidad sectorial, que alcanza el 17% de media, podría llegar incluso a crecer nuevamente. De manera individual, las principales entidades han prometido mejoras en este parámetro, clave para que los inversores adopten sus estrategias.