El PNV abre otro frente en la opa de BBVA al pedir que apueste más por el País Vasco
Entra así en disputa con las exigencias de Junts y ERC para que el Gobierno frene la opa tras la consulta pública

Aitor Esteban, presidente del PNV. | Europa Press
La oferta pública de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell se ha convertido una auténtica disputa política. Y aunque hay práctica unanimidad en el rechazo a la operación por parte de todo el arco parlamentario, el hecho de sea el Gobierno quien pueda imponer condiciones tras la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y que el grupo vasco vaya a tener que hacer cesiones para que pueda seguir adelante hacen que ninguna de las formaciones, especialmente las independentistas que sustentan a Pedro Sánchez en La Moncloa, quieran desaprovechar la oportunidad para llevarse una parte del pastel.
El PNV, en este escenario, ha entrado en la pelea para que el País Vasco saque réditos y que no sean solo los catalanes Junts o ERC los que dominen la decisión final del Ejecutivo tras la consulta pública. Fuentes financieras interpretan así a THE OBJECTIVE las palabras pronunciadas hace horas por el presidente del partido abertzale, Aitor Esteban, que reclamó a BBVA un mayor compromiso con la comunidad autónoma, más allá de tener la sede corporativa y «poco más».
«Queremos más unidades estratégicas, mayor contribución al tejido vasco y mayor aportación también en fiscalidad», señaló el máximo responsable del PNV. Unas peticiones que llegan no solo después de que se haya iniciado el periodo para que el Gobierno central decida, sino una semana después de que BBVA tuviera que ceder en determinadas cuestiones ante la CNMC para proteger más a las pymes catalanas con el fin de que el regulador diera el beneplácito por unanimidad con un polémico apoyo del representante de Junts en el organismo. Desde un principio, el vocal propuesto por los peneuvistas en Competencia había dado su visto bueno a la opa, por lo que otras fuentes también interpretan la reclamación como moneda de cambio a dicho respaldo, ya que la reivindicación se ha hecho tanto si hay fusión como si no.
Los efectos sobre la cohesión social y territorial es uno de los aspectos que más preocupa al Gobierno en la opa de BBVA y por los que puede imponer medidas al banco con sede en Bilbao. No está claro aún cuáles serán estos condicionantes que el grupo que preside Carlos Torres tendrá que asumir. Como trata de que sean mínimos o los menos posibles, está obligado a entregar algo en forma de compensación.
Financiación a la compra de Talgo
Una de estas concesiones, según indican fuentes financieras, podría centrarse en la compra del 29,8% Talgo por parte de Sidenor, junto con las fundaciones bancarias BBK y Vital y el fondo público vasco Finkatuz, patrocinado por el PNV y apoyado por el Gobierno central. Una adquisición que está aún en el aire y que se ha visto retrasada por la falta de financiación. El banco que lidera Torres podría poner buena parte del dinero en forma de préstamo y precios asequibles para que este consorcio pueda hacerse con el fabricante de trenes.
Junts, por su parte, está presionando para que la opa se paralice a pesar de la aprobación por parte de su representante en la CNMC, al igual que ERC, por lo que el equilibrio de fuerzas para sostener el Gobierno vuelve a desajustarse. Además, los ministros de Sumar también están luchando para que la opa se frene, a pesar de que la ley impide al Ejecutivo vetarla. Solo podría poner condiciones a la misma y posteriormente prohibir una integración.
BBVA ha señalado desde hace tiempo que sin una fusión, la toma de control del Sabadell también le sirve, por lo que uno de los compromisos del banco vasco podría ser no hacer una unión de las dos entidades, manteniendo por separado el banco catalán -con sede en Barcelona tras su regreso a la comunidad de origen– y pudiendo reducir el número de despidos. El empleo es otro de los problemas que ve el Gobierno central a la operación planteada hace ya un año.
El Sabadell ya pidió a Moncloa que dejara claro cuanto antes que iba a bloquear la fusión, porque considera que el sentido económico de la opa se mermaría sustancialmente, ya que BBVA no podría obtener las sinergias de costes prometidas, y desincentivaría a los accionistas a acudir a la misma. Un escenario que BBVA desmiente al sostener que gran parte de los ahorros seguirían existiendo, al provenir la mayor parte de la plataforma tecnológica.