Endesa y BBVA, vidas paralelas: de la injerencia de Zapatero a la intromisión de Sánchez
Los movimientos del Gobierno en la oferta del banco siguen el patrón del Ejecutivo de hace 20 años con la eléctrica

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, junto al presidente Pedro Sánchez. | Europa Press
La oferta pública de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell tiene grandes similitudes con las operaciones lanzadas sobre Endesa hace ya dos decenios, la otra transacción más controvertida de la historia reciente de España. La semejanza más destacada de todas tiene ver con las injerencias del Gobierno y de la clase política para que el resultado beneficie a sus intereses, un hecho que pone en alerta a los inversores y escama en el mundo empresarial.
El hecho de que ambas compartan el carácter hostil abona el terreno para que el Ejecutivo de turno vea una oportunidad para tratar de influir y decidir el éxito o el fracaso de lo que en sí son transacciones corporativas. Tal y como resaltan a THE OBJECTIVE fuentes financieras, la intervención del Gobierno de Pedro Sánchez en la opa de BBVA se parece a los movimientos que realizó la Administración también socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en la lucha por el control de Endesa que se vivió a finales de la primera década de este siglo, aunque de una manera más descarada.
El patrón seguido, pese a las diferencias existentes entre ambas operaciones y las actuaciones, es similar, pese a los peligros de su ejecución. La consulta pública abierta por Sánchez sobre la opa sobre el Sabadell, que algunos la califican de «chavista», intenta recabar el apoyo popular para tomar una decisión al respecto con la que enmendar las condiciones exigidas por un teóricamente organismo independiente como es la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC), que autorizó a finales de abril por unanimidad la oferta planteada por BBVA. Es más, ni siquiera se descarta que Moncloa llegue a vetarla a pesar de que lo impide la ley, debido a las presiones que están ejerciendo Sumar y los partidos independentistas catalanes.
En 2007 las injerencias del equipo de Zapatero en la lucha por Endesa desembocaron en la dimisión del que entonces fuera presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), otro regulador teóricamente independiente, porque estaba a favor de sancionar a la italiana Enel y la española Acciona por una supuesta concertación en contra de lo establecido en los códigos de conducta y la normativa recomendable. El Gobierno, entonces, no estaba a favor de dicha multa porque anticipaba el fracaso de la oferta que patrocinaba y apoyaba y daba aire al éxito de la opción puesta sobre la mesa por la alemana Eon.
La presión de Moncloa fue de tal magnitud que Manuel Conthe abandonó el cargo al considerar que el Ejecutivo se estaba extralimitando y saltando todas las reglas establecidas. En la actualidad se corre el riesgo, en función de cuál sea la resolución de Sánchez, de que el puesto de Cani Fernández en la CNMC esté también en el aire. Aunque no hay visos de que abandone, la consulta pública abierta sobre la operación de BBVA (que es inédita hasta el momento y no está recogida en la normativa), podría poner en entredicho todo el trabajo técnico del supervisor de la Competencia y el dictamen de su consejo.
Algunas casas de análisis han alertado de que el movimiento de Sánchez -una especie de referéndum sobre la opa sobre el Sabadell- tiene «un estilo chavista» por su «carácter populista» e, incluso otras como Alantra, han llegado a asegurar que la intervención del Gobierno «podría convertir a España en otra Venezuela», lo que supondría un golpe para el sector bancario y el conjunto de la Bolsa española.
Otros analistas, en cambio, consideran que se trata de «una simple cortina de humo», una más, del presidente para ganar tiempo y tapar problemas como el apagón masivo, el fallo en la red ferroviaria o los escándalos de supuesta corrupción que acorralan a su entorno más próximo, como los de su hermano David y su mujer, Begoña Gómez.
Otra de las coincidencias de la opa de BBVA con la guerra por Endesa es que uno de sus actores principales tiene origen catalán. En el caso de la propuesta de la entidad vasca es el Sabadell, que hace unos meses devolvió la sede a Barcelona. Y en el caso de la eléctrica, la batalla se inició con la oferta lanzada en 2025 por Gas Natural con el respaldo de la Generalitat del entonces socialista Pasqual Maragall y por el Ejecutivo de Zapatero en que era ministro de Industria José Montilla.
El rechazo frontal de Endesa, entonces capitaneada por Manuel Pizarro (próximo al PP), desencadenó una pelea empresarial y política, además de una batalla judicial, que duró cuatro años, con la entrada en escena de la alemana Eon y la italiana Enel. Finalmente, fue esta la que ganó la partida gracias, en parte, a las injerencias políticas.
El desenlace de la opa de BBVA todavía se desconoce. Por el momento parece completamente descartable la participación de otros actores (bancos extranjeros o nacionales), pero no se descarta que el caso llegue a los tribunales. Se está poniendo en cuestión que la consulta pública sea legal y está aún por ver la decisión que adopte el Gobierno.