BBVA se deshace de más morosos en Turquía antes de resolverse la opa al Sabadell
Cierra la venta de dos carteras de impagos en vísperas de que el Gobierno apruebe medidas para dificultar la operación

Sede de BBVA | Europa Press
BBVA pretende llegar en la mejor posición posible a la resolución de la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada sobre el Sabadell. En los últimos meses ha acelerado la venta de carteras de morosos en Turquía, país en el que los impagos se están disparando y el grupo vasco no está obteniendo los resultados esperados por el clima político y la inflación aún desbocada.
Recientemente, según ha podido saber THE OBJECTIVE, la filial turca de BBVA se ha desprendido de dos nuevos lotes de préstamos insolventes que se suman a la desinversión realizada en mayo de otro. En esta ocasión, la entidad ha cerrado la colocación de uno con un principal de 512,69 millones de liras (unos 11 millones de euros) a Sümer Varlık Yönetim y otro con un nominal de 510,64 millones de liras (casi 11 millones de euros también) a Gelecek Varlık Yönetimi.
La venta de estas dos carteras ha supuesto un ingreso para la franquicia otomana de 205 millones de liras (unos 5 millones de euros). Estas operaciones forman parte de la política de desinversiones llevada a cabo por Garanti en los últimos tiempos para intentar limpiar su balance y elevar así su rentabilidad en un contexto de aumento de la morosidad en Turquía ante la situación de hiperinflación en la economía. En el primer trimestre de este año el ratio de impagos de la filial de BBVA ha escalado del 2,1% al 2,4% después de que los nuevos impagos hayan crecido un 33% con respecto al periodo de octubre a diciembre de 2024.
Coincide, asimismo, con el momento inminente en el que BBVA decidirá si sigue adelante con la opa del Sabadell una vez el Gobierno apruebe las medidas adicionales para obstaculizar la oferta de compra del banco. Este martes, 24 de junio, el Consejo de Ministros tiene previsto poner las condiciones para que el grupo vasco adquiera el vallesano.
Los inversores dan por hecho que la entidad que preside Carlos Torres no tirará la toalla a pesar de las imposiciones, a tenor de la correlación de las acciones de ambos en la Bolsa, que se han mantenido inalteradas en un momento en que el Gobierno de Pedro Sánchez se encuentra acorralado por los casos de corrupción y necesita el apoyo de los socios independentistas catalanes, muy contrarios a la opa y a la desaparición del Sabadell. Este escenario hace presagiar que el Ejecutivo será duro en sus exigencias.
Las medidas que se plantea el Gobierno van en la misma dirección que las adoptadas por Giorgia Meloni en Italia para torpedear la unión de Unicredit y BPM. Incluso algunas serían más severas. Se baraja imponer a BBVA la venta de negocios, la prohibición del cierre de oficinas y despidos masivos y que no reduzca el volumen ni encarezca precio de los créditos a pymes durante un periodo prolongado de tiempo, además de impedir que aborde una futura fusión para que el Sabadell pueda mantener la sede social en Barcelona.
Con la opa, BBVA pretende dar más peso a la filial española y no depender tanto de la evolución de México y de Turquía, dos países que se encuentran en una situación de incertidumbre. El primero, por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su lucha comercial con el mundo. El segundo, por su crisis interna desde hace años, que no termina de resolver.
La cúpula del grupo vasco siempre se ha mostrado optimista sobre la evolución y el desempeño de su división turca a medio y largo plazo. No obstante, ya ha asumido que los resultados previstos no se están cumpliendo en el plazo estimado y los directivos consideran que todo el potencial de su aportación no se producirá a finales de este año.
BBVA espera ahora que la contribución de su filial Garanti sea de unos 1.000 millones en 2025. Antes confiaba en que pudiera obtener unas ganancias de 2.000 millones, aunque no descartaba que tal cifra se pudiera conseguir en 2026 debido a la incertidumbre económica del país. En el primer trimestre de este año, el grupo se anotó una ganancia de 182 millones debido a los ajustes materializados por la hiperinflación en Turquía. Este golpe sumó 428 millones, y desde hace tres años la filial ha dejado de añadir 5.268 millones a BBVA.