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Banca

Los bancos deniegan créditos o cuentas al 13% de los españoles por sus bajos ingresos

Más del 70% de los rechazos se acumulan en financiación, como préstamos personales, tarjetas e hipotecas

Los bancos deniegan créditos o cuentas al 13% de los españoles por sus bajos ingresos

Varias sucursales de bancos. | Europa Press

Los bancos están denegando todo tipo de productos financieros a una parte relevante de la población, debido principalmente a sus elevados riesgos por los bajos ingresos. Un colectivo, que de acuerdo con un informe elaborado recientemente por Funcas junto a The Cocktail Analysis, está conformado por un 30% de los ciudadanos que perciben menos de 13.000 euros al año.

El documento, al que ha accedido THE OBJECTIVE, indica que el 43% de estas personas con unos salarios reducidos sostiene que se ha planteado en alguna ocasión contratar algún producto, pero que el banco no se lo ha permitido. Un hecho que, según destaca la Fundación de las Cajas de Ahorros, «refleja una barrera significativa en el acceso a servicios financieros básicos, limitando la inclusión financiera de este segmento de ciudadanos».

Por tanto, si se extrapolan los datos al conjunto de los habitantes, los bancos rechazan la contratación a un 13% de la población. Principalmente, aquella que conlleva algún tipo de financiación, ya que esta supone más del 70% de las denegaciones llevadas a cabo por los bancos. Los mayores índices de rechazo se encuentran en los préstamos personales, con un 32% del total, y las tarjetas de crédito, con un 22%, dos de las alternativas existentes para llegar a fin de mes ante el coste de la vida.

Las hipotecas también tienen un alto índice de vetos para la población más vulnerable, según el informe, que pone cifras sobre las desestimaciones que las propias entidades no esconden que se hagan pese a la caída de los tipos de interés. En concreto, un 20% de este colectivo que quiere adquirir una casa no puede acceder a un crédito para formalizar la operación.

Funcas y The Cocktail Analysis sostiene que «estos datos reflejan que las instituciones financieras son especialmente cautelosas al otorgar instrumentos de crédito y financiamiento a personas con menos ingresos, probablemente debido a percepciones de riesgo elevado o a la falta de garantías suficientes». La Asociación Hipotecaria Española (AHE) ya había señalado que el boom de las hipotecas no llegaba a los ciudadanos con salarios limitados y que solo se veían beneficiadas las rentas medias y altas.

El documento, publicado en noviembre, remarca que «esta realidad sitúa a las personas de menos ingresos en situaciones de mayor dificultad, al no poder ver cubiertas sus necesidades de financiación, incluyendo la posibilidad de mejorar su situación habitacional con la adquisición de una vivienda». Y añade que la denegación de servicios financieros no se circunscribe al crédito, sino que se produce también en lo referido a productos básicos como pueden ser las tarjetas de débito (un 13% del total) o cuentas corrientes y cuentas de ahorro (un 10%).

«Una proporción importante de la población con menos ingresos vive dificultades incluso para acceder a herramientas fundamentales para la gestión diaria de recursos, pagar sus gastos y el ahorro. La alta proporción de denegaciones dificulta a este segmento la construcción de un historial financiero sólido, necesario para ampliar sus oportunidades económicas», subraya el informe, que agrega que, «por tanto, es necesario que las entidades adopten medidas que promuevan un acceso equitativo a los productos financieros, contribuyendo así a reducir las brechas de desigualdad económica».

Funcas y The Cocktail Analysis ponen de manifiesto que, «por lo general, el nivel de bancarización entre la población con menos ingresos es elevado», aunque ligeramente inferior al conjunto de los ciudadanos. Su relación con el sistema financiero es menos dinámica y se caracteriza por trabajar con una única entidad y limitarse a productos básicos, como tarjetas de débito. Concluyen que el rechazo es «una experiencia común para una parte importante de esta población, lo que dificulta su acceso al crédito y limita sus posibilidades de mejorar su situación económica».

Lo que no parece ser una barrera es la dificultad de acceso a una sucursal para los habitantes con rentas más bajas, tras el ajuste de oficinas materializado por el sector desde la pasada crisis. Aun así, el 22% de los individuos con menos ingresos ha dejado de hacer alguna gestión bancaria por no contar cerca con un centro físico de venta de un banco. Este fenómeno, de acuerdo con el documento, «tampoco está afectando al ámbito rural, donde este porcentaje se mantiene estable, lo que refleja que el impacto general de esta barrera es relativamente bajo en comparación con otros factores que condicionan en mayor medida la interacción con el sistema financiero».

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