La banca descarta la compra de generadores para garantizar los cajeros en caso de apagón
El Banco de España analiza medidas para mejorar el sistema de pagos en caso de otro colapso eléctrico

Un ciudadano sacando dinero en un cajero. | EP
La banca descarta la compra masiva de generadores de electricidad para garantizar la red de cajeros automáticos tras el apagón del pasado abril. En aquel momento, estas máquinas dejaron de funcionar por la caída de la luz en todo el país, y miles de personas se quedaron sin poder hacer las compras básicas al no contar con efectivo y no poder pagar con tarjeta en la mayor parte de los comercios.
El fantasma de un nuevo apagón planea en el ambiente. Red Eléctrica advirtió de dicha posibilidad en octubre, por lo que reclamó medidas urgentes con el fin de evitar variaciones rápidas de tensión que tumben el sistema. El sector financiero, ante tal posibilidad, analiza junto al Banco de España poner en marcha algunos planes que puedan minimizar las consecuencias del pasado 28 de abril.
Según un análisis de varios responsables del área de pagos del supervisor financiero incluido en la última revista de estabilidad, las entidades no ven con buenos ojos la incorporación de generadores en los cajeros. Consideran que sería costoso y podría implicar riesgos de seguridad y logística en situaciones de crisis. Los autores del informe indican que este rechazo se ha mostrado en los contactos mantenidos con el sector tras el apagón, con el fin de mejorar los servicios financieros en caso de que suceda otro y garantizar el dinero en efectivo para la población.
Una alternativa sería, de acuerdo con el estudio, el establecimiento de cajeros en ubicaciones críticas para la prestación en caso de emergencia. La red está compuesta por 43.100 máquinas que expenden dinero. Además, de forma complementaria, podría considerarse el impulso de campañas de concienciación que promuevan que los ciudadanos mantengan una pequeña reserva de metálico para hacer frente al volumen mínimo de gastos durante episodios disruptivos de la red.
Durante el apagón de abril, muchos españoles comprobaron la importancia de mantener en la cartera billetes, ya que no pudieron hacer las compras diarias por falta de dinero y la imposibilidad de usar la tarjeta en los comercios, principalmente en los pequeños. Tan solo se pudo utilizar en las grandes superficies y las cadenas más potentes que disponen de tecnología para ello o de generadores de luz. El auge de los pagos con plástico y con el móvil limita el efectivo.
Los autores del informe concretan que el Banco de España —en el ámbito del Comité Nacional de Pagos, que cuenta con representación de los distintos actores relevantes en materia de pagos, tanto del lado de la oferta de servicios como de la demanda— coordina un ejercicio de reflexión sobre la posibilidad de promover medidas que refuercen la resiliencia del sistema en su conjunto ante situaciones de crisis como la vivida, dentro de una posible estrategia de pagos minoristas en España. Para ello es fundamental la cooperación público-privada, como medio de aunar los esfuerzos de los principales actores del ecosistema de los pagos.
Entre otras iniciativas, se encuentra la extensión de la funcionalidad de pago offline (fuera de línea) con tarjeta. Una funcionalidad que pretende incluir el BCE en el futuro euro digital, previsto que entre en circulación general en 2029 y que no haría tan fundamental el efectivo y los cajeros en caso de un nuevo apagón.
El uso offline en España está limitado y se concentra mayoritariamente en algunos grandes comercios que disponen de esta capacidad y la activan en situaciones de caída puntual de las comunicaciones. La extensión de esta solución para el resto de establecimientos requeriría, a diferencia de los cajeros automáticos, «una estrategia coordinada entre emisores, adquirentes, procesadores y reguladores». «Sería necesario, entre ajustes, adaptar los parámetros de las tarjetas y establecer un marco que definiera los escenarios de activación», indica el documento.
El análisis explica que algunos países europeos, como Estonia, hace avances en esta dirección al considerar que dicha funcionalidad puede desempeñar un papel clave en la continuidad de los pagos en situaciones de emergencia, especialmente en sectores esenciales como la alimentación, el combustible y las farmacias. Los autores del informe añaden que «avanzar hacia una mayor disponibilidad y estandarización de la operativa offline podría constituir un pilar fundamental de la estrategia nacional de resiliencia en el sistema de pagos».
El estudio concluye que el día del apagón «el impacto fue significativo en términos de consumo y operativa minorista» en los sistemas de pagos, pero que quedó demostrada «la resiliencia de las infraestructuras críticas, gracias a su arquitectura redundante y a la activación de mecanismos de respaldo». Pese a ello, agrega que «cabe plantearse si existe margen de mejora de cara a situaciones similares o incluso a escenarios más extremos».
