¿Hay que pedir copia cuando pagamos con tarjeta?
El «¿quiere copia?» es ya un clásico a la hora de hacer un pago con tarjeta, aunque ese papel apenas tiene utilidad: lo importante es el tique de compra
Los pagos con tarjeta en terminales de punto de venta (TPV) aumentaron en España un 28,8% y las retiradas de efectivo en cajeros automáticos subieron un 4,51% en 2021 con respecto al atípico año anterior, el de la irrupción de la pandemia. Si comparamos con 2019, los pagos con tarjeta se han disparado un 34,5% en España, mientras que sacar en el cajero se redujo un 28,1%, según datos del Departamento de Sistemas de Pago del Banco de España. En todo caso, antes de la covid ya había una tendencia creciente a pagar con tarjeta, si bien la variación interanual nunca había sido tan significativa como en 2021, año en que se registraron en España 6.101 millones de operaciones de pago en TPV, frente a los 4.536 millones de 2019 o los 4.735 millones de 2020. El importe de estas operaciones se elevó un 21,6% el pasado año, hasta los 195.246 millones de euros.
Pagamos más con tarjeta, especialmente con las que se imponen, las contactless, aunque también está en auge pagar con el móvil, y la pandemia ha animado esta práctica hasta el punto de que para millones de personas la tarjeta de crédito o débito es su principal forma de pago cotidiana. Por ello, estamos más que acostumbrados a que nos formulen la clásica pregunta en cualquier establecimiento: «¿Quiere copia?». Y de la misma forma, casi todos contestan: «No hace falta, gracias». La mayoría no necesita esa copia, no le ve utilidad, y aunque la pida la acabará tirando, pero hay algo primordial que deberíamos incluir por norma en nuestra respuesta cuando nos preguntan si queremos copia: «No hace falta, gracias, pero enséñeme el datáfono para ver cuánto me está cobrando». No todos los comerciantes muestran la cantidad y tampoco todos los clientes se lo solicitan, incluso por vergüenza, lo cual se traduce en que puede quedar en el aire cuánto nos están cobrando realmente y que intencionadamente o no el cargo sea mayor, con lo sencillo y rápido que resulta comprobar el montante.
Tique sí, copia ¿para qué?
El Banco de España insiste en que, aunque la copia no es necesaria, es vital cerciorarse con el datáfono que nos están cobrando la cantidad correcta. Nos han puesto muy fácil efectuar un pago con un plástico y muchas veces no vamos más allá. Se debe comprobar el montante siempre antes de efectuar el pago. La obligación del establecimiento es mostrar la cantidad, pero de no ser así, no debemos conformarnos con pagar a ciegas cuando en comprobar la cantidad se tarda lo que dura un vistazo al terminal.
La mayor parte de los consumidores particulares no quiere la copia cuando paga, otra cosa son muchos autónomos y diferentes profesionales acostumbrados a acumular facturas, tiques y justificantes varios, para los cuales sí puede hacerse necesario ese papel. Lo cierto es que la copia que nos facilitan cuando pagamos -además del tique de caja- no es más que una garantía adicional. Según el Banco de España es solo un «resguardo del terminal de punto de venta (TPV) donde aparecen los detalles del pago» y no considera «necesario» solicitar la copia. Lo que resulta fundamental a la hora de llevar a cabo una reclamación o un cambio de producto es el tique de compra, que la copia del pago refrenda y por ello podría incluirse a la hora de hacer una reclamación, aunque tampoco sería imprescindible. En todo caso, si se pide la copia, lo mejor es graparla o unirla al tique de alguna manera y así se tendrán las dos pruebas de pago más controladas.
El respaldo de la banca online
El tique y la copia, como vemos, se complementan, aunque lo realmente importante es el tique como justificante y no la copia, que es únicamente una innecesaria garantía adicional que, en todo caso, debe comprobarse. En el tique figuran la hora y la fecha de la transacción junto con un número de registro y una serie correlativa, el nombre del comercio y su NIF e identificación del vendedor, el tipo de IVA que se aplica y los descuentos junto con su política de devoluciones, los artículos adquiridos o los servicios prestados y el importe de la compra, que puede reseñar o no la forma de pago. En la copia, sin embargo, aparecen tanto datos del vendedor como del comprador. Del primero figura el nombre y los datos del establecimiento y del terminal TPV que se está utilizando y el número de transacción y su entidad bancaria, mientras que del comprador se refleja también su banco y los cuatro últimos dígitos de su tarjeta. Además, se muestra la autorización bancaria del cliente para el pago, la fecha y la hora y el importe total de la operación.
La copia ha llegado para hacernos dudas, pero rara vez se necesitará ese justificante añadido de una transacción, que solo plasma la operación bancaria del pago. Si se quiere tener un buen control sobre la cuenta bancaria, seguramente esas copias no nos serán útiles y simplemente las acumularemos hasta que tengamos demasiadas en la cartera y las acabemos tirando. Lo mejor para controlar los gastos es apostar por la banca online, que ya facilitan la inmensa mayoría de entidades. Así se pueden supervisar las novedades en cualquier momento y lugar, y obrar en consecuencia en caso de alguna irregularidad. Además, si se apuesta por activar las alertas SMS, cada vez que haya un pago te avisará tu smartphone y, si no has sido tú, tendrás claro al instante que algo no va bien y podrás actuar y reclamar.
Las tarjetas contactless son seguras
Al margen de la inutilidad de la copia, pagar con tarjeta ha cambiado mucho. Si hace unos años al facilitar la tarjeta nos pedían necesariamente el DNI para comprobar la titularidad, esa práctica ha quedado en desuso definitivamente con las tarjetas contactless, también denominadas NFC (Near Field Communication). Hay quienes recelan de esa forma de pago tan cómoda de acercar la tarjeta a un datáfono sin necesidad de introducirla y poner el pin y la culpa la tienen los bulos que afirman que cualquiera puede ir por el mundo con un datáfono y arrimártelo a tu cartera para que ‘pagues’ sin enterarte. El bulo más popular y ya viejo en este sentido muestra a un hombre con un datáfono en el Metro de Madrid que presumiblemente está haciendo su agosto, pero es todo falso: «Se ha encontrado a un señor en el metro con un TPV portátil, probablemente va acercando el aparato con contactless a las carteras de los usuarios del metro marcando cantidades inferiores a 20€ de manera que no necesita PIN».
El pin te lo puede solicitar o no al margen de la cantidad según las circunstancias, pero no es factible esta presunta práctica delictiva y ni siquiera tiene constancia de ella la Policía Nacional, que carece de denuncias en este sentido. Los bancos aclaran que si la tarjeta se lleva en el bolsillo, en una cartera o un bolso, esto impedirían que se active. Pero, sobre todo, todos los datáfonos TPV están vinculados a una cuenta bancaria y quedan registradas la totalidad de las operaciones. Sería muy fácil rastrear ese hipotético pago fraudulento e identificar al titular y presunto autor del presunto robo. Además, los datáfonos permiten pagar durante un espacio limitado de tiempo. Si alguien pretende robarnos ‘por contacto’ deberá marcar primero la cantidad en su aparato fraudulento, acercarlo con precisión a la víctima y acertar en el bolsillo adecuado con extrema celeridad, lo cual resultaría imposible. En cualquier caso, el modo contactless puede desactivarse para que siempre debas meter la tarjeta en el terminal e introducir el pin.