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Consumo

España redujo el desperdicio de alimentos un 4,4% en 2024, hasta los 1.125 millones de kilos

Dicha reducción ha permitido evitar tirar 51,5 millones de kilos de comida a la basura durante el pasado año

España redujo el desperdicio de alimentos un 4,4% en 2024, hasta los 1.125 millones de kilos

Varios contenedores llenos de bolsas con comida. | Jesús Hellín / Europa Press / ContactoPhoto

El volumen de alimentos y bebidas desperdiciados en España experimentó una notable disminución del 4,4% en 2024 en comparación con el año anterior, lo que permitió evitar que 51,54 millones de kilos o litros acabaran en la basura. Esta evolución positiva refleja un cambio en los hábitos de consumo y una mayor conciencia social, según el informe anual sobre desperdicio alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, presentado este viernes.

En total, el desperdicio se situó en 1.125 millones de kilos o litros durante el pasado año, lo que representa una reducción acumulada de casi un 20% desde 2020. El desperdicio per cápita también descendió hasta los 24,38 kilos o litros por persona, «lo que consolida una tendencia a la baja sostenida en el tiempo», tal y como destacó el ministro de Agricultura, Luis Planas, en la presentación del documento.

La tasa global de desperdicio se redujo al 3,7% del total de alimentos y bebidas adquiridos, lo que equivale a que, de cada 100 kilos o litros comprados, solo 3,7 terminaron en la basura. Para Planas, estos resultados son el fruto de una suma de esfuerzos: políticas públicas efectivas, campañas de sensibilización y la adopción de nuevos hábitos en la sociedad. Entre los factores clave, el ministro mencionó una mayor percepción del valor de los alimentos, el auge del teletrabajo –que ha impulsado el uso del táper y la comida casera incluso fuera del hogar–, una creciente conciencia ambiental y una mejor planificación de las compras y las raciones por parte de los consumidores.

Los hogares siguen siendo el principal foco de desperdicio, concentrando el 97,5% del volumen total, con 1.097 millones de kilos o litros tirados en 2024. Aun así, esta cifra supone 48,9 millones de kilos o litros menos que en 2023 y un 19,5% menos que en 2020, marcando el nivel más bajo desde que se iniciaron los registros en 2016. Por categorías, el 77,6% del desperdicio doméstico corresponde a productos sin utilizar (851,5 millones de kilos o litros), mientras que el 22,4% restante se atribuye a recetas ya elaboradas (245,7 millones). Entre los productos sin uso más desperdiciados destacan las frutas, con un 32,4%, y las verduras y hortalizas, con un 13,8%. En el caso de las recetas, las ensaladas y verduras lideran la lista con un 16,6%, seguidas de cerca por los platos con legumbres, con un 16,5%.

Fuera del ámbito doméstico, el desperdicio también mostró una caída significativa: en 2024 se tiraron 28,03 millones de kilos o litros, un 8,8% menos que el año previo, lo que representa igualmente la cifra más baja registrada hasta ahora y solo el 2,5% del total desperdiciado. El desperdicio per cápita en este contexto se redujo en casi 100 gramos, y el porcentaje de personas que afirmaron haber desperdiciado alimentos fuera del hogar se mantuvo estable en el 43,8%, similar al 43,2% de 2023. Aquí, los alimentos propiamente dichos representan el 54,5% del desperdicio, seguidos por las bebidas (43,4%) y los aperitivos (2,1%).

El ministro Planas subrayó el papel clave de la nueva ley contra el desperdicio alimentario, que facilita a las empresas la donación de excedentes con mayor seguridad jurídica, optimiza procesos internos y reduce costes operativos. Además, la norma promueve el uso de envases reutilizables en la hostelería, impulsa la formación sobre el etiquetado para diferenciar entre fechas de caducidad y consumo preferente, y refuerza la obligación de establecer acuerdos de donación.

Pese a estos avances, el informe identifica retos pendientes para seguir avanzando. Entre ellos, destaca la necesidad de reducir el desperdicio de recetas con vegetales y ensaladas, que ha experimentado un ligero aumento; revalorizar la fruta fresca madura, que sigue siendo uno de los productos más tirados; consolidar las reducciones tanto en hogares como en la restauración, y mantener un enfoque en la medición continua y la sensibilización pública para prevenir retrocesos.

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