Bustinduy regulará los anuncios de comida para niños: «Los datos son incontestables»
Advirtió de que «no se puede permitir que los intereses económicos primen sobre la salud de los niños»

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy. | EP
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, avanzó este jueves que, tras garantizar una alimentación saludable en comedores escolares y todos los centros públicos, el «siguiente paso» que dará el departamento que lidera será «regular» la publicidad de alimentos insanos destinada a niños, niñas y adolescentes, convencido de que «los datos en este sentido son incontestables».
Así lo defendió Bustinduy durante su intervención, junto a la reina Letizia, en el acto de entrega de los XVII y XVIII Premios Estrategia NAOS, auspiciados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, y la XVI Convención NAOS, que este año lleva por título ‘Abordando las desigualdades en el acceso a una alimentación saludable y sostenible, desde el comedor escolar a otros entornos comunitarios’.
«En este país, el 80% de niños, niñas y adolescentes consumen alimentos y bebidas no saludables, pero son aquellos que están más expuestos a estos mensajes publicitarios quienes los consumen en mayor proporción», denunció.
A este respecto, advirtió de que «no se puede permitir, tolerar ni consentir que intereses económicos de parte primen sobre el derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes» y que, «como consecuencia», se vean «bombardeados de manera cotidiana y diaria» con cantidades «ingentes» de publicidad de alimentos que «son contrarios a las recomendaciones para que puedan gozar de buena salud».
«Las cifras dicen que solo en el soporte televisivo cada niño y niña de este país recibe de media 11 impactos publicitarios de alimentación malsana cada día», criticó, al tiempo que juzgó que «esta es una realidad que no es coherente con el resto de políticas públicas» que el Gobierno está intentando implementar.
Objetivo de sociedad
En paralelo, deslizó que, «desde luego, no es coherente con un objetivo que debe ser de sociedad y compartido por todos los actores políticos, sociales, culturales en nuestra democracia», como es «primar y priorizar el derecho a la salud y al bienestar de todos los niños y niñas de este país».
En este sentido, consideró que con las medidas que afectan a comedores escolares, cuyo real decreto «está entrando en vigor» y beneficiará a «más de dos millones de niños y adolescentes», el decreto referido a centros públicos, abierto este jueves a información pública y la regulación de la publicidad de alimentos insanos, «se configura un programa de mínimos» pero que espera que «pueda abrir una senda que avance a paso decidido para poder consagrar ese derecho a la alimentación como una condición de ciudadanía».
Reina, sostén constante
Tras expresar su agradecimiento a la Reina, «no solo por su presencia, sino por el sostén constante y decidido a tantas causas que son justas y necesarias», Bustinduy reconoció a los premiados que sean «ejemplo e imagen viva del país al que queremos parecernos, hacia el que queremos encaminarnos cada vez más».
El ministro se mostró «muy consciente» de la «importancia» que tiene «un acceso equitativo, justo, que vale decir democrático, a una alimentación saludable» y estimó que «defender una alimentación justa, saludable, sostenible, democrática, no va solo de tablas nutricionales ni de estándares internacionales». «Va de una idea de sociedad que entiende la alimentación como uno de los pilares de nuestra identidad, de nuestro patrimonio y, por tanto, como una cuestión que los poderes públicos deben garantizar por igual a todos los ciudadanos», puntualizó.
Modelo
«Ahora entramos en unas fechas en las que ese tiempo alrededor de la alimentación es la mejor expresión de que la alimentación no es solo un trámite o no es una cuestión biológica, sino que expresa muchas de las cosas más importantes que nos definen como sociedad y como cultura», reivindicó.
En la misma línea, se mostró convencido de que «el anhelo de sobremesas sin palabras, de tiempo compartido, dibuja un futuro o un propósito mucho más valioso que esa otra imagen de las casas sin cocina, que un poderoso empresario de la alimentación lleva tiempo intentando asentar en nuestro imaginario como la idea del futuro».
«Yo defiendo un país y creo mucho más en un país que se parezca más» a la escena de sobremesa «que al modelo de negocio de una multinacional» que, a su juicio, «pretende que desaparezcan las cocinas y que la alimentación se reduzca a una operación transaccional de compra de una serie de nutrientes precocinados».
Por todo ello, aseveró que en el ministerio quieren «defender otro modelo, otra idea de la alimentación, que es otra idea de ciudadanía y de democracia». «Y creo que cada uno de los proyectos que hemos reconocido hoy, a su manera, trabaja para hacer de esa idea de sociedad una realidad», sentenció.
