Imaz y el 'número dos' de Teresa Ribera se enfrentarán en Davos por el futuro de la energía
El CEO de Repsol volverá este jueves a Suiza tras ser calificado de «negacionista» hace un año por la exministra

El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz. | Europa Press
El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, y el comisario de Energía de la Comisión Europea, Dan Jørgensen, coincidirán en una de las mesas de debate del foro económico de Davos (Suiza) el próximo jueves 23 de enero. El político y el empresario, dos ejemplos de modelos contrapuestos para llevar a cabo la transición energética, se emplazarán a la media tarde de ese día para hablar sobre «ambiciones ecológicas y contrapartidas reales» en un evento que se vaticina caliente.
La presentación de la mesa -que durará 45 minutos- señala que «más de la mitad de las 2.000 empresas más grandes del mundo han incorporado objetivos climáticos en su estrategia corporativa, aunque menos del 20% de ellas tienen en cuenta el impacto de dichos objetivos en los trabajadores, las comunidades, los consumidores y las cadenas de suministro». Por ello, el debate se preguntará: «¿qué medidas y principios pueden ayudar al sector privado a hacer posible una transición ecológica equitativa?».
Imaz, caracterizado por su férrea defensa hacia una transición energética «menos dogmática» y más pausada (y que cada vez se comparte más fuera de la Unión Europea)- ya provocó el pasado año que su relación con la exministra de Transición Ecológica y hoy vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, se tensara hasta el punto de que esta última lo llamó «negacionista». Ella es hoy quien diseña las políticas energéticas de la UE.
Apenas un mes después de la última cumbre de Davos, y tras el ataque de la ministra Ribera, Imaz volvió a contraatacar: «Nosotros apostamos claramente por la industria. Pero me atrevo a preguntar si queremos industria, ¿sí o no? A la vicepresidente y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, le preguntaría si queremos industria. Nosotros la queremos y apostamos por una oferta de multienergía, que ayude a reducir las emisiones de CO2. ¿La alternativa es cerrar las refinerías? ¿Quiere que cerremos, ministra? Solo Repsol crea 28.000 empleos directos e indirectos».
La ministra Ribera se caracterizó durante su mandato por su enfrentamiento continuo contra la petrolera Repsol. Una batalla en la que cada parte defendía estrategias distintas en el proceso de descarbonización. Ya desde el inicio de su mandato, en junio de 2019, Ribera aseguró que el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, no era una persona «moderna». Las discrepancias subieron de tono. Además de llamar «negacionista» al CEO de la petrolera, Josu Jon Imaz, también le criticó por «la dureza con la que trata la política verde».
Jørgensen, socialdemócrata danés y cercano a Ribera, fue elegido el pasado 10 de julio junto con ella para ocupar un puesto en una comisión de la Agencia Internacional de la Energía. Un hecho llamativo fue que la Agencia eligió para su nueva comisión a los que serían nombrados tan solo dos meses después como puntales energéticos de la futura Comisión Europea. De momento, ambos compatibilizan su puesto en Bruselas con este.
Pelea con Greenpeace
Durante la Junta de Accionistas del pasado año, varias asociaciones -como Finanzas Éticas y Greenpeace- aprovecharon su turno de preguntas para criticar la política contaminante de la empresa. «Según un informe del Observatorio de Sostenibilidad, ustedes son los responsables del 62% de las emisiones de todas las empresas del Ibex-35. Además, según otro informe, Repsol se encuentra en la posición 50 de 122 como mayor contaminador desde la revolución industrial», señalaron.
El CEO de Repsol no se arrugó y comenzó a poner ejemplos de materiales e instalaciones, hoy claves para la transición energética, que están hechas por el petróleo. «La silla donde estoy sentado está hecha de petróleo, las palas de los aerogeneradores también están hechas con petróleo, las carrocerías de los coches eléctricos están hechas con petróleo, los paneles fotovoltaicos también. Necesitamos mucho petróleo». Un final de discurso que fue ovacionado por la mayoría de los accionistas presentes.
Imaz aseguró que el fin de la compra de petróleo provocaría un impacto en las familias con menores ingresos de las zonas del mundo de mayor pobreza y también una mayor dependencia del gas ruso de Vladímir Putin. «Si hacemos lo que ustedes dicen y dejamos de producir petróleo y gas, como ustedes quieren, generaremos más dependencia de Vladímir Putin, ¿es ético eso?».
Por otro lado, Imaz señaló que «los precios altos no impactan en Repsol, pero sí en las familias europeas. No es ético cerrar los ojos ante la realidad social que no puede pagar las facturas energéticas. Ustedes son los responsables, desde su dogma y en concordancia con el lobby eléctrico, de mayores aumentos de las emisiones de CO2 en mundo. En 2022 y 2023 han aumentado las emisiones, y el mayor driver o elemento de esto ha sido por las presiones que ustedes hacen a inversores y a entidades financieras a que no apuesten por el gas. Los países emergentes, sobre todo de la zona sur del globo, no pueden desarrollarse y recurren a la única fuente energética accesible, que es el carbón».