Naturgy se desmarca de Iberdrola y Endesa y busca la complicidad de Moncloa tras el apagón
La gasística marca un perfil propio y apuesta por una respuesta menos beligerante que las otras dos energéticas

El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés. | Europa Press
La energética Naturgy marca un perfil propio tras el apagón, diferente de la estrategia de Iberdrola y Endesa, que han mostrado públicamente una posición más beligerante contra el gestor del sistema, Red Eléctrica, y el Gobierno. La empresa que preside Francisco Reynés ha evitado el choque frontal, aunque de puertas para dentro defienda la opinión de las dos otras eléctricas. El Gobierno ha tratado de repartir culpas entre las eléctricas y el gestor con el objetivo de ‘salvar’ a este último.
El apagón tuvo lugar en pleno proceso corporativo de Naturgy, que lanzó hace unos meses una auto-opa valorada en 2.332 millones de euros avalada por varios bancos para aumentar su liquidez en los mercados. Hace unos días logró que el 88% del capital de la empresa respaldase la operación. Por otro lado, el organigrama de la empresa sigue en el foco después de que hace casi dos años se buscase sin éxito un CEO.
A diferencia de la gasística, Iberdrola y Endesa muestran una aparente tranquilidad en su actividad interna. Una realidad que no ocurre con Naturgy, donde el propio CEO tuvo que desmentir el pasado febrero que el accionariado de su empresa fuese «una jaula de grillos». De hecho, este escenario contrasta por ejemplo con la empresa que preside Ignacio Sánchez Galán, que anunció hace escasos días un movimiento corporativo de calado, como es el nombramiento de un nuevo CEO, sin apenas despertar inquietudes.
Naturgy ha estado expuesta en los últimos años a la situación política. En 2017, durante el proceso independentista de Cataluña, trasladó su sede social a Madrid. Una situación que incomoda a los partidos nacionalistas -socios clave del Gobierno- que quieren el regreso de las empresas que se marcharon. Cabe mencionar que la gasística ha sufrido en los últimos años el veto del Gobierno a una de sus operaciones corporativas más importantes: el Plan Géminis (que hoy se encuentra desterrado). Este consistía en la división de la compañía en dos, una dedicada al negocio regulado y otra especializada en las actividades liberalizadas.
La guerra energética
Después de que el pasado 28 de abril España se quedase sin luz durante diez horas, surgió una guerra sin parangón en el sector eléctrico, lo que ha provocado un cruce de acusaciones entre el gestor del sistema, Red Eléctrica, las energéticas y el propio Gobierno. Se han publicado informes sobre el incidente y se están creando comisiones de investigación en las Cortes, pero todo indica que será la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y los tribunales los que diriman quiénes fueron los responsables del suceso.
Hace unos días, Iberdrola acusó al Gobierno de que la gestión de Red Eléctrica antes del apagón fue «temeraria y negligente». La eléctrica señaló que el gestor del sistema no cumplió con su función y que ellos actuaron de forma ejemplar. El enfado también se extiende al Ejecutivo. La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, retó a Iberdrola a hacer pública su información vinculada al apagón de «manera particular».
Endesa, a través de uno de sus directivos, apuntó también hace unos días a Red Eléctrica por no llevar a cabo un control correcto de la tensión. Iberdrola y Endesa, a través de Aelec (la patronal que lideran), han mantenido un intenso frente contra Red Eléctrica en las últimas semanas. De hecho, en su informe -publicado el pasado lunes como respuesta al del Gobierno y al del gestor del sistema- acusaron a Red Eléctrica de obviar 30.558 avisos del apagón. Su conclusión es que hubo «mala gestión» de Red Eléctrica.
En cambio, Naturgy -que no pertenece a Aelec- se ha mostrado más conciliadora tras el apagón. El pasado 22 de mayo, casi un mes después del apagón, el presidente ejecutivo, Francisco Reynés, afirmó que «era excesivo» pedir explicaciones sobre el incidente aún y pidió «esperar» a tener todos los datos. Unos días después, el 29 de mayo, subrayó la importancia del proceso de reposición, una actuación que también puso en valor el presidente del Gobierno. El 16 de junio, Reynés se mantuvo de nuevo prudente y volvió a pedir tiempo hasta que se conociera el informe del Gobierno. Desde entonces no ha habido nuevas declaraciones.