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Energía

El Gobierno comprará máquinas antiapagón que ya existían en antiguas centrales de carbón

Fuentes del sector lamentan no haber aprovechado sus compensadores síncronos y tampoco los puntos geográficos

El Gobierno comprará máquinas antiapagón que ya existían en antiguas centrales de carbón

La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen. | Europa Press

El pasado 8 de julio, el Ministerio de Transición Ecológica publicó un listado de actuaciones en la red de transportes tras el apagón en el que incluyó la compra de compensadores síncronos por primera vez en la Península. Una máquina que permite controlar la tensión del sistema, pero cuyo coste económico es alto, y los permisos para construirla son complejos. Fuentes del sector lamentan que no se hayan aprovechado los alternadores de las centrales de carbón ya desmanteladas, que actúan como compensador síncrono, ni tampoco los puntos geográficos donde se ubicaban.

El problema que sufre hoy España -con una red al límite que sufre sobretensiones por su crecimiento- ya se debatió hace décadas en Estados Unidos. En ese momento, lo que se planteó fue la conversión de las centrales de carbón en compensadores síncronos. Una realidad que no es única en dichas centrales, sino que hoy ya existen ciclos combinados en el mundo que actúan como compensadores.

Red Eléctrica, a través de sus modelos, buscará los lugares en los que se debe regular la tensión, previsiblemente en zonas donde predomine la energía solar (que es la tecnología inestable que necesita refuerzo cuando hay sobretensiones en la red). De esta forma, en lugar de instalar una central síncrona (como la nuclear o los ciclos combinados) se monta un compensador. Por otro lado, las mismas fuentes remarcan que no se están aprovechando los lugares donde estaban o están las centrales de carbón, que tienen ya los puntos de conexión construidos. Un escenario clave porque lo más importante para regular la red es el sitio.

Cabe mencionar que los compensadores síncronos requieren un ecosistema alrededor porque se trata de un edificio industrial. Otra de las críticas que hacen en el sector es que Transición Ecológica apueste por comprar nuevos compensadores cuando se puede estudiar el desarrollo de estas en las centrales hidroeléctricas reversibles, que tienen un modo incorporado para regular solo la tensión sin aportar potencia activa al sistema. De hecho, estas centrales ayudan en los momentos en los que las centrales nucleares paran para recargar, ya que dejan la zona completamente sobretensionada.

Recientemente, el Gobierno ha promovido muchos proyectos de energía fotovoltaica que incluían compensadores síncronos, lo que ha provocado que muchas empresas se hayan especializado en esta área. No obstante, existen dudas sobre si estos tipos de proyectos saldrán adelante, lo que ha causado que ahora el Ministerio de Transición Ecológica haya dado un paso adelante para invertir en estos compensadores de forma aislada. Sin embargo, hay interrogantes sobre si se elegirán correctamente los lugares en los que instalar los compensadores.

El plan del Ministerio genera incertidumbre en el sector por si tendrá éxito. Entre los obstáculos se encuentra el terreno en el que construir el compensador -debe ser suelo industrial- y hay que tener en cuenta los tiempos que tardan en llegar los elementos clave (el propio compensador y el transformador). Además, como todo proyecto energético en España, está condicionado por la cantidad de autorizaciones administrativas necesarias. Sobre esto último, podría darse la paradoja de tener los compensadores pero no poder instalarlos.

El ecosistema del carbón se ha reducido a su mínima expresión en España y el campo de estudio se ha acotado ya a algunos organismos o departamentos reducidos, como el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar) de Oviedo (Asturias) y el Instituto de Carboquímica de Zaragoza (Aragón), que investigan dicho ecosistema. Ambos pertenecen al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Por otro lado, hay asociaciones -como el Grupo Español del Carbón (GEC)- en las que sus profesionales investigan el desarrollo del material del carbón para aplicaciones catalíticas (industria química) o energéticas.

Inversión de 750 millones de euros

A diferencia de España, otros países del mundo sí continúan utilizando el carbón como fuente de energía. Es el caso de China, que representa el 58 % del carbón consumido globalmente. El consumo de este combustible no se limita a países de fuera de la Unión Europea, sino que todavía existen algunos países que queman carbón, como Alemania y Polonia.

Por último, y según los datos del Gobierno, «la vigente planificación de electricidad ya experimentó una modificación puntual en abril de 2024, con 73 actuaciones vinculadas a una inversión de 489 millones, dirigidas principalmente a dar respuesta a nuevas demandas y proyectos que buscaban conectarse a la red eléctrica. En la segunda modificación puntual, de carácter excepcional por su foco en la resiliencia del sistema, tiene una inversión asociada de 750 millones, de modo que la inversión total de la Planificación con horizonte 2026 se incrementa hasta los 8.203 millones».

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