La herramienta estrella del Gobierno para evitar apagones se evapora tras nueve meses sin uso
El Servicio de Respuesta Activa de la Demanda no se ha utilizado este año, pese a que en 2024 se usó hasta cuatro veces

La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen. | Europa Press
El gestor del sistema, Red Eléctrica, lleva nueve meses sin activar el Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD). Un mecanismo que creó el Gobierno y que se lanzó oficialmente en octubre de 2022 para obligar a la industria a parar sus centrales por si existía algún riesgo durante el día de falta de suministro por un exceso de demanda frente a la oferta energética. Sin embargo, desde el pasado 12 de diciembre de 2024 Red Eléctrica no lo ha utilizado, lo que demuestra que existe un exceso de generación que hace que no se utilice esta medida.
De hecho, el tiempo que lleva sin usarse este mecanismo marca un dato récord si lo comparamos con la última vez que se utilizó el servicio. En la última subasta -cuya actuación comprendió un año, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024- se usó en hasta cuatro ocasiones (22 de mayo, 10 de julio, 11 de diciembre y 12 de diciembre). Además, los intervalos de tiempo entre las activaciones de estos servicios apenas duraron unos meses, o incluso unas horas.
Previamente a esa subasta se hizo la inaugural, y su actuación tuvo lugar entre el 1 de noviembre de 2022 y 31 de octubre de 2023. Durante ese periodo se utilizó en una única ocasión. En concreto, el 4 de septiembre de 2023, por lo que tardó diez meses en activarse. No obstante, el contexto induce a pensar que esta marca se podría superar este año teniendo en cuenta que durante los meses que restan (octubre y noviembre) nunca se ha activado el servicio y que varias centrales nucleares (que son las que dan estabilidad al sistema) han recargado combustible de forma reciente.
La situación de este año ha hecho que incluso las propias eléctricas hayan parado sus centrales por exceso de producción. El pasado 16 de abril las centrales nucleares Almaraz I y Almaraz II (en Extremadura) pararon su actividad, mientras que la de Cofrentes (Comunidad Valenciana) lo hizo al día siguiente. La razón, según las energéticas, fue «porque su oferta en el mercado eléctrico no resultó casada en el mercado mayorista debido al escenario de precios bajos sostenidos como consecuencia del descenso de la demanda y la alta penetración renovable». Ocurría también en un momento de protesta contra el Gobierno por la alta carga impositiva que sufren sus centrales.
Fuentes del sector industrial aseguran a este periódico que «el Servicio de Respuesta Activa de la Demanda es una buena herramienta para dar estabilidad al sistema, sobre todo en un momento de incertidumbre». En concreto, consiste en avisar a las fábricas para que interrumpan su actividad cuando existe riesgo de suministro, dándoles un margen de 15 minutos y a cambio de una retribución.
Hace unos días, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó el plazo para las observaciones del nuevo texto de Red Eléctrica para reformular este servicio. Las subastas del mecanismo pasarán de ser anuales a semestrales. Se espera que se apruebe pronto para que tenga lugar la subasta en noviembre para el periodo del 1 de enero al 31 de diciembre de 2026.
Pero este no es el único instrumento para mantener el suministro. Existe otro, los mecanismos de capacidad. con un objetivo similar al Servicio de Respuesta Activa de la Demanda, que lleva años anunciándose, pero que no acababa de concretarse. A diferencia de este último, el mecanismo de capacidad trata de resolver problemas de suministro ex ante y va dirigido tanto a la demanda (por ejemplo, la industria) como a la oferta (las generadoras de energía).
El apagón que tuvo lugar el pasado 28 de abril poco tuvo que ver con una falta de generación eléctrica. De hecho, sobraba, como así se ha podido certificar. Un escenario que además permitió al gestor del sistema alcanzar un récord de producción de energía solar, incluso una semana antes del corte del suministro en España. Lo que ocurrió en realidad, según los diversos informes que se han ido conociendo, fue una falta de planificación por parte de Red Eléctrica, que decidió no utilizar tecnologías síncronas suficientes (gas, nuclear e hidráulica) aquel día.