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Análisis

El riesgo de otro apagón en España vuelve a poner a la solar en el epicentro del problema

Una vez controlado el nivel de tensión por Red Eléctrica, aparece ahora un nuevo frente: la volatilidad

El riesgo de otro apagón en España vuelve a poner a la solar en el epicentro del problema

Plantas solares. | EP

Las entradas y salidas masivas de las energías renovables (principalmente la solar) en la red están generando un quebradero de cabeza para Red Eléctrica. El gestor, después controlar la tensión a través de un aumento de tecnologías estables tras el apagón, se encuentra ahora con un nuevo frente: las oscilaciones que generan las energías verdes en la tensión, lo que ha provocado que el gestor del sistema haya dado la voz de alarma para que no vuelva a ocurrir un episodio como el del pasado 28 de abril.

Un apagón se puede dar por dos circunstancias. O bien por la tensión muy alta (lo que ocurrió el pasado 28 de abril, con un exceso de renovables en el mix energético) o por oscilaciones de tensión. Esto último es lo que está pasando ahora. Pese al aumento de las tecnologías síncronas en el mix –nuclear y gas– tras el apagón, la continua entrada y salida de las renovables en el sistema durante el día hace que las tecnologías convencionales no puedan amortiguar la oscilación a la hora de inyectar tensión.

Red Eléctrica quiere que las renovables vayan entrando y saliendo a la red poco a poco, haciendo rampas (el plazo que tienes para inyectar la potencia) de quince minutos en lugar de pocos minutos o segundos, como hasta ahora. Es como si tienes una puerta y en lugar de hacer lo de antes –donde entraban quince personas a la vez– pues ahora entran de una en una, poniéndose en fila y con separación.

Fuentes del sector energético critican la irrupción de las renovables en el sistema: «Hay unas rampas brutales, entra la solar y tienes una línea prácticamente vertical y tienes que sacar la síncrona a espuertas para equilibrar el sistema». Ahora las pendientes serán más suaves y el sistema más equilibrado.

El pasado 28 de abril, Red Eléctrica despachó poca generación síncrona (gas y nuclear) y se encontró que no tenía un instrumento para controlar la tensión. Ahora el problema es ligeramente distinto. Porque esta vez sí lo tiene (cambió radicalmente el mix y aprobó una operación reforzada para evitar un nuevo apagón), pero el gestor se está encontrando que muchas renovables están entrando y saliendo en bloque y que «son capaces de darlo todo y quitarlo todo de golpe», lo que está produciendo subidas y bajadas de tensión.

De esta forma, aunque haya energía síncrona acoplada que amortigüe las subidas y bajadas de tensión, la generación convencional necesita más tiempo para absorber esa tensión que están produciendo las renovables. Es decir, el ritmo al que se producen las oscilaciones de tensión es superior al ritmo al que es capaz de absorber la generación convencional, por lo que Red Eléctrica se ha dado cuenta de que de nuevo no tiene un instrumento. Ahora no es un problema de nivel de tensión, sino de volatilidad de esta.

De esta forma, el gestor propone que las renovables no podrán subir y bajar el cien por cien de su potencia de forma instantánea, sino en 15 minutos. Desde el sector afirman que la traducción de lo que se busca es la siguiente: «Para pasar de cero a toda la potencia que tienes me lo tienes que dar al menos en 15 minutos y así las subidas y bajadas de tensión no son de golpe, sino progresivas y le da tiempo a la energía síncrona a acoplar esa fluctuación».

Red Eléctrica se queja de que el día del apagón, las eléctricas incumplieron los controles de tensión. Las energéticas respondieron que no lo hicieron porque, además de haber poca energía síncrona para absorber la reactiva (la energía que fluctúa), necesitaban más tiempo. Ahora, el gestor busca que se regule este procedimiento de operación.

El gestor de la red se lo resumió a la CNMC el pasado 7 de octubre de una forma sutil para evitar mencionar a la solar: «Se observa que una parte de los grupos conectados que cuentan con control continuo de tensión no disponen de la rapidez de respuesta que el sistema precisa ante las dinámicas de variación de los parámetros que se están registrando en los últimos días».

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