Calviño y Ribera defienden ahora una estrategia a favor de la energía nuclear
Esta tecnología se presenta como clave para la transición, la flexibilidad del sistema y para atender la futura demanda

La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, y la vicepresidenta primera de la Comisión Europea, Teresa Ribera. | EIB.
La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, y la vicepresidenta primera de la Comisión Europea, Teresa Ribera, participaron el pasado 9 de octubre en un acto para presentar la nueva estrategia del brazo inversor de la UE, que tiene entre sus ejes la defensa de la energía nuclear. Un escenario llamativo porque las dos exvicepresidentas del Gobierno de Pedro Sánchez fueron las promotoras del calendario de cierre nuclear en España para 2035.
Ocurre en un momento de tensión en el sector energético porque el cierre de la primera central se acerca. Almaraz, en Extremadura, tiene su fin programado en 2027 (el primer reactor) y 2028 (el segundo). Pero los trabajos para el inicio de su cierre comenzarán en semanas, según informan las eléctricas. En medio de ese escenario, la sensación que se respira en el sector es de estancamiento entre las dos partes para luchar por su continuidad. Las eléctricas señalan que lo están pidiendo en público y privado, pero el Gobierno responde que no han presentado la solicitud de prórroga.
El diálogo, que tuvo lugar hace unos días, entre Calviño y Ribera buscó lanzar una imagen de unidad entre las dos instituciones tras la aprobación por unanimidad el pasado 30 de septiembre de la segunda fase de la hoja de ruta, junto con la Orientación del Sector Energético por parte del BEI. Un documento que defiende la importancia de la energía nuclear para la transición energética, su ayuda a la flexibilidad del sistema y que es esencial para alimentar la futura demanda.
Importancia de la nuclear
«La prioridad clave para la transición energética no solo es una ampliación masiva de las tecnologías renovables consolidadas, como la energía eólica y solar, sino también fomentar aún más los sectores y tecnologías limpias nuevos o emergentes, las nuevas tecnologías nucleares (como los pequeños reactores modulares, los reactores modulares avanzados, o la energía de fusión), los gases de bajas emisiones de carbono (como el biogás o el hidrógeno), así como el calor y los combustibles renovables para el transporte», señala el informe.

«A medida que más actividades se alimenten con electricidad, la demanda de electricidad aumentará. Esto significa que necesitaremos construir mucha más generación eléctrica de bajas emisiones de carbono e infraestructura de red. Para alcanzar los volúmenes necesarios a un costo asequible, será necesario emplear todas las tecnologías adecuadas, especialmente aquellas con potencial para ampliarse considerablemente. Esto incluye tecnologías renovables competitivas y consolidadas, como la eólica y la solar, pero también fuentes renovables emergentes y otras tecnologías de bajas emisiones de carbono, como la captura y almacenamiento de carbono, así como los reactores nucleares modulares pequeños y avanzados».
Por último, el informe asevera que «las energías renovables de nueva generación, o las nuevas tecnologías de generación nuclear, como los pequeños reactores modulares y los reactores modulares avanzados, ofrecen un alto potencial de crecimiento y una mayor flexibilidad del sistema».
Miedo a otro apagón
Hace unos días, el operador del sistema, Red Eléctrica, envió por carta a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) una alerta de un posible nuevo apagón si no se llevaban a cabo modificaciones urgentes en los procedimientos de operación. La razón fue que el gestor observó «variaciones rápidas de tensión en los últimos días» y puso el foco en la energía solar, porque estaba siendo la responsable de la oscilación de la tensión.
La tecnología solar ya estuvo en ojo del huracán el pasado 28 de abril porque su exceso en el mix (y el defecto de generación síncrona, nuclear y gas) provocó aumentos en los niveles de tensión. El debate sobre la continuidad de la nuclear se vuelve más trascendente que nunca. Además, países de nuestro entorno, como Italia, están comenzando a apostar por ella.
Calviño y Ribera, durante su etapa en el gobierno de España, no apostaron por esta tecnología. La primera era la vicepresidenta y ministra de Economía y la segunda la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica. Ribera, durante los últimos años, ha rechazado la tecnología nuclear y en 2019 aprobó su cierre progresivo pese a la presión de la patronal (compuesta por Endesa e Iberdrola) para evitarlo. La entonces ministra aseguró que «un nuevo ciclo de vida de las centrales no tenía sentido económico».