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Energía

La medida estrella del Gobierno para evitar apagones cumple un año sin utilizarse

El servicio de respuesta activa de la demanda (SRAD) lleva desde el 11 de diciembre de 2024 sin activarse

La medida estrella del Gobierno para evitar apagones cumple un año sin utilizarse

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen.

El servicio de respuesta activa de la demanda (SRAD, por sus siglas) lleva desde el 11 de diciembre de 2024 sin activarse. Este jueves se cumple un año desde la última vez que se utilizó este mecanismo, creado por el Ministerio de Transición Ecológica en ese momento dirigido por Teresa Ribera, para evitar apagones. El Gobierno lanzó la herramienta oficialmente en octubre de 2022 para obligar a la industria a parar sus centrales por si existía algún riesgo durante el día de falta de suministro por un exceso de demanda frente a la oferta energética.

El periodo de tiempo que lleva sin usarse este mecanismo marca un récord. En la última subasta —cuya actuación comprendió un año, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024— se usó hasta en cuatro ocasiones (22 de mayo, 10 de julio, 11 de diciembre y 12 de diciembre). Previamente a esa subasta, se hizo la inaugural, cuyo intervalo duró entre el 1 de noviembre de 2022 y el 31 de octubre de 2023. Durante ese periodo, se utilizó en una única ocasión: el 4 de septiembre de 2023, por lo que tardó diez meses en activarse.

Hace pocos días tuvo lugar la subasta organizada por Red Eléctrica en la que participó la industria. El gestor contará en el primer semestre de 2026 con un total de 1.725 megavatios (MW) de potencia ofrecida por instalaciones peninsulares de demanda para aportar una mayor flexibilidad a la operación a través de este servicio mencionado.

Este año ha habido un exceso de generación que ha permitido a Red Eléctrica incluso alcanzar récord de producción renovable; las propias eléctricas han parado sus centrales por exceso de producción. El pasado 16 de abril las centrales nucleares Almaraz I y Almaraz II (en Extremadura) pararon su actividad, mientras que la de Cofrentes (Comunidad Valenciana) lo hizo al día siguiente. La razón, según las energéticas, fue «porque su oferta en el mercado eléctrico no resultó casada en el mercado mayorista debido al escenario de precios bajos sostenidos como consecuencia del descenso de la demanda y la alta penetración renovable».

Este mecanismo —que consiste en avisar a las fábricas para que interrumpan su actividad cuando existe riesgo de suministro, dándoles un margen de 15 minutos y a cambio de una retribución— no se utilizó en el apagón porque este no se debió a un problema de generación (había en exceso) sino a una mala selección de las tecnologías (con un gran número de renovables) por parte del gestor de la red. Al no haber energía síncrona suficiente (nuclear, hidráulica y gas), no se pudieron absorber las sobretensiones de la red.

La CNMC pone el foco

El pasado 11 de noviembre, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la modificación del procedimiento del SRAD en el mercado eléctrico con el objetivo de acabar con el monopolio de la industria con este servicio. Se buscó eliminar barreras y facilitar la participación, con la entrada de empresas más pequeñas, para incrementar la competitividad del servicio.

En concreto, el regulador cambió los procedimientos de operación eléctricos 7.5 y 14.4 para la modificación de un servicio que permite a los consumidores activar su capacidad de bajar el consumo cuando Red Eléctrica lo necesita para garantizar la seguridad del suministro, conocido anteriormente como servicio de interrumpibilidad para la gran industria.

Sobre la subasta que tuvo lugar hace unos días, y según informó Red Eléctrica, la potencia ofrecida por los consumidores se ha incrementado en un 50% respecto a la de 2025 y supone el 74% de la capacidad requerida para el primer semestre de 2026, que ha sido de 2.339 MW, volumen similar al solicitado en la subasta del 2024, que fue para todo el año. Los consumidores adjudicatarios serán retribuidos con un precio marginal de 65 euros por MW asignado y hora por su disponibilidad para reducir su consumo en las horas asignadas. Cada activación será retribuida al precio de la regulación terciaria correspondiente a los periodos de activación.

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