The Objective
Energía

Ribera se borra en Bruselas del acto en el que la UE rectifica su plan sobre el coche eléctrico

Los fabricantes europeos muestran su satisfacción por la decisión tras varios años de presiones en contra de la medida

Ribera se borra en Bruselas del acto en el que la UE rectifica su plan sobre el coche eléctrico

La vicepresidenta primera de la Comisión Europea, Teresa Ribera. | EP

La vicepresidenta primera de la Comisión Europea, Teresa Ribera, perdió el pasado martes una batalla en el ámbito de sus competencias, centradas en la transición limpia, justa y competitiva. La exministra había defendido mantener la norma aprobada a principios de 2023 que establece que a partir de 2035 solo se podrán vender vehículos nuevos de cero emisiones. Sin embargo, finalmente, la Comisión ha aprobado una nueva medida que permite que hasta un 10% de los coches nuevos no cumplan ese requisito, motivo por el que Ribera no ha participado en el acto de presentación de esta decisión.

De esta forma, la vicepresidenta —que actuó como coordinadora en esta medida porque afectaba a varios comisarios— ha asumido que se verán afectados los objetivos de emisiones marcados, porque el 15% de estas proceden de la automoción. Este choque interno se saldó con la ausencia de la vicepresidenta en la presentación, a la que sí asistieron el vicepresidente de Prosperidad y Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné, el comisario de Clima, Cero Emisiones Netas y Crecimiento Limpio, Wopke Hoekstra, el comisario de Transporte Sostenible y Turismo, Apostolos Tzitzikostas, y el comisario de Economía y Productividad Aplicación y Simplificación, Valdis Dombrovskis.

Pese a la pugna, el acuerdo ha contado con el apoyo de todos los miembros de la Comisión porque es una decisión colegiada, como ocurre en España con el Consejo de Ministros. Según fuentes conocedoras, los fabricantes europeos «están contentos» con una propuesta que abre ahora la puerta a que un 10% de los coches que se vendan a partir de 2035 puedan ser híbridos o funcionen a través de combustibles sintéticos y biocombustibles, entre otros.

«Neutralidad tecnológica»

Un concepto que se ha incluido en el texto de la Comisión Europea es el de «neutralidad tecnológica», término que se ha escuchado y defendido en algunos foros, eventos y en las cámaras legislativas por parte del sector energético en España. Se define así: «El abastecimiento energético de la Unión debe ser seguro y asequible para los consumidores y las empresas» y «la revisión no debe fomentar artificialmente determinadas opciones tecnológicas en detrimento de otras».

La propuesta ahora debe pasar al Parlamento Europea, donde comenzará la negociación entre las diferentes formaciones políticas, que sostienen posiciones muy dispares, desde los que están en contra de imponer límites a las tecnologías —con una especial cruzada hacia el gran beneficiado, el coche eléctrico— hasta los que se centran en la electrificación como única salida para el futuro.

Imagen de Ribera dañada en Europa

La reputación de Ribera está dañada en Europa. Hace unos días, Politico, uno de los periódicos que más se leen en Bruselas, publicó un duro artículo contra la que fue vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica de España. Este medio afirmó que «cuando Teresa Ribera llevaba apenas dos semanas en el cargo, se dirigió a un evento en el lujoso hotel Steigenberger Icon Wiltcher’s. Un público trajeado estaba sentado en el salón de baile, esperando, y Ribera aseguró antes de empezar su discurso que nunca había estado en una sala tan abarrotada en la que no conociera a nadie».

El medio continúa relatando las impresiones de los asistentes: «Sentado ante ella había un grupo de abogados, economistas y lobistas que representaban a las corporaciones con las que pronto tendría que tratar en su nuevo cargo como máxima responsable de la política de competencia de la UE: decidir el destino de fusiones multimillonarias, vigilar a los gigantes tecnológicos estadounidenses valorados en billones de dólares y dictaminar sobre las ayudas estatales con las que los gobiernos esperan salvar industrias enteras. Los iniciados de la burbuja de la competencia en Bruselas tenían sus blocs de notas —y sonrisas corteses— preparados, pero, en el fondo, se sentían inquietos».

«Un año después, esas preocupaciones no han hecho más que intensificarse. El mundo de la competencia ha llegado a la conclusión de que Ribera, de 56 años, no muestra demasiado interés por ese aspecto de su trabajo. Sus críticos sostienen que tiene poca paciencia para el detalle de las políticas. Argumentan que depende en exceso de su equipo y que carece de una visión clara sobre qué casos debe impulsar. Y, mientras tanto, su jefa, Ursula von der Leyen, parece estar abriéndose paso a la fuerza en el terreno de la competencia», sentenció el medio.

Por último, y según publicó este periódico, el Gobierno no está contento con el escaso protagonismo de la exministra Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. En el Ejecutivo español había grandes esperanzas con la designación –que se hizo efectiva en enero de 2025– porque confiaban en influir de forma relevante en las decisiones clave del club comunitario. No obstante, casi diez meses después, la española no ha tenido el peso que se esperaba en los grandes debates.

Publicidad