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Energía

EEUU ordena mantener las centrales de carbón desterradas en España porque «salvan vidas»

En la actualidad, dos tercios del uso mundial del carbón se destinan a la generación de electricidad

EEUU ordena mantener las centrales de carbón desterradas en España porque «salvan vidas»

El presidente de EEUU, Donald Trump, en una imagen de archivo. | Europa Press

La Secretaría de Energía del Gobierno de Estados Unidos emitió el pasado 24 de diciembre una orden de emergencia para mantener las centrales térmicas de carbón de Indiana abiertas con el objetivo de evitar apagones en el medio oeste del país. Tras este movimiento, el secretario de Energía, Chris Wright, subrayó que era necesario tener acceso a «electricidad asequible, fiable y segura de cara a los meses de invierno» y criticó el uso de las energías renovables para estas situaciones.

«La Administración Trump sigue comprometida a desplegar con rapidez todas las herramientas y facultades disponibles para salvaguardar la fiabilidad, la asequibilidad y la seguridad del sistema energético del país. Mantener estas plantas de carbón en funcionamiento tiene el potencial de salvar vidas y es simplemente sentido común. Los estadounidenses merecen un suministro eléctrico confiable, independientemente de si el viento sopla o el sol brilla durante condiciones extremas de invierno», afirmó Wright.

Precisamente, Estados Unidos va a usar una tecnología, la del carbón, cuyo ecosistema en España se ha reducido a su mínima expresión, con muy pocos centros en activo —pero con fecha de cierre— y la mayoría desmantelados. Además, el campo de estudio se ha acotado ya a algunos organismos o departamentos reducidos, como el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar) de Oviedo y el Instituto de Carboquímica de Zaragoza, que investigan dicho campo. Ambos pertenecen al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Situación en Estados Unidos

Aunque el contexto energético en España y Estados Unidos es diferente, el apagón sufrido el pasado 28 de abril abrió un debate dentro del sector energético con respecto al papel que jugó la energía renovable, principalmente la fotovoltaica. Tanto los informes del comité creado por el Gobierno como los encargados por las eléctricas apuntaron a una falta de tecnología síncrona (nuclear, hidráulica y gas) en el mix energético de aquel día. Esta situación provocó que la red no pudiera absorber las sobretensiones generadas por el exceso de energía renovable, desembocando en el apagón.

El presidente de EEUU, Donald Trump.

«No quiero carbón». Esto es lo que le respondió una niña hace unos días al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de que este le preguntara qué quería que le trajese Papá Noel. Tras la respuesta, el mandatario corrigió a la niña asegurando que «el carbón es limpio y precioso». Meses antes, en julio, el Departamento de Energía advirtió que «los apagones podrían multiplicarse por cien en 2030 si Estados Unidos continuaba cerrando fuentes de energía fiables y no añadía capacidad firme adicional».

Para ello, presentó un documento llamado Informe sobre la evaluación de la fiabilidad y la seguridad de la red eléctrica de Estados Unidos que, señaló el secretario Wright: «Confirma lo que ya sabemos: Estados Unidos no puede permitirse seguir por el camino inestable y peligroso de la sustracción energética que persiguieron líderes anteriores, forzando el cierre de fuentes de energía de carga base como el carbón y el gas natural».

«En los próximos años, la reindustrialización de Estados Unidos y la carrera por la inteligencia artificial requerirán un suministro significativamente mayor de energía constante, fiable e ininterrumpida. La administración del presidente Trump está comprometida con el avance de una estrategia de adición energética, apoyando todas las formas de energía que sean asequibles, fiables y seguras. Si queremos mantener las luces encendidas, ganar la carrera de la IA y evitar que los precios de la electricidad se disparen, Estados Unidos debe liberar todo su potencial energético».

Debate sobre el carbón

Recientemente, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha asegurado en un estudio que el carbón «es un pilar de la generación eléctrica en muchos países y, al mismo tiempo, la mayor fuente individual de emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, lo que lo sitúa en el centro de los debates internacionales sobre energía. En un momento de incertidumbre y transformación de los sistemas energéticos en todo el mundo, una serie de tendencias diferentes podrían configurar los mercados del carbón en los próximos años».

La agencia cree que «por un lado, los recientes cambios de política que respaldan el carbón podrían impulsar su consumo, al igual que el fuerte aumento de la demanda eléctrica en las economías de todo el mundo, dado que actualmente dos tercios del uso mundial del carbón se destinan a la generación de electricidad». Mientras que, por otro lado, «la rápida expansión de la capacidad de energías renovables —en particular en China, el mayor consumidor de carbón del mundo— tiene el potencial de frenar la demanda. Al mismo tiempo, la próxima oleada de capacidad exportadora de gas natural licuado (GNL), que previsiblemente aportará suministros más abundantes y precios más bajos a los mercados del gas natural, podría llevar a algunas regiones a favorecer el gas frente al carbón».

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