Draghi pide a la UE invertir 800.000 millones al año para hacer frente a EEUU y a China
El ex presidente del BCE pide un plan similar a los ‘Next Generation’ financiado con deuda común de los Estados
El ‘informe Draghi’ ha visto finalmente la luz. Después de meses de elaboración el ex primer ministro italiano, Mario Draghi, ha presentado las líneas generales de un documento llamado a sentar las bases de la refundación de la Unión Europea (UE). Y ha sido un informe duro, que pide cambios inmediatos y que ha advertido que si no se actúa, Europea claramente perderá el tren de la reindustrialización y será solo un espectador de batalla política y comercial de los dos gigantes mundiales: Estados Unidos y China.
Draghi –que se ha consolidado como uno de los oráculos de la UE tras ser presidente del Banco Central Europeo (BCE) durante casi una década– puso en el centro del debate los valores europeos, la prosperidad, la equidad, la libertad, la paz y la democracia «en un entorno de equidad» y la necesidad de mantenerlos para que sus ciudadanos puedan seguir disfrutando de ellos. Para ello, advirtió, es necesario que seamos más productivos y que nos nos convirtamos en líderes de la nueva economía y las nuevas formas de producción.
«La única manera de ser más productivos es que Europa cambie radicalmente», dice Draghi en el informe sobre competitividad que le encargó la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con la que además ha presentado sus conclusiones este lunes en rueda de prensa. Y advierte que partimos de una base comparativa extremadamente baja y preocupante: «solo cuatro de las 50 mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas», indica el documento.
Soluciones de Draghi
Y si no logramos ser más productivos, «deberemos olvidarnos de otras prioridades». «No podremos convertirnos, a la vez, en líder de las nuevas tecnologías, faro de la responsabilidad climática y actor independiente en la escena mundial. No podremos financiar nuestro modelo social. Tendremos que reducir algunas de nuestras ambiciones, si no todas», indica con su particular estilo pragmático, propio de su formación como banquero.
¿Y qué hacer? El ex presidente del BCE propone un plan al estilo de los Next Generation, pero que funcione de manera perpetua. Pide que el gasto para reindustrializar el continente se sitúe entre los 750.000 a los 800.000 millones de euros -la mayoría del sector privado, pero con aportaciones públicas- el 4,7% del PIB de la Unión Europea y más del doble del impulso que significó el Plan Marshall. Una inversión que propone realizar estableciendo una deuda común y mutualizada, como en el plan realizado tras la pandemia, y con herramientas similares que ayuden a financiar proyectos que sirvan para impulsar esta apuesta industria.
Digitalizar, descarbonizar la economía y aumentar su capacidad de defensa, son los tres ejes que plantea el informe. Y para ello indica que es perentorio culminar la Unión de los Mercados de Capitales; alinear las políticas industrial, de competencia y comercial, atender unas necesidades de inversión «inéditas» en medio siglo y a ahondar en la coordinación de la regulación y la eliminación de las barreras administrativas.
China y EEUU
La clave de todo es recuperar el terreno perdido con China y con Estados Unidos en áreas tan importantes como los semiconductores, la fabricación de coches eléctricos o el desarrollo de la Inteligencia Artificial, industrias llamadas a controlar la economía mundial, pero en las que Europa está ahora totalmente rezagada y viendo como los dos gigantes mundiales se reparten el mercado internacional.
El primero de los ejes que Draghi exige abordar es la necesidad de cerrar la brecha con Estados Unidos a través de la digitalización. «El problema no es que a Europa le falten ideas o ambición. Tenemos muchos investigadores talentosos y empresarios que están solicitando patentes. Pero la innovación está bloqueada en la siguiente etapa: no estamos logrando traducir la innovación en comercialización, y las empresas innovadoras que quieren expandirse en Europa se ven obstaculizadas en cada etapa por regulaciones inconsistentes y restrictivas», dice el documento.
«Una parte central de esta agenda será brindar a los europeos las habilidades que necesitan para beneficiarse de las nuevas tecnologías, de modo que la tecnología y la inclusión social vayan de la mano. Si bien Europa debe aspirar a igualar a los EE. UU. en términos de innovación, nosotros debemos aspirar a superar a los EE. UU. en brindar oportunidades de educación y aprendizaje para adultos y buenos empleos para todos a lo largo de sus vidas».
Descarbonización
El segundo ámbito de acción es un plan conjunto de descarbonización y competitividad, donde pone el énfasis en que la transición energética debe replantearse. «Si los ambiciosos objetivos climáticos de Europa se acompañan de un plan coherente para alcanzarlos, la descarbonización será una oportunidad para Europa. Pero si no coordinamos nuestras políticas, existe el riesgo de que la descarbonización sea contraria a la competitividad y al crecimiento», dice Draghi
E indica que la UE se enfrenta a un posible dilema: aumentar la dependencia de China puede ofrecer la ruta más barata y eficiente para alcanzar nuestros objetivos de descarbonización. «Pero la competencia patrocinada por el Estado chino también representa una amenaza para nuestras productivas industrias de tecnología limpia y automotriz. La descarbonización debe realizarse por el bien de nuestro planeta. Pero para que también se convierta en una fuente de crecimiento para Europa, necesitaremos un plan conjunto que abarque las industrias que producen energía y las que permiten la descarbonización, como la tecnología limpia y la automotriz».
El tercer ámbito de acción es el aumento de la seguridad y la reducción de las dependencias. «La seguridad es una condición previa para el crecimiento sostenible», indica y agrega que el aumento de los riesgos geopolíticos puede aumentar la incertidumbre y frenar la inversión, mientras que las grandes conmociones geopolíticas o las interrupciones repentinas del comercio pueden ser extremadamente perturbadoras. «A medida que se desvanece la era de la estabilidad geopolítica, aumenta el riesgo de que la creciente inseguridad se convierta en una amenaza para el crecimiento y la libertad».
Defensa
«La industria de defensa está demasiado fragmentada, lo que dificulta su capacidad de producción a gran escala, y
además padece una falta de estandarización e interoperabilidad de los equipos, lo que debilita la capacidad de Europa de actuar como potencia cohesionada. Por ejemplo, en Europa se fabrican doce tipos distintos de carros de combate, mientras que Estados Unidos produce solo uno», concluye.
Finalmente, Draghi concluye su informe con una frase demoledora que da cuenta de la desazón de un político que lleva décadas en la rueda comunitaria y que sabe como pocos, como la burocracia de la Unión Europea frena el desarrollo económico. «Debemos abandonar la ilusión de que sólo la postergación puede preservar el consenso. De hecho, la postergación sólo ha producido un crecimiento más lento y, sin duda, no ha logrado más consenso. Hemos llegado al punto en que, si no actuamos, tendremos que comprometer nuestro bienestar, nuestro medio ambiente o nuestra libertad».