Los datos desmienten a Sánchez: España está a la cola de la UE pese a sus «avances sociales»
La vivienda sube en tasas de 2008, el PIB per cápita está lejos de la convergencia y la desigualdad se reduce lentamente

Pedro Sánchez, durante la presentación de su balance de dos años de legislatura. | Eduardo Parra / Europa Press
Pedro Sánchez ha hecho balance de la primera mitad de la legislatura con un sorprendente triunfalismo basado en un discurso económico que pocos expertos dan por bueno y que se centró en la mejora de las condiciones económicas y sociales durante su mandato. Sin embargo, el análisis realizado por THE OBJECTIVE refleja que en buena parte de estos indicadores España está por debajo de la media europea, muy lejos de las cifras de las principales economías del continente como Alemania, Francia e Italia, y en buena parte a la cola de todo el continente.
La afirmación del presidente del Gobierno que más sorpresa causó durante la intervención fue que la renta disponible real de los hogares españoles «es un 9% más alta que en 2018». Sánchez intentó responder a los «agoreros que dicen que España está peor» indicando que «objetivamente» los datos dicen que el país está mejor en cuanto a sus indicadores sociales. Sin embargo, hay que rebuscar mucho en las cifras para encontrar algo parecido a esta cifra.
Es el caso del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ajustado por poder adquisitivo, que llegó a los 36.300 euros al cerrar el año 2024, esto es un 31,5% de crecimiento desde 2018, aunque con el efecto de la inflación se reduce a un 9%. Un crecimiento que en la Unión Europea fue del 29,7% (7,2% descontando la inflación) y en la eurozona del 26,7%, (un 4,2% real). Una cifra que nos coloca en el noveno lugar del continente y todavía por debajo de la media europea.
Balance de Sánchez
Estos datos reflejan que España está a la misma distancia de la convergencia europea que ya tenía en 1999, hace 25 años y a las puertas de la entrada oficial del euro. El país se encuentra en el 92% de la media del PIB per cápita por poder adquisitivo del continente. Se ha crecido, como dice Sánchez, pero todavía muy por debajo de buena parte de nuestros socios, lo que nos deja actualmente en el puesto 15 de los 27 países de la Unión Europea en este indicador.
La segunda cifra que más se parece a este dato es la de renta anual neta media por tipo de hogar, indicador del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que ha crecido un 30,2% en términos reales entre 2018 y 2024, un 7,7% si excluimos el efecto de la inflación (un 22,5% acumulado en este periodo) durante este mismo periodo. Un dato que además está ‘dopado’ por el gran crecimiento de la renta de los hogares sin niños, que subió un 12%.
Por otro lado, Eurostat indica que el PIB per cápita (excluyendo el efecto de la inflación e indicador reconocido internacionalmente como medida para medir el crecimiento de la renta) creció un 4,2% entre 2018 y 2024 hasta los 27.740 euros, 1.120 más por persona, pese a que en ese tiempo el PIB aumentó en 286.000 millones, un 23% más. Esto nos deja en el lugar 14 de 27 países del bloque comunitario y lejos de la media de 36.760 de la eurozona (4,4% más) y de los 33.530 de los 27 (5,8% de alza).
Desigualdad social
En el caso del empleo, Sánchez ha dicho que España ha batido un nuevo récord al superar los 22 millones de ocupados, de los cuales más de diez millones son mujeres, y la tasa de paro ha caído hasta el 10,3%, «la más baja desde 2008». No obstante, lo que no dice es que seguimos a la cola de la UE. Según Eurostat, en mayo seguimos estancados en el 10,8% de tasa de paro, por encima del 6,3% de la eurozona y del 5,9% de la UE. Y la quinta parte de todos los parados del continente son españoles.
Otro de los hitos que Sánchez recalcó en su intervención fue que España había reducido su desigualdad. No obstante, los datos de población en riesgo de pobreza no son nada alentadores. Las cifras europeas indican que efectivamente nuestro país ha reducido los indicadores de pobreza (tasa AROPE), pero en menor medida que sus socios comunitarios.
En 2024, España registró un 25,8% de porcentaje de la población en riesgo de pobreza y exclusión social (era del 27,3% en 2018), lo que nos sitúa en el cuarto lugar por la cola de la UE, por debajo de Bulgaria, Rumanía y Grecia y lejos de la media comunitaria del 21%. Por otro lado, está referida a personas con niños dependientes fue del 30,2%; la tercera más alta y solo superados por Bulgaria y Rumanía. Y muy lejos del 21,9% de la media de la Unión Europea.
Fondos europeos
En el caso de la vivienda, Sánchez ha indicado que en últimos seis meses, «se ha incrementado el número de viviendas de protección oficial un 8% y hemos contribuido a que la construcción de obra nueva se incremente un 13%, hasta ser ya la mayor de los últimos doce años». La realidad es que estos planes están lejos de dar sus frutos. Sin ir más lejos, los últimos datos publicados por la oficina de estadísticas comunitaria dicen que el alza interanual en el primer trimestre del año fue del 12,3%. Equivalente al 13,1% de subida registrado en igual periodo de 2007, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria y a las puertas de la crisis económica.
Otro de los logros que ha citado Sánchez es el de los fondos europeos Next Generation. Ha dicho que somos el país de la Unión Europa que más fondos no reembolsables ha recibido y que, «hace apenas dos semanas», se aprobó el quinto desembolso por valor de más de 24.000 millones de euros. Lo que no dice es que se retuvieron 1.000 millones por no cumplir compromisos y que solo se han adjudicado 54.521 millones adjudicados, el 33,4% de los 163.800 asignados a España. Un dato que no refleja siquiera que este montante esté íntegramente desembolsado y sin contar empresas que han renunciado a las ayudas por estar fuera de plazo.
Por último, Sánchez destacó que «otro año más, y por tercero consecutivo», «España será la gran economía europea que más crezca, según todos los organismos internacionales». Este es probablemente el único indicador en el que no se equivoca aunque la realidad es que estos mismos organismos también comienzan a advertir que esta coyuntura está mostrando síntomas de agotamiento precisamente porque el gasto público (que ha impulsado la economía) se frena y porque la inversión y el comercio exterior están perdiendo pujanza.