The Objective
Macroeconomía

España necesitó un millón y medio de contratos en septiembre para crear solo 31.462 empleos

El sindicato USO se pregunta cómo es posible que si aumenta la contratación no disminuya más el paro

España necesitó un millón y medio de contratos en septiembre para crear solo 31.462 empleos

Yolanda Díaz en una imagen de archivo.

España ha necesitado hasta 1.533.773 contratos en el mes de septiembre para generar tan solo 31.462 empleos. Eso equivale a 48,7 contratos por trabajador. Un dato que se distancia del mensaje positivo de crecimiento en el empleo que da estos días el Gobierno, que también asegura –como ha declarado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo– que España volverá a liderar en 2025 el crecimiento entre las grandes economías avanzadas. Entre otras razones, por tener «más empleos de calidad, subida de salarios y aumento de la renta disponible de los hogares, desde 2022», sostiene Cuerpo.

Pero la lectura del ministro no coincide con la de José Luis Fernández Santillana. El responsable del Gabinete de Estudios de la Unión Sindical Obrera (USO) advierte de un fenómeno creciente: los contratos cerilla. Una tipología de contrato que «se ha apoderado del mercado laboral español, porque lo que tenemos hoy son unos empleos que duran muy poco». Por eso vemos «cómo todos los meses entran y salen del paro medio millón de personas. Y unos meses salen algo más que entran, y en consecuencia baja el paro. Pero otros es al revés. Es decir, entran más que salen, y por eso sube el paro».

La gran paradoja de este mercado laboral –reseña Fernández Santillana a THE OBJECTIVE–, es que «se están realizando más contratos que hace un año y, sin embargo, el desempleo baja menos que el aumento del número de contratos con respecto a 2024».

¿Por qué baja tan poco el paro?

De ese millón y medio de contratos, septiembre registró 663.825 contratos de carácter indefinido, un 43,28% del total. Supone un ascenso de 44.492 (7,18%) comparado al mismo mes de 2024. En magnitudes acumuladas, se han realizado 4.806.458 contratos por tiempo indefinido hasta septiembre de 2025, representando un descenso de 29.796 (-0,62%) sobre el mismo periodo de 2024. Los

Asimismo, los contratos indefinidos de septiembre se han dividido en cuanto a la duración de su jornada: 269.782 a tiempo completo (40,6%), 176.766 a tiempo parcial (26,6%) y 217.277 fijos discontinuos (32,8%). Comparando con septiembre de 2024, las tres modalidades aumentaron: los primeros en 16.493 (6,51%), los segundos en 11.586 (7,01%) y los últimos en 16.413 (8,17%).

La conclusión, sostiene Fernández Santillana, es que «los que más suben porcentualmente son los de fijos discontinuos y los realizados a tiempo parcial, de manera que, lo que observamos, se está fraccionando cada vez más el empleo, y tenemos una mayor dependencia de la estacionalidad». De otro modo, cabe preguntarse –colige USO–, «¿cómo es posible que, realizándose esta cantidad de contratos –más de millón y medio–, no disminuya notablemente el número de parados?». Y la respuesta es sencilla: «Es que este volumen de contratación ya no absorbe las demandas de empleo, porque se están produciendo en la práctica más rescisiones de contratos que altas, y eso es porque se mantiene una alta rotación en el empleo».

El efecto sobre las pymes

La opinión de las patronales empresariales tampoco se aleja mucho de la del sindicato USO. Aunque los datos de empleo del mes de septiembre reflejan una evolución positiva, para Cepyme, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa, está siendo desigual si se analiza el comportamiento por tamaño de empresa. La patronal presidida por Ángela de Miguel explica que, de acuerdo con los datos de agosto de la Estadística de Empresas Inscritas en la Seguridad Social, «el número de trabajadores en las microempresas apenas creció un 0,4% en términos interanuales, cuando en las grandes empresas lo hizo en un 4,8%, es decir, 12 veces menos».

Por otra parte, advierte esta patronal, «la capacidad de generación de empleo de las pymes, en particular de las microempresas, se está viendo también limitada por el elevado incremento de costes (un 23,4% más en los últimos seis años), las cargas administrativas y la incertidumbre derivada de las nuevas regulaciones». Por ello Cepyme pide mayor sensibilidad con las pymes y, en concreto, con las microempresas, que, como revela el reciente Indicador Cepyme sobre la Situación de la Pyme –publicado recientemente por este diario–, «están sufriendo en mayor medida las consecuencias de un incremento de cargas y costes que condiciona su viabilidad y su capacidad de creación de empleo y que pone en riesgo su supervivencia».

Más absentismo, más IMV y menos renta

Desde los cuarteles del Partido Popular, el diagnóstico sobre el mercado laboral está a millas del cohete del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Fuentes de la formación que dirige Alberto Núñez Feijóo precisan algunos datos que consideran de relevancia. Entre ellos, que uno de cada cuatro desempleados de la zona euro es de España. De igual modo, el paro juvenil no deja de crecer y en este mes de septiembre la cifra ha aumentado en 16.085 personas mientras nuestro país lidera la mayor tasa de desempleo femenino de toda la Unión Europea.

En ese balance, los populares subrayan el preocupante dato de absentismo –1,2 millones de personas no van diariamente a trabajar–, al tiempo que 2,2 millones de personas están vinculadas al Ingreso Mínimo Vital. Además, solo 17 de cada 100 contratos firmados –señala a THE OBJECTIVE el vicesecretario de Hacienda del Partido Popular, Juan Bravo–, son indefinidos y a tiempo completo, al tiempo que, el empleo público ha aumentado en 79.182 personas interanualmente. A este diagnóstico se suma el vicesecretario de Economía del PP, Alberto Nadal, añadiendo que «el PIB por ocupado sigue por debajo de 2019 y el PIB total crece por más población, pero no por más valor añadido por trabajador, mientras que el PIB per cápita avanza mucho menos que el PIB».

Por último, el presidente del Instituto Juan de Mariana, Manuel Llamas, observa que si bien el paro en España duplica la media europea, la triste realidad es que «la renta de los asalariados españoles lleva ya tres décadas estancada en términos reales».


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