El sector espacial denuncia la desidia del Gobierno: millones bloqueados y falta de cargos
La Agencia Espacial Española y el Perte espacial siguen sin directivos
El empresariado del sector aeroespacial clama por la pasividad de la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Preocupa que el jefe del Perte espacial y, por ende, el director de la Agencia Espacial Española (AEE) siga sin un sustituto tras el cese de Miguel Belló, que fue quien ostentó ambos cargos a finales del pasado año. La ministra trasladó que, «como muy tarde», habría un elegido a finales de febrero, pero abril ya ha comenzado y, de momento, no hay ningún nombre claro. Una situación que se vuelve crítica, y que desde el sector definen de «caótica», lo que ha provocado que haya, según diversas fuentes, en torno a 60 millones de euros bloqueados de la Agencia Espacial Europea (AEE).
La razón de esto último se debe, según fuentes del sector, a que la Agencia Espacial Española, que es el instrumento con el que canalizar los fondos europeos, aún no ha creado convocatorias por la falta de infraestructura informática. A este escenario se le añade el cruce de varios ministerios, como el de Defensa, por controlar también los fondos. Una realidad que se da además en un momento en el que Morant se ha erigido como la nueva líder del PSOE valenciano. Lo que ha empujado al sector a cuestionar su dedicación completa para desatascar este problema.
La Agencia Espacial Española sigue sumida en la incertidumbre tras la decisión arbitraria del Gobierno de poner la agencia en Sevilla y desligarla del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), que se encuentra en Madrid. Desde entonces el goteo de funcionarios cualificados al sector privado fue constante y, según los últimos datos aportados por el Ejecutivo, aún les falta la mitad de trabajadores por cubrir en el nuevo organismo (tienen 32 y faltan 31).
Fuentes del sector aseguran a este medio que se buscaban perfiles técnicos para el puesto, no obstante, algunos estiman que hay hasta 21 candidatos. Por otro lado, si uno atiende a la actuación undécima del Perte Aeroespacial -que trata sobre la cuota española en la Agencia Espacial Europea- observará en su descripción la estimación del presupuesto. Una cantidad que llega a los 1.240 millones de euros para el periodo 2021-2025 y que tras dos años (abril de 2024) aún se desconoce cómo y cuánto de esos más de mil millones de euros se está distribuyendo.
Este martes, tras el Consejo de Ministros, la ministra Morant anunció un par de acuerdos que obviaron esta endeble situación. Por un lado, aprobó autorizar al CDTI una convocatoria de ayudas por importe de 20 millones de euros destinadas a nuevos proyectos empresariales de compañías innovadoras. Mientras que, por otro lado, se dio luz verde también para autorizar una convocatoria a la Agencia Estatal de Investigación para la concesión de las acreditaciones y ayudas públicas a centros y unidades de excelencia.
La nueva vida del exjefe del Perte
Miguel Belló era hasta ahora el que estaba a los mandos de la Agencia Espacial Española (AEE) y del proyecto estratégico (Perte por sus siglas) Aeroespacial. Tras su cese, tardó tan solo una semana en encontrar un nuevo puesto de trabajo. Lo hizo fichando como presidente ejecutivo de la británica Orbex Space, una compañía que compite con empresas del sector en España y que se encuentra ligada a una que el propio Belló fundó en 2001 y de la que fue su ceo hasta 2019, Deimos, el brazo tecnológico de Elecnor Deimos. Una compañía, esta última, que posee el 8% de la compañía británica y con la que además participa de forma conjunta en proyectos aeroespaciales.
La tensión entre Belló y el Gobierno fue palpándose hasta que se confirmó su cese. En el último consejo rector de la Agencia Espacial Española hubo «problemas serios» y se planteó su salida. Apenas fueron unos días antes de que cese apareciese reflejado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Desde entonces, surgieron todo tipo de especulaciones con respecto a las razones que habían llevado a su destitución. Algunos sostuvieron que al tratarse de uno de los ingenieros «más prestigiosos del mundo» fue él quien decidió irse fruto del hartazgo por el continuo bloqueo de los fondos, sin embargo, otros se inclinaron más por una decisión del propio Ejecutivo.